Promesas sin puerto: Los grandes proyectos que solo quedaron en la mente de Daniel Ortega 

El Gobierno sandinista ha presentado ambiciosos megaproyectos, desde el Canal Interoceánico hasta el puerto de aguas profundas en Bluefields y la fábrica de vacunas Mechnikov. Todos con grandes promesas que, hasta hoy, han quedado en el aire. ¿Qué ha pasado con estas iniciativas que sacarían de la pobreza a Nicaragua? El equipo de Diver-Check te explica los megaproyectos incumplidos de Daniel Ortega


Daniel Ortega no es un encantador de serpientes como puede ser Nayib Bukele, pero sí un experto ilusionista de espejismos. A sus seguidores les ha dibujado un emporio económico que solo existe en su imaginación desbordada. Sus grandes proyectos, anunciados con pompa, se desmoronan. Desde que asumió la presidencia en 2007, Ortega ha utilizado los megaproyectos como herramientas para vender la ilusión de un Gobierno próspero, cuando en realidad solo ha ofrecido promesas vacías. 

Anunció la construcción de un Canal Interoceánico, la refinería más grande de Centroamérica, un satélite espacial, un puerto de aguas profundas en el Caribe, una planta de biotecnología para abastecer a la región con vacunas, un nuevo Mercado Oriental, una red ferroviaria, el aeropuerto internacional en Punta Huete, un autódromo y varias centrales hidroeléctricas.

Hasta hoy, ninguno de estos ambiciosos proyectos se ha materializado y lejos de ser un visionario, ha demostrado que sus discursos son los de un embaucador ruin, más que los de un estadista a cargo de administrar un país. 

En DIVERGENTES, recordamos sus espejismos presidenciales: promesas diseñadas para deslumbrar momentáneamente, pero incapaces de sostenerse, dejando un rastro de vergüenza política en la región, y a Nicaragua como un país permanentemente entre los más pobres del continente.  

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El Canal Interoceánico

Proyectos
Daniel Ortega habla durante la XVII Cumbre Empresarial China-LAC y le ofrece a China el proyecto de construir un Canal Interoceánico en Nicaragua. EFE/ Presidencia De Nicaragua

En el marco de la XVII Cumbre Empresarial China-América Latina y el Caribe, Ortega volvió a desempolvar la ilusión del Canal Interoceánico, ahora presentado como un proyecto de paz y lucha contra la pobreza. Según Ortega será una nueva ruta canalera, más extensa y sin atravesar el Gran Lago Cocibolca, buscando como captar el interés de China. 

Esta propuesta surge tras el fracaso del acuerdo con el empresario chino Wang Jing, episodio marcado por conflictos con campesinos debido a la aprobación de la Ley 445 de “Régimen de Propiedad Comunal de los Pueblos Indígenas y Comunidades Étnicas”, que permitía expropiaciones masivas y ponía en riesgo el Lago Cocibolca, generando un fuerte rechazo social.

Al parecer es una idea que no desea descartar tan fácilmente. El mismo día del anuncio de la nueva ruta del canal, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) condenó al Estado de Nicaragua por violar los derechos de los pueblos indígenas en el marco del proyecto de Canal Interoceánico, que fue aprobado por la Asamblea Nacional el 3 de julio de 2012. Un año después, el Gobierno le otorgó la concesión de construcción a la empresa HKND Group de Wang Jing, por un período de 50 años, prorrogables por otros 50.

El proyecto del canal de Nicaragua contemplaba conectar el mar Caribe con el océano Pacífico, atravesando el sur del país de este a oeste a lo largo de una vía húmeda de 278 kilómetros. Según el plan oficial, el canal tendría un ancho variable entre 230 y 520 metros, con una profundidad de hasta 30 metros. Su recorrido comenzaría en la costa pacífica de Brito, en el suroeste del país, y terminaría en la desembocadura del río Punta Gorda, en el Caribe, cruzando 105 kilómetros del Gran Lago de Nicaragua.

El crudo engaño: la refinería que solo existe en los discursos 

Proyectos
El presidente venezolano, Hugo Chávez junto a su homólogo Daniel Ortega, colocan la primera piedra de la refinería en Nicaragua. Divergentes/ Tomada de medios oficiales.

Con el apoyo del Gobierno Bolivariano de Venezuela, Ortega y Hugo Chávez colocaron la primera piedra del Complejo Industrial El Supremo Frías en julio de 2007, un megaproyecto que, según se prometió, traería desarrollo económico y social a Centroamérica. 

