Desde hace una semana, la policía de Daniel Ortega y Rosario Murillo impuso casa por cárcel a Henry Ruiz, el “Comandante Modesto”, figura histórica de la revolución sandinista. DIVERGENTES confirmó que el hombre de 81 años fue recluido de facto en su casa ubicada en Managua, en el Residencial Los Robles, donde se mantiene presencia policial.
Aunque no le han notificado nada de manera formal, cuando Ruiz intentó salir de su casa el sábado pasado una docena de policías lo rodearon y le dijeron que no tenía permitido dejar la vivienda. Tampoco dejan ingresar a nadie, en específico a la persona que le brinda ayuda en las labores domésticas. Los oficiales le dijeron que sólo familiares pueden ingresar, pero casi toda la familia cercana del “Comandante Modesto” está exiliada.
Al ser un adulto mayor, Ruiz necesita acceso a medicinas y alimentos. Una de sus hijas espera poder ingresar a la vivienda para poder suplirlo de Metforminas para la diabetes y alimentos. Si bien el cerco policial fue instalado hace una semana, este sábado ocho de marzo el exguerrillero sandinista intentó salir de su casa para revisar el medidor del agua cuando llegó un plomero a comprobar una supuesta fuga de agua, ya que le parece extraño que está pagando un recibo de 15 mil córdobas por el servicio a la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (ENACAL).
Sin embargo, el plomero no pudo hacer el trabajo y la docena de policías cercaron al anciano mayor y lo conminaron a regresar a la casa por “órdenes de arriba”. Ruiz trató de explicarle a los oficiales quién era él y su impronta en el Frente Sandinista, pero los jóvenes policías le dijeron que no sabían quién era él y que solo obedecían “órdenes de arriba”.
Ruiz es vecino de Lumberto Campbell, magistrado del Consejo Supremo Electoral, y de la jueza sandinista Juana Mendez. Por lo que se creyó –en un inicio– que la presencia policial respondía a la custodia de estos funcionarios. Sin embargo, cuando Ruiz intentó salir de casa confirmaron que le impusieron de facto casa por cárcel, al igual que le han hecho a centenares de opositores en Nicaragua.
Esta no es la primera vez que los Ortega-Murillo arremeten contra figuras centrales de la Revolución Sandinista, a quienes consideran “traidores” por haber roto con el proyecto autoritario matrimonial después de los años noventa. Por ejemplo, Dora María Téllez y Hugo Torres Jiménez fueron presos políticos. Téllez fue desnacionalizada y desterrada y Torres Jiménez falleció en prisión por no brindarle atención médica oportuna.
Hasta la publicación de este artículo, DIVERGENTES conoció que la noche de este martes 11 de marzo los oficiales dejaron ingresar a la vivienda a la única hija que a Ruíz le queda en Nicaragua.
Alejado de la vida publica

Ruiz vive alejado de la vida pública hace años, inmerso en su retiro después de una larga trayectoria política cercana al sandinismo y luego como crítico del mismo.
Durante la década de 1970, participó en la guerrilla rural y fue parte de la Tendencia Guerra Popular Prolongada (GPP), que defendía la estrategia de insurrección armada desde las montañas del norte de Nicaragua. Su liderazgo y compromiso revolucionario lo llevaron a formar parte de la Dirección Nacional del FSLN, el máximo órgano de conducción del movimiento, que logró la victoria con el derrocamiento de Somoza el 19 de julio de 1979.
Tras el triunfo de la revolución, Ruiz fue designado Ministro de Planificación del nuevo gobierno sandinista, con la misión de estructurar la economía en un contexto de guerra y bloqueo internacional. Viajó a la Unión Soviética y otras naciones socialistas en busca de apoyo, pero la presión de la guerra civil contra la “Contra” y las dificultades económicas marcaron su gestión. Con la derrota electoral del FSLN en 1990, se distanció del partido y de la dirección encabezada por Daniel Ortega, a quien criticó por desvirtuar los ideales originales del sandinismo y consolidar un modelo de poder autoritario y pragmático.
En los años posteriores, Henry Ruiz mantuvo una postura crítica frente a la evolución del FSLN y decidió apartarse de la política partidaria. Desde entonces, se ha dedicado al análisis histórico y la reflexión sobre la revolución sandinista, insistiendo en la importancia de la ética revolucionaria y la justicia social.
“Me afecta mucho la noticia de que le dieran casa por cárcel a Henry Ruiz, quien vivía solo con una asistenta del hogar cuyo ingreso a su casa ahora niega el régimen. Tras una vida dura manteniendo viva la guerrilla en las montañas nicaragüenses por más de siete años, su dedicación durante la Revolución a sus tareas como Ministro de Planificación y su reclusión voluntaria en los últimos años, no hay ninguna razón para que la dictadura rodee su casa y se decida a tratarlo como un criminal”, dice la escritora Gioconda Belli a DIVERGENTES. “Como alguien que lo conoce bien y que siente gran respeto y afecto por él, espero que estas medidas sean retiradas y se le permita, a los 81 años, tener la libertad para vivir en paz el resto de su vida”.