Sin unidad, “Ortega y Murillo por cinco años más… o tal vez para siempre”

Hace dos meses Ryan Berg, del Programa de las Américas en el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, pidió en el Senado de los EE.UU sanciones contra el Ejército y la revisión del Tratado de Libre Comercio como puntos claves para presionar al régimen y lograr condiciones electorales. Sin embargo, con la puesta en marcha del fraude electoral y la división de la oposición, el investigador habla con DIVERGENTES sobre “la consolidación de la dictadura”. La ventana de esta oportunidad de presión “se está cerrando muy rápido”, advierte y sostiene que el Cosep “no está apoyando mucho”.

Ryan Berg es el investigador principal del Programa de las Américas en el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS), un centro de pensamiento con sede en Washington. Foto cortesía.

Ryan Berg es el investigador principal del Programa de las Américas en el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS), un centro de pensamiento con sede en Washington. Está encargado de estudiar y analizar a Brasil, México, Venezuela y Nicaragua, todos países con climas políticos convulsos en los últimos años. 

Durante toda su carrera ha investigado las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, incluyendo regímenes autoritarios, conflictos armados, competencia estratégica y líneas comerciales y de desarrollo. También ha estudiado a los grupos criminales y los desafíos de gobernabilidad y seguridad de la región.

Su nombre empezó a sonar fuerte a finales de marzo, cuando pidió ante el Senado de Estados Unidos sanciones contra el Ejército de Nicaragua por colaborar con el régimen de Daniel Ortega para ejecutar la represión que dejó un saldo de 328 personas asesinadas a partir de la crisis política que inició en abril de 2018. “Sabemos que el Ejército compartió personal para apoyar a los paramilitares”, dijo Berg a DIVERGENTES, y agregó que la sanción contra esta institución “solo es cuestión de tiempo”. 

En esta entrevista, Berg, quien se considera un radical contra los regímenes autoritarios de Venezuela y Nicaragua, se muestra preocupado porque “se está acabando el tiempo para seguir presionando” al régimen de Daniel Ortega para conseguir condiciones electorales. También habla sobre los alcances de la Ley Renacer, las posibilidades de una sanción al Ejército y a los grandes empresarios; y las razones que preocupan a Estados Unidos de que Nicaragua se consolide como otra dictadura en la región. 

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¿Cómo se mira desde Estados Unidos el panorama electoral de Nicaragua?

El gobierno de Estados Unidos está de acuerdo con el análisis de Luis Almagro (secretario de la Organización de Estados Americanos), quien en la última reunión de la OEA dijo que no había condiciones para ir a las elecciones de noviembre. Yo creo que el Departamento de Estado está de acuerdo con estas declaraciones, pero no hay mucha atención en este asunto ahora. Yo creo que la atención está completamente en la pandemia, en el Covid-19 y en las vacunas. Y no hay mucha en la política exterior, ni siquiera en nuestro hemisferio. Tal vez haya un poco de atención en el Triángulo Norte (Honduras, El Salvador y Guatemala) y el tema de la migración, porque hay una crisis en la frontera. Pero además de eso, yo creo que no hay mucho pensamiento en este momento sobre la situación en Nicaragua, desafortunadamente. Creo que no hay mucho pensamiento estratégico sobre esta situación. Tenemos claro que está la Ley Renacer y resoluciones del Comité de Asuntos Exteriores en la Cámara, acciones en el Senado y sanciones en el Tesoro, pero una estrategia grande y amplia del gobierno no hay mucho en este momento. Hay una postura en el Departamento de Estado sobre Venezuela, y esa estrategia contra los regímenes dictatoriales está enfocada en Nicolás Maduro. Desafortunadamente Daniel Ortega en este momento está caminando bajo nuestro radar y es una gran lástima.

Pero entonces, ¿cuál es el mensaje de la Ley Renacer?

Por el momento es un mensaje del senador Bob Menéndez (del Partido Demócrata) de New Jersey. Yo no sé si es un mensaje de la administración de Joe Biden. Vamos a ver qué destino tendrá. Al final, yo creo que el Senado y la Cámara de Diputados van a pasar la ley. Pero el momento de aplicarla, de alguna manera, ya se fue. El momento era a finales de marzo, cuando había mucha conversación en Nicaragua y en la oposición nicaragüense. Y ahora el momento no está al mismo nivel que en marzo. Pero vamos a ver qué pasará con esta ley. El mensaje es muy simple: hay que presionar a los regímenes dictatoriales, porque sabemos que la política suave no funciona. Nunca funcionó, nunca funcionará. Hay que presionar a los regímenes dictatoriales con sanciones, con un poco de presión financiera; para que levanten la presión contra la oposición, para que abran espacio; para que podamos ver una oposición verdadera y puedan organizarse y hablar sobre los temas más importantes en el país. Con las elecciones tiene que haber observación internacional y expertos. El mensaje es que hay que presionarlos para que cambien. Y esta ley enfoca muy específicamente el rol del Ejército en esta crisis, y creo que es muy bueno subrayar eso.