La refinería, gestionada por Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), sería la más grande de la región. La inversión del proyecto estaría ubicada en Miramar, en León. Consta de tres fases y asciende a unos 6 mil millones de dólares. El objetivo final es la construcción de una planta de refinería, almacenamiento y distribución de combustibles y derivados. 

Según las proyecciones del régimen sería el centro industrial de refinación de petróleo y petroquímica que permitirá alcanzar la soberanía energética y contribuirá al abastecimiento permanente de hidrocarburos en la región. 

Seis años después, el gerente de la obra, Adolfo Díaz Ferrey, declaró a El 19 Digital que la primer fase, correspondiente a la construcción del patio de tanques para importar productos como gasolina, diésel, fuel oil y gas licuado, avanzaba solo un 15% en la etapa de excavación. La terminal, que se esperaba concluir en 2015, debería estar operando con una capacidad de almacenamiento y distribución de un millón 80 mil barriles.

La segunda fase del proyecto contempla la construcción de una refinería con capacidad de 100 000 barriles por día, con un costo estimado de 3636 millones de dólares. 

La tercera fase incluye la ampliación de esta capacidad a 150 000 barriles por día, además de la integración petroquímica para la producción de olefinas y polímeros, según explicó Marco Centeno, coordinador de procesos de la refinería.

Centeno también mencionó que se evaluará una cuarta fase como estrategia nacional que consistiría en la construcción de una planta de almacenamiento y distribución de combustible en el Caribe nicaragüense. En total, la inversión proyectada para las tres primeras fases asciende a 6558 millones de dólares.

Sin embargo, la fantasía de Ortega sigue sin materializarse. En 2022, durante la visita de Javab Owji, ministro de Petróleo de Irán, se confirmó que apenas se había completado la primera fase del proyecto. Owji expresó la intención de realizar una inversión conjunta entre Irán, Nicaragua y Venezuela para finalizar la obra, que describió como una “petrorefinería”, capaz no solo de refinar petróleo, sino también de suministrar materia prima para la industria petroquímica.

“Las autoridades del Ministerio de Energía y Minas de Nicaragua suministraron información sobre el desarrollo de los estudios sobre campos y yacimientos petroleros en el país, lo que será analizado en Teherán para ver la posibilidad de desarrollar la exploración y explotación de campos de petróleo en Nicaragua”, dijo Owji.

Hasta hoy, el Complejo Industrial El Supremo Frías sigue siendo un proyecto inconcluso, envuelto en incertidumbre. Las fases de construcción avanzan a un ritmo desconocido, mientras los detalles sobre los progresos reales y los recursos invertidos permanecen en la opacidad, dejando en evidencia otra promesa vacía del régimen.

El satélite perdido en la órbita de las promesas

Proyectos
El general de Brigada, Efrén Marín, jefe de la Fuerza Aérea del Ejército de Nicaragua fue quien firmó el acuerdo durante el Foro de Cooperación Espacial China – Latinoamérica y el Caribe, llevado a cabo en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei. Divergentes/Tomada de medios oficialistas

En febrero de 2021, Daniel Ortega solicitó a la Asamblea Nacional crear una Secretaría para gestionar “el espacio, la luna y otros cuerpos celestes”. La iniciativa, aprobada mediante la Ley 1064, prometía defender los “intereses supremos nacionales” y explorar oportunidades para el país. Dicha Secretaría estaría bajo la rectoría del Ejército de Nicaragua.

Sin embargo, desde entonces, el régimen volvió a abordar el tema en la primera edición del Foro de Cooperación Espacial China, Latinoamérica y el Caribe, cuando el general de brigada, Efren Marín, jefe de la Fuerza Aérea del Ejército de Nicaragua y coordinador de la Secretaría Nacional del “Espacio Ultraterrrestre, la Luna y otros cuerpos celestes” firmara un acuerdo aeroespacial con China.

Marín enfatizó que “hoy más que nunca estas posibilidades son factibles, necesitamos simple y sencillamente preparar al personal, física, mental y tecnológicamente para poder alcanzar esos objetivos que no están pegados en el cielo”.

El satélite prometido, Nicasat-1, sigue siendo solo un nombre en el aire. En 2015, el entonces ministro de Políticas Públicas, Paul Oquist, anunció con entusiasmo un acuerdo con la Agencia Federal Rusa para implementar el Sistema Satelital GLONASS en Nicaragua. No solo eso, aseguró que el Gobierno estaba trabajando arduamente para adquirir no uno, sino dos satélites: Nicasat-1 y Nicasat-2. Al final, parece que el único lanzamiento exitoso ha sido el de las expectativas.

