La presencia de paramilitares durante la apertura de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) en la capital marcó el arranque de las elecciones sin competencia, convocadas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Los centros de votación capitalinos revelaron la escasa afluencia de votantes, quienes llegaron en su mayoría simpatizantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
DIVERGENTES visitó más de diez centros escolares habilitados para depositar el voto durante las primeras dos horas de la jornada, y en la mayoría de ellos se constató la presencia de paramilitares en las esquinas de los centros. Ante cualquier movimiento que se saliera de la cotidianidad impuesta por el régimen, los motorizados tomaban fotos. Uno de ellos siguió al equipo periodístico de DIVERGENTES cuando llegó a la escuela Luis Alfonso Velázquez, de la colonia Máximo Jerez.
Los nicaragüenses que asisten a las urnas solo se limitan a decir: “esperamos que todo salga bien”, otros prefieren omitir su comentario ante la pregunta si creen que hay opciones para elegir en estas elecciones. Los pobladores simpatizantes que accedieron a hablar con los medios independientes aseguran que la baja afluencia se debe “a la pandemia de covid-19”. “Poco a poco se va llenando a medida que siga el día”, dijo Silvia Hernández Jarquín, quien votó en la JRV del colegio Cristo Rey.
En dicho centro, los procuradores electorales del Consejo Supremo Electoral (CSE) no permitieron la entrada de un grupo de periodistas nacionales que pidió acceso a las JRV. A los pocos minutos llegaron los acompañantes internacionales convocados por el régimen en un microbús del CSE. Los turistas electorales de Ortega y Murillo solo comparecieron a los medios oficialistas, a quienes se les permitió la entrada.
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Este domingo se desarrollan unas polémicas elecciones en Nicaragua en las que el régimen se proclamará ganador de la contienda, debido a la represión y el control total que ejerce el FSLN en el país. Siete de los precandidatos de oposición fueron encarcelados por el régimen, y una treintena de activistas han sido acusados de delitos como “conspiración para cometer menoscabo a la soberanía nacional”.