Sin unidad, “Ortega y Murillo por cinco años más... o tal vez para siempre”
Daniel Ortega y Rosario Murillo proyectan reelegirse en noviembre próximo. Carlos Herrera | Divergentes.

¿Por qué es clave una sanción al Ejército?

No sé si con eso se logrará una salida a la crisis; solo es un punto de presión. Pero es un punto clave. Porque sabemos que el Ejército ha estado involucrado en muchas etapas de esta crisis. A pesar de que han negado su rol, recientemente vi un video en donde salen soldados hablando sobre la lealtad a Daniel Ortega y Rosario Murillo. Es decir, no juran lealtad ni al pueblo nicaragüense ni a la Constitución, sino que lo hacen a la pareja presidencial. Nosotros ya sabemos que el Ejército compartió personal con los grupos paramilitares en esta crisis. Entonces, ellos merecen una sanción. Porque hay que decirlo claro: estos abusos a los derechos humanos no los vamos a tolerar en nuestro hemisferio. 

El Ejército siempre ha negado su participación. ¿Esta sanción contra ellos estaría justificada?

Yo creo que sí. Hemos visto muchos informes, hay mucha información y evidencias. Sólo es cuestión de tiempo, porque hemos sancionado al general (Julio César Avilés, jefe del Ejército) pero no al Ejército como institución. Esto no tiene sentido, porque si hay una sanción contra el señor Avilés, creo que hay una justificación para una sanción a la institución. En el caso de la Policía hay sanciones contra líderes de la Policía y también contra la propia institución. Entonces creo que estaría justificada la sanción. 

Durante el primer año de la crisis se habló mucho del “aterrizaje suave”, que contempla una democratización de ciertas instituciones estatales. Sin embargo, lo que ha sucedido es lo contrario: más control sobre las instituciones y un estado de sitio policial. ¿Todavía se puede creer en un “aterrizaje suave” con Ortega?

Será muy difícil, especialmente con este calendario electoral. Una vez un nicaragüense me dijo que “las elecciones no se roban solamente en el día de la elección”. Y es cierto, porque las elecciones se roban en días, meses e incluso años atrás. Y creo que esto estamos viendo en este momento en Nicaragua. Entonces será muy difícil, no voy a mentir, pero siempre hay opciones con una unidad opositora. Si hay unidad, hay una posibilidad de vencer en esta elección a la pareja dictatorial.

Ante este panorama en el que Ortega está ejecutando un fraude electoral con meses de anticipación, ¿la oposición debe ir a las elecciones sin importar las condiciones o comenzar a desconocer el proceso y al régimen de Ortega?

Es una pregunta muy difícil porque hemos visto lo que sucedió en Venezuela con este boicot a las elecciones, y todavía no veo un camino a la democracia ahí. Ahora la oposición no tiene ni un poco de poder. Entonces los nicaragüenses tienen que ver y estudiar la situación en Venezuela. Algunas veces hay que ir a las elecciones sin condiciones. Pero también hay que estar claro que actualmente no hay ninguna condición y hay que considerar las consecuencias de un boicot y de la participación. Yo espero que con un poco de presión de los Estados Unidos y de la comunidad internacional mejore la situación en el país y se logren las condiciones. Pero ahora, sin mucha unidad opositora ¡uh! Es muy difícil encontrar el camino a la democracia. 

Sin mucha unidad opositora ¡uh! Es muy difícil encontrar el camino a la democracia. 

Ryan Berg es el investigador principal del Programa de las Américas en el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS)

¿Por qué es clave la unidad opositora?

Porque Ortega, como todo dictador, es un experto en dividir y vencer. Entonces si no hay una unidad opositora es por la misma estrategia de ellos. Con unidad opositora hay una oposición real, hay solo un mensaje, no 2 ni 10 mensajes. Con la unidad se le hace más fácil a la comunidad internacional poder ayudar. Porque Estados Unidos y el Departamento de Estado están confundidos: hay tantos candidatos, hay tantos mensajes y tanta división, que es muy difícil entender lo que está pasando algunas veces. Mientras que con un candidato o dos candidatos sería más fácil para la comunidad internacional identificar  momentos y estrategias para ayudar con sanciones y presión.

