Luego de que el periodista Wilih Narváez denunció que un hombre llegó a lanzar ofensas y piedras a su casa de habitación este domingo 28 de febrero, el hostigamiento persistió. Otro sujeto, el padre del tipo que apedreó la vivienda, llegó a increpar al periodista por haber denunciado la agresión en medios de comunicación y redes sociales. Según el ex reportero de Canal 10 y ahora integrante de la redacción de DIVERGENTES, el sujeto lo acusó con agresividad de “politizar el tema”.
“Ese mismo discurso de odio de la pareja gobernante hace que sus simpatizantes nos vean como enemigos. Es algo que cala mucho. Es una forma de intimidarte para callarte”, dijo Narváez. El periodista conoce a los agresores, padre e hijo, quienes son simpatizantes del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Esta no es la primera amenaza o agresión que recibe este destacado periodista, uno de los más visibles en Nicaragua dado su sagacidad al momento de hacer entrevistas frente a las cámaras. La familia que hostiga actualmente a Narváez es vecina de su vivienda, ubicada en Managua.
El hostigamiento inició el domingo, previo al día Nacional del Periodista. El hombre llegó a la casa de Narváez para lanzar piedras y ofensas. Dentro, estaba él y su familia, incluidas personas de la tercera edad. El ruido provocado por el ataque despertó a todos en la vivienda. Llamaron a la Policía y, a pesar de que la denuncia fue recepcionada y prometieron enviar una patrulla, nunca sucedió. El individuo que apedreó su casa había sido capturado, semanas antes, con un cuchillo.
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Luego, tras la denuncia pública, el padre del sujeto confrontó a Narváez. Para el periodista, el hostigamiento es la materialización del discurso gubernamental que tacha al gremio de “terroristas mediáticos”.
“Las redes sociales son el único método que te queda en este país para denunciar”, manifestó el periodista. “Es evidente que la Policía está atendiendo asuntos políticos y no está para garantizar la seguridad de la gente”.
El rostro de Narváez se ha vuelto popular en la televisión nacional, tras su aparición en la revista matutina de Canal 10. En este espacio entrevistó a varios funcionarios del gabinete de Daniel Ortega, quienes pocas veces quedaban bien parados ante las preguntas incisivas del presentador. El periodista se sumó recientemente a la redacción de Divergentes, y empezó a dirigir la serie de entrevistas PRESIDENCIABLES.
Arrecian agresiones a la libertad de prensa
El 24 de febrero, la misma persona que apedreó la casa visitó la vivienda, llegó a preguntar a la madre del periodista si “allí vivía el periodista que sale en Canal 10″. La madre de Narváez le espetó cuál era el problema con su hijo. La familia del agresor justifica el acoso con que el hombre tiene problemas de adicciones.
“Días después, los familiares del sujeto me dijeron que estaba politizando la situación y beneficiándose de ella”, detalló el periodista. A pesar de sus problemas de adicción, el comunicador cree que el trasfondo de todo y las motivaciones del individuo responden a un “odio” a su trabajo.
“Conozco a la familia, sé que son sandinistas y no son personas que le harían daño a alguien. Hago esta salvedad. Si este muchacho no tuviese ningún tipo de sentimiento político, nada lo motivara a llegar a actuar o a buscarme agresivamente de esa manera”, dijo Narváez. Pese a las agresiones, asegura que seguirá ejerciendo su trabajo y el periodismo “que incomoda a los gobernantes y a sus simpatizantes”.
Narváez también fue amenazado esta semana a través de un mensaje en redes sociales. Un perfil llamado “Jessenia” le envió una foto de una AK-47 con balas con la siguiente advertencia: “Perro golpista, aquí tenemos una bala para cada uno de los de tu familia (…) después le pegamos fuego a tu casa con todos adentro”.
“No somos enemigos. Este tipo de periodismo nos pone incluso en confrontación con algunos sectores de oposición, pero el mensaje es en general a toda la clase política: el compromiso es con la verdad”, reiteró el periodista.
Periodistas internacionales exigen cese de hostigamientos
La inacción de las autoridades en estos casos refleja las prioridades de una institución politizada y tildada de realizar crímenes de lesa humanidad contra civiles durante las protestas de abril de 2018. Desde entonces, los ataques a medios de comunicación y a periodistas han escalado hasta el punto de confiscar medios de comunicación, provocar el exilio de más de 70 comunicadores, y enjuiciar a otros, como el caso de David Quintana, director de Boletín Ecológico, y Kalúa Salazar, jefa de prensa de Radio La Costeñísima.
Estos hechos han provocado que la comunidad internacional esté al pendiente del periodismo en Nicaragua y exijan que se respete la integridad del gremio y las libertades de prensa.
El 1 de marzo, unos 500 periodistas internacionales firmaron una carta de denuncia contra la “represión sistemática” al ejercicio del periodismo en Nicaragua. La misiva realiza un recuento de los ataques que en los últimos años han sido ejecutados por el gobierno, donde sobresale el asesinato al periodista Ángel Gahona, en Bluefields, el 21 de abril de 2018; y el asalto armado a las salas de redacción de Confidencial y el estudio central de 100% Noticias, cuyos directores, Miguel Mora y Lucía Pineda Ubau, fueron encarcelados durante seis meses tras la confiscación. En dichos edificios ahora operan centros del Ministerio de Salud.