Daniel Ortega participará de manera virtual en la edición número 76 de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) prevista entre el 21 y 27 de septiembre en Nueva York. La participación de Ortega fue confirmada por su esposa y vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, en una alocución a través de medios oficiales. El anuncio sorprende porque usualmente no asiste a este podio mundial y envía a sus cancilleres para suplirlo. Sin embargo, en un momento de total aislamiento internacional por la represión contra sus críticos, el mandatario sandinista le hablará al mundo.
“Estamos pendientes del mensaje que nuestro comandante Daniel hará en la Asamblea General. Son mensajes que se envían por vídeos, esta semana. Puede ser jueves, puede ser viernes”, indicó Murillo. La también primera dama dijo que habrá transmisión “en el momento en que nuestro comandante se dirija a la Asamblea de Naciones Unidas a nombre de las familias nicaragüenses”. Murillo no precisó los temas que abordará Ortega en su mensaje durante la Asamblea General de la ONU, aunque se prevé que sean acordes a su narrativa diplomática que defiende su escalada represiva.
Los debates de alto nivel de la Asamblea General arrancarán el próximo 21 de septiembre, una jornada en la que se esperan discursos del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y de varios líderes latinoamericanos, y se cerrarán el 27 de septiembre.
Después de celebrarse virtualmente en 2020, las sesiones de este año en la ONU usarán un formato híbrido, con jefes de Estado y de Gobierno que estarán en persona y otros que ofrecerán sus discursos por medio de videos pregrabados.
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Por ahora, tienen previsto viajar a Nueva York alrededor de un centenar de líderes, según la lista más reciente distribuida por Naciones Unidas, que advierte que pueden darse cambios de última hora como consecuencia de la situación sanitaria.
Régimen reanuda secuestros
La Policía informó este lunes que detuvo al disidente sandinista Irving Isidro Larios Sánchez, bajo la acusación de “conspiración”, “incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos” y “pedir intervenciones militares” contra el Gobierno Ortega-Murillo. El arresto de Larios, un sociólogo que forma parte de la opositora Articulación de Movimientos Sociales (AMS) -que aglutina a decenas de organismos civiles- es el número 37 que realiza la Policía Nacional desde el 28 de mayo pasado contra profesionales independientes y disidentes, incluyendo a siete que anunciaron sus intenciones de aspirar a la Presidencia de Nicaragua por la oposición.
En una declaración, la Policía Nacional indicó que Larios, de 63 años y quien luchó contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle derrocada por los sandinistas en 1979, es investigado “por realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía, y la autodeterminación, incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos, y pedir intervenciones militares”. También por “organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización, proponer y gestionar bloqueos económicos, comerciales y de operaciones financieras en contra del país y sus instituciones”.
Además, por “demandar, exaltar y aplaudir la imposición de sanciones contra el Estado de Nicaragua y sus ciudadanos, y lesionar los intereses supremos de la nación”, según la Policía. La Policía, que de momento no ofreció ninguna evidencia, dijo que basa su investigación contra Larios citando la Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y Autodeterminación para la Paz, aprobada con carácter urgente por la Asamblea Nacional, de mayoría sandinista, en diciembre pasado. Esa ley, promovida por el Ejecutivo, cataloga los “traidores a la patria” y los inhabilita a optar a cargos públicos.
Tanto la Articulación de Movimientos Sociales y la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco denunciaron la “detención arbitraria” y allanamiento de la vivienda del disidente sandinista, quien dirige el Instituto de Investigaciones y Gestión Social (Inges).
Larios se incorporó a las estructuras del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 1977, y al triunfo de la revolución sandinista forma parte del Comité Nacional de la Juventud Sandinista y del Consejo Nacional de Educación Superior, según el libro “Memorias de la lucha sandinista” de la disidente Mónica Baltodano.
Entre 1980 y 1988 trabajó en la Dirección V del Ministerio del Interior, encargada de la seguridad del Estado, luego en el Departamento de Relaciones Internacionales del FSLN, y fue primer secretario de la embajada de Nicaragua en Costa Rica. Desde 1993 se distanció del FSLN y actualmente es crítico del presidente Ortega y del FSLN.
Nicaragua vive semanas convulsas tras las detenciones y acusaciones de al menos 37 dirigentes opositores y profesionales independientes, previo a las elecciones generales del 7 de noviembre próximo, en las que Ortega busca la reelección por cinco años más.
Ortega, un exguerrillero sandinista próximo a cumplir 76 años y que retornó al poder en 2007 tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1984 y presidir por primera vez el país de 1985 a 1990, busca su quinto mandato, cuarto de forma consecutiva, y segundo con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.