OEA condena la represión en Nicaragua contra universidades y sacerdotes

La Organización de los Estados Americanos exige respeto a la libertad de pensamiento, expresión y religión, además del derecho a la educación y al trabajo. Las universidades de los Estados miembros son convocadas a brindar apoyo a los docentes afectados por los cierres

Fotografía general de los miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente, en la sede del organismo en Washington (EE. UU). EFE | Lenin Nolly

La Organización de los Estados Americanos (OEA) condenó este miércoles la represión del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua contra instituciones educativas y contra la Iglesia católica, tras los recientes cierres de universidades y arrestos de sacerdotes.

El Consejo Permanente del organismo, con sede en Washington, aprobó por unanimidad una resolución titulada “Rechazo a las medidas represivas del Gobierno de Nicaragua contra instituciones educativas y la Iglesia Católica en ese país”.

Los Estados miembros de la OEA, organismo del que se retiró Managua, rechazaron el cierre de la Universidad Centroamericana de Nicaragua y del Instituto Centroamericana de Administración de Empresas decretado por el Gobierno de ese país.

También expresaron su preocupación por el encarcelamiento arbitrario de sacerdotes, como el obispo Rolando Álvarez, así como la expulsión del país de decenas de clérigos nicaragüenses y extranjeros.

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Abogan por el respeto a la libertad religiosa

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En cinco años de Estado policial, el régimen ha realizado una serie de actos descabellados con el objetivo de eliminar cualquier tipo de protestas. Archivo | Divergentes

La resolución de la OEA insta al Ejecutivo de Ortega a que “respete y garantice” la libertad de pensamiento, de expresión, de religión y de reunión, así como el derecho a la educación y al trabajo.

El documento rechaza “las medidas represivas que ha adoptado el Gobierno de Nicaragua contra las instituciones educativas y la Iglesia católica, que afectan su integridad y funcionamiento y que además vulneran los compromisos internacionales” del país.

Además, invita a las universidades de los Estados miembros a que ofrezcan apoyo a los docentes de las instituciones educativas nicaragüenses clausuradas por la dictadura.

Asimismo reitera el llamamiento aprobado en la última Asamblea General de la OEA para que los países americanos “hagan todo lo posible a fin de alentar” a Ortega a “emprender un diálogo al más alto nivel” para encauzar la situación.

Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde las protestas de 2018, acentuada desde que el presidente Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, fueron reelegidos en 2021 en unas elecciones con buena parte de la oposición encarcelada.


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