¿Todavía hay tiempo para lograr mejores condiciones electorales?

Sí, pero la ventana de esta oportunidad se está cerrando muy rápido. Nosotros sabemos que la resolución de la OEA, sin carácter vinculante, tiene como plazo el fin de este mes. Entonces vamos a ver qué vamos a hacer después de esta resolución. Pero hemos visto una provocación de Ortega y Murillo al hacer lo contrario a esta resolución. Entonces, todavía hay tiempo, pero esta ventana se está cerrando muy rápido.

“El Cosep está muy cómodo con Daniel Ortega”

Se dice que los grandes empresarios están moviendo los hilos detrás de los partidos políticos de oposición. ¿Qué opina del rol de los empresarios en este contexto?

Yo sé que ahora Cosep (Consejo Superior de la Empresa Privada) supuestamente está dispuesto a apoyar a la oposición. Pero la verdad es que no  lo veo apoyando mucho. Nosotros sabemos que Cosep está muy bien posicionado para hablar con los dos lados, y están muy cómodos con Daniel Ortega. Tanto antes, como ahora. Pero no veo mucho apoyo para sanciones contra empresas privadas ni la revisión del Tratado de Libre Comercio. Cuando yo pienso sobre puntos de presión contra el sector privado, pienso casi inmediatamente en este acuerdo entre países, como un punto clave de presión. 

¿El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos no será sujeto de sanciones?

Yo, francamente, creo que no. Ojo, yo soy extremo. Yo dije en marzo ante el Senado que se debería de revisar este tratado para presionar. Pero hay sensibilidad en Estados Unidos, y yo creo que no hay una disposición de que antes de las elecciones se use cómo mecanismo de presión. Pero siendo franco, creo que no, a pesar de que es un punto muy clave de presión contra los grandes empresarios. 

Sin unidad, “Ortega y Murillo por cinco años más... o tal vez para siempre”
Aunque José Adán Aguerri dejó la presidencia del Cosep, sigue llevando la batuta empresarial en la Alianza Cívica, que forma parte de la Alianza Ciudadana encabezada por CxL. Miguel Andrés | Divergentes.

El precandidato Arturo Cruz ha dicho que si se comete el fraude, Estados Unidos revisará el tratado…

Yo he escuchado esto, pero no sé si es una buena estrategia. Porque si Daniel y Rosario se roban la elección, ¿que se va hacer? se puede presionar con este tratado, pero ¿para qué? si tendremos a Daniel y Rosario por cinco años más, o tal vez para siempre… Yo espero que no, pero eso es una posibilidad. Es por eso que el momento para usarlo como presión es ahora, pero desafortunadamente no veo mucha disposición en Washington, hablando francamente. Y es una lástima… Ahora, hay un precio si Estados Unidos lo hace. Hay que pensar en este precio también, y pensar si este precio es demasiado o no para que se logren condiciones para las elecciones. El precio es que hay muchos trabajos en juego en este trato. Entonces tal vez hay un precio muy grande.

Si Daniel Ortega logra reelegirse, ¿podría volver a ser visto como un presidente que genere estabilidad?

Bueno, nosotros ya tenemos una orden ejecutiva del expresidente Donald Trump, donde se decía que Nicaragua se considera una amenaza en la región y a la seguridad nacional. Yo creo que vamos a ver mucha migración, mucha inestabilidad en el país si Ortega y Murillo roban esta elección. Será una amenaza y una fuente de inestabilidad en Centroamérica, además del Triángulo Norte. Entonces, lo que se puede valorar es a Nicaragua en la misma categoría de esos países vecinos.

¿Qué es lo que más le preocupa a Estados Unidos de la situación de Nicaragua?

Yo diría que lo más preocupante es la consolidación de una dictadura, de una más en nuestro hemisferio, nuestro barrio compartido. Entonces sería otro país el que no está cumpliendo sus obligaciones de la Carta Democrática Interamericana. Ya hemos visto la consolidación de una dictadura en Cuba y luego en Venezuela. Y creo que si se roban las elecciones de noviembre en Nicaragua estaríamos al precipicio de una dictadura consolidada. Creo que esto es lo que más le preocupa a mi país. 

Siga leyendo: La oposición consuma su división y despeja más el camino a la reelección de Ortega.


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