En el antiguo cuartel de La Pólvora, en Granada, ahora convertido en museo, funge un centro de votación habilitado por el Consejo Supremo Electoral (CSE). A este punto fueron trasladadas en microbuses interlocales que cubren la ruta Granada-Mercado Oriental, unas diez personas, entre ellas una mujer mayor de edad discapacitada. La jornada arrancó a las 7:00 a.m. y contó con la visita de dos acompañantes electorales del régimen Ortega-Murillo, cuyo único trabajo fue ver como los pocos votantes buscaban su nombre en el Padrón Electoral, pegado en las paredes de la fortaleza.
Al Centro Tecnológico Pedro Arauz fueron trasladados miembros de la Fuerza Naval del Ejército de Nicaragua. También, fueron llevados simpatizantes sandinistas en microbuses y camionetas. Mientras, agentes policiales se acercaron a votar a la Escuela Padre Misieri.
En Granada, el ambiente electoral está marcado por “temor y aparente normalidad comercial”, según pobladores. En la ciudad, el turismo no descansa: algunos restaurantes, tour operadoras y hoteles tienen abiertas sus puertas para atender a extranjeros y nacionales. “Aquí estamos abiertos, porque los jefes nos dijeron que abriéramos normal, pero la verdad es que la cosa no está para andar fuera”, dice el mesero de un local.
En la calle más turística de la ciudad colonial, La Calzada, hay poca afluencia de turistas pese a que todos los locales se encuentran abiertos. En este punto está ubicado el centro de votación, Escuela Pedro Arauz, la asistencia se vio marcada por dos personas de la tercera edad, según constató el equipo de DIVERGENTES.
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Una vendedora ambulante del parque central, dice que para ella no hay nada relevante para esta jornada. “Yo salí a vender, porque necesito trabajar para comer”, afirma.
En Granada la jornada transcurre como un domingo normal. En las diferentes iglesias católicas coloniales hay misa. La asistencia en los centros religiosos e incluso en el mercado municipal es mucho mayor, en relación a los centros de votación, incluso los feligreses no lucen sus dedos manchados.
Esta es la primera jornada electoral que se desarrolla en Nicaragua tras el estallido social de 2018, pero las condiciones impuestas por el régimen han hecho que el proceso sea catalogado como “ilegítimo”, por organismos nacionales e internacionales.
Durante el recorrido realizado por DIVERGENTES, se observó en las afueras y alrededores de los centros de votación presencia de oficiales de la Policía Nacional, personas vestidas de civil y motorizados en actitud intimidatoria y labor de vigilancia. La presencia de electores en las afueras de los centros de votación es de al menos diez personas, aproximadamente.