Según un documento de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, Nicaragua inscribió el satélite de telecomunicaciones el 13 de junio de 2016, obteniendo su licencia el 5 de julio del mismo año. La construcción del satélite, con un costo estimado de 254 millones de dólares, sería asumida por el país. Sin embargo, el proyecto no ha avanzado más allá del papel. 

Orlando Castillo, exdirector del Ente Regulador de las Telecomunicaciones y Correos y quien falleció en 2020 por complicaciones por el coronavirus, afirmó que “el proceso de construcción del satélite sigue hasta el 2015”. Más tarde, Telemaco Talavera, entonces presidente del Consejo Nacional de Universidades, aseguró que el satélite estaría listo en 2017.

Según el sitio web Space SkyRocket, el satélite nicaragüense sería construido y lanzado por la empresa China Great Wall Industry Corporation. El lanzamiento estaba previsto para 2019 mediante un cohete CZ-3B/G2. Además, el proyecto habría sido renombrado como LSTSAT-1, con una vida útil estimada de 15 años. Sin embargo, hasta la fecha, la iniciativa sigue flotando únicamente en la órbita de las promesas del segundo país más pobre de América Latina.

¿Un tren en marcha o solo humo?

Promesas sin puerto: Los grandes proyectos que solo quedaron en la mente de Daniel Ortega 
“Estamos hablando de dos proyectos grandes, importantes que dinamizarían la economía de nuestro país…  Cuando se dan estas grandes construcciones se dinamiza la economía de cada sitio donde se van construyendo“, indicó Laureano Ortega al mencionar de la ruta ferroviaria que han prometido construir. Divergentes/ Tomada de El 19 Digital

Otra promesa del régimen es reactivar la antigua ruta ferroviaria y construir una red de trenes más moderna. Aunque esta iniciativa la dieron a conocer  desde 2016, fue hasta octubre de 2023 que se volvió a retomar el proyecto, luego de una serie de memorandos de entendimiento con la empresa China Civil Engineering Construction Corporation (CCECC).  

La copresidenta Rosario Murillo anunció a través de los medios oficialistas, que el Gobierno firmó el mandato en el marco del tercer foro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta para la construcción de un ferrocarril que conectará Managua, Masaya y Granada y “la formulación del plan maestro ferroviario Managua-Corinto-Bluefields”.

Guan Jiaxin, vicepresidente de CCECC dijo a los medios oficialistas que el proyecto ferroviario debe pasar por un proceso de prefactibilidad, factibilidad y luego se le brindaría un soporte técnico de impacto social al país. El Gobierno tampoco ha mencionado el monto de inversión.

Óscar Mojica, ministro del Ministerio de Transporte e Infraestructura durante una entrevista al oficialista Crónica TN8, explicó que el ferrocarril interoceánico de 450 kilómetros conectará el puerto de Corinto en el Pacífico con un puerto que se pretende construir en Bluefields. Incluso lo llamó “un hito sólido”, apostando a la baja de emisiones de carbono y un transporte moderno y eficiente. 

Hoy solo los simpatizantes sandinistas comprarían el boleto para este viaje imaginario, que también soñó el fallecido alcalde de Masaya, Orlando Noguera, quién remarcó que “este medio transporte va a venir a estimular el turismo, el turismo nacional y el turismo internacional”. 

Vacunas contra la Covid 19 made in Nicaragua: un proyecto en cuarentena

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La vicedirectora del Centro de Investigación de Biotecnología de Cuba, Marta Araya, realiza una visita a las instalaciones del Instituto Latinoamericano de Biotecnología Mechnikov. Divergentes/ Tomada de El 19 Digital.

A raíz de la pandemia, el Gobierno encontró una oportunidad en el sector salud y, en coordinación con Rusia, creó el Instituto Latinoamericano de Biotecnología Mechnikov, S.A., con el objetivo de supuesestamente desarrollar una vacuna contra la Covid-19. 

En 2022, Roberto López, presidente ejecutivo del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, y la vicedirectora del Centro de Investigación de Biotecnología de Cuba, Marta Araya, realizaron una visita a las instalaciones del Instituto Latinoamericano de Biotecnología Mechnikov. Durante el recorrido, López destacó la capacidad de la planta para producir Interferón Alfa 2 B, mientras que Araya señaló que se iniciaría el proceso de preparación para convertir la planta en un centro de distribución de vacunas para Latinoamérica.

