Los líderes de Estados Unidos, México y Canadá culminaron su encuentro trilateral este martes con promesas en materia económica, política y migratoria. La Cumbre de Líderes de América del Norte, conocida también como los “Three Amigos”, llega a su fin con la ambiciosa apuesta de convertir a Norteamérica en un importante bloque comercial para el mundo. También, los mandatarios se comprometieron en tratar las causas de fondo de la migración, y en fortalecer las inversiones para Honduras, El Salvador, Guatemala y Belice. Nicaragua no estaría involucrada en los planes del presidente Andrés López Obrador, quien no especificó cuándo, cómo ni cuánto inyectará a dichos países.
En el panorama no se vislumbra más acciones políticas que las existentes actualmente. Sin embargo, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, dijo que, en reiteradas ocasiones, ha pedido al Congreso la aprobación de cuatro millones de dólares para el desarrollo de países de la región. “Todos ustedes saben que en Estados Unidos somos migrantes”, agregó en un discurso que brindaron los tres líderes mundiales. Biden afirmó que su reciente medida migratoria dirigida a nicaragüenses, cubanos y haitianos –antes aplicadas a venezolanos– no es de mano dura. “Queremos que (la migración) sea más fácil para estas personas y que no pasen por este proceso tan terrible (antes mencionó los peligros del cruce irregular). Vamos a continuar con nuestros esfuerzos de abordar las causas fundamentales de la migración diciéndole a las personas que se queden en sus países de origen”, añadió.
Para Tiziano Breda, investigador experto en Latinoamérica para el Istituto Affari Internazionali (IAI), con sede en Roma, cree que, a corto plazo, no habrá mayores cambios en las políticas migratorias. “Me parece que la idea de mejorar la situación de las comunidades de los países de origen queda en papel, y no se han trazado estrategias claras más allá del plan de Biden. Creo que no hay medidas puntuales entre los tres países”, explicó el analista.
Lo cierto es que la Cumbre sirvió para que México estrechara lazos con Estados Unidos tras un prolongado periodo de tensiones. Los apretones de manos, elogios y abrazos se hicieron notar en las fotografías de la jornada, en las cuales los mandatarios mantuvieron un lenguaje corporal relajado. Ambos países se agradecieron mutuamente y se llamaron “amigos”. Biden agradeció a López Obrador el recibimiento de miles de migrantes expulsados de Estados Unidos, mientras que López Obrador celebró que Biden “esté tomando decisiones para ordenar el flujo migratorio”.
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“Usted es el primer presidente de Estados Unidos en mucho tiempo que no ha construido ni un metro de muro, y eso, se lo agradecemos”, aseguró López Obrador. Tras ello, reveló que le pidió al presidente Biden que hiciera lo posible para insistirle al Congreso que trabajara en alguna medida para regular a los miles de mexicanos en Estados Unidos. “He reafirmado que el presidente Biden es un hombre con convicciones, que mantiene principios e ideales”, elogió el mandatario.
Por su parte, Biden afirmó que la región atraviesa el movimiento migratorio “más grande de todo el hemisferio”. “Lo que hemos descubierto es que nuestros amigos republicanos y algunos demócratas critican mucho lo que sucede en la frontera. Sin embargo, se niegan a analizar el documento detallado que yo presenté al Congreso para reformar completamente el proceso. Ahora, la mayoría de nuestros migrantes provienen de cuatro países: Venezuela, Haití, Cuba y ahora Nicaragua. Estamos ampliando un programa muy exitoso que tuvimos para Venezuela a Cuba, Nicaragua y Haití. Esto va a reducir el número de personas que trataban de entrar al país”, afirmó en el Palacio Nacional de la Ciudad de México.
El mandatario estadounidense tacha de exitosa su medida migratoria, pues aseguró que se ha reducido la migración de venezolanos en los últimos meses. López Obrador también secundó esta idea sin brindar datos concretos de esta supuesta reducción. “Nos consta que desde que se anunció que se darían estas visas, estos permisos, se redujo el flujo migratorio por nuestro país”, dijo López Obrador.
Por otra parte, el presidente de México negó que en el sureste mexicano se construya un centro para migración. Durante la mañana del martes, la Casa Blanca planteó en una hoja técnica que dicho centro estaría en los puntos de discusión de la jornada. “Lo que hacemos es ayudar con atención, con suministros, a los migrantes”, reafirmó.
Democracia y estabilidad fuera de discusión
Durante el comunicado en conjunto de los “Three Amigos” no se hizo alusión a la estabilidad política y democrática de la región. De hecho, el tema ausente durante esta cumbre –al menos de manera pública– fue la discusión en torno a los autoritarismos crecientes en América Latina. A pesar de que los mandatarios se comprometieron a ahondar en las causas de la migración, no mencionaron que varias de las razones son provocadas por regímenes autoritarios que, a través de leyes represivas como las aplicadas por Daniel Ortega en Nicaragua, ahuyentan la inversión internacional y deterioran la estabilidad.
Para Breda, la Cumbre fue “una oportunidad perdida para aumentar la cohesión de la región no solamente en temas económicos y comerciales, sino también políticos”. “Creo que hay unos elementos que han contribuido al hecho de que se haya mantenido al margen el tema de la democracia y la cooperación. El primero de ellos responde a las divergencias políticas muy claras entre México y los demás países”, agregó. Durante una buena parte de su mandato, el presidente López Obrador ha puesto en marcha una doctrina de no “intervención” cuando se trata de condenar acciones represivas perpetradas por regímenes como los de Nicaragua y Venezuela.
Los registros apuntan que la migración de nicaragüenses aumentó debido al ajuste de tuercas represivo que hizo la dictadura de Ortega a partir de junio de 2021, cuando descabezó a toda la oposición que pretendía competir en las elecciones generales. Entre enero y noviembre de 2022, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) reportó 181 mil 566 detenciones de migrantes nicaragüenses en las fronteras estadounidenses, lo cual superó los 87 mil 749 que se entregaron en el año 2021.