Aunque la promesa de desarrollar una vacuna contra la Covid-19 no se concretó, la empresa asegura que “está realizando el llenado de tres vacunas: FLU-M, FLU-M Tetra y la Vacuna antigripal virus fraccionados, inactivados que permiten proteger a la población de América Latina y el Caribe de los brotes de la influenza”, exportando a países como Cuba, El Salvador, Guatemala, República Dominicana, Ecuador y Venezuela.

Según Stanislav Uiba, entonces director de Mechnikov, la planta tiene capacidad para producir 30 millones de dosis por temporada y hasta 60 millones anuales. Desde 2016, han suministrado vacunas contra la influenza a Cuba y Nicaragua, y en 2019 comenzaron a distribuirlas en Venezuela. Según registros hasta 2020, la producción alcanzó los 7.5 millones de dosis.

Aunque en el 2023, la empresa anunció haber avanzado a la fase de fabricación y formulación de las vacunas antigripales. Olga Marín, vicegerente general administrativa del Instituto Latinoamericano de Biotecnología, destacó que están a la espera de la precalificación de la vacuna antigripal por parte de la Organización Mundial de la Salud. De cumplir con los estándares, se permitiría la comercialización a través del fondo rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud. 

Sin embargo, la promesa de que Nicaragua se convertiría en un fabricante de vacunas contra la Covid-19 sigue siendo solo una aspiración. Hasta el momento, no existen registros oficiales en el Ministerio de Salud ni en la propia empresa que respalden la cantidad de vacunas exportadas o utilizadas en el país, lo que genera dudas sobre la verdadera magnitud de las operaciones de Mechnikov.

Un puerto de aguas profundas ¿llegará?

Promesas sin puerto: Los grandes proyectos que solo quedaron en la mente de Daniel Ortega 
Puerto de Bluefields en la Costa Caribe Sur de Nicaragua. Divergentes/ EFE

Otro proyecto anunciado con grandes expectativas es el puerto de aguas profundas en Bluefields, mencionado por primera vez en 2007 con el respaldo del Gobierno de Venezuela. Sin embargo, la promesa económica no prosperó. En 2010, Ortega aseguró contar con el apoyo de empresas coreanas, pero nuevamente el proyecto quedó en el aire. Para 2015 volvió a mencionar el tema, y no fue hasta 2020 que los medios oficialistas anunciaron supuestos avances en su construcción. A diferencia de muchas de las promesas incumplidas del Gobierno de Ortega, este proyecto podría finalmente materializarse, gracias al respaldo financiero del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). 

En noviembre de 2022, el BCIE finalmente firmó un memorándum de entendimiento que estableció como primera fase la construcción del puerto en esta estratégica región del Caribe nicaragüense. El proyecto, según los firmantes, promete reducir significativamente los costos de exportación e importación, con estimaciones que oscilan entre 400 y 900 dólares por contenedor. Su costo inicial se proyecta en 360 millones de dólares, con una posible expansión a 500 o 600 millones, dividida en tres etapas.

“El puerto de agua profundas, que estaría ubicado dentro de la bahía de Bluefields, incluye dentro de sus componentes la construcción de infraestructura portuaria, carretera de acceso de 7.2 kilómetros para conectarse a la red nacional de carreteras, equipamiento, así como accesos marítimos y dragados”, se pronunció el BCIE en un comunicado.

La obra estaba programada para finalizar en 2023. Sin embargo, en agosto de ese año, el alcalde de Bluefields, Gustavo Castro Jo, informó a la junta directiva del Gobierno Comunal Creole sobre los avances en la gestión del proyecto Puerto Comercial de Aguas Profundas de Bluefields.

Según Castro, ya se han realizado los estudios de factibilidad técnica, económica, financiera, ambiental y social, y se está gestionando una solicitud de financiamiento por 500 millones de dólares. 

No obstante, existe una contradicción en las declaraciones oficiales. Karina Mejía, directora de la Secretaría de Promoción de Inversiones y Exportaciones de la Presidencia de Nicaragua, señaló que hasta este año se tiene como objetivo iniciar la construcción de un nuevo puerto de aguas profundas en la ciudad.

Si bien el proyecto se presenta como una apuesta transformadora para la economía del país, queda por ver si logrará superar el historial de promesas incumplidas de Ortega. Hasta ahora, las ilusiones de grandes obras han quedado en discursos, pero el respaldo técnico y financiero del BCIE podría darle un destino diferente a este ambicioso plan.