‘The Economist Intelligence Unit’ pronostica “enfriamiento” en la economía de Nicaragua para 2023

La crisis política en Nicaragua profundizará los problemas relacionados al empleo, la inversión y el crecimiento económico. A eso hay que sumar el “estricto control que ejercerá el Frente Sandinista de Liberación Nacional sobre el sistema político en los próximos años”. El equipo de DiverCheck te cuenta


La Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU, por sus siglas en inglés) publicó en su más reciente análisis lo que se espera este año en el país centroamericano. 

Las pasadas votaciones municipales de 2022 fueron el paso final del régimen Ortega-Murillo para transformar a Nicaragua “efectivamente en un Estado de partido único”, sostiene el informe.

La Unidad de Inteligencia recordó la eliminación de los candidatos de la oposición, realizada antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2021, así como del despojo de las alcaldías opositoras en el 2022, lo que destaca el “estricto control que ejercerá el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) sobre el sistema político en los próximos años”.

“La economía seguirá enfriándose”

‘The Economist Intelligence Unit’ pronostica “enfriamiento” en la economía de Nicaragua para 2023
Una vista del mercado municipal de Granada. Foto: Divergentes

La revista británica señaló en su reciente análisis que la tasa de desempleo se estancará en un 4.7% y se mantendrá cerca de ese nivel en los próximos años antes de remontarse a 5.5% en el 2027.

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Esto dejará como resultado crecimientos débiles, con tasas menores incluso que la inflación, la cual proyectan que se moderará entre el 2023 y 2027, luego de ubicarse en 10.4% el año pasado, el indicador se mantendrá por encima de la tasa oficial de cambio anual (2%).

“La economía continuará enfriándose en 2023, debido a una combinación de términos de intercambio más débiles, un clima de inversión deficiente, bajo crecimiento del crédito y salarios reales en declive. Esperamos que varias de estas tendencias persistirán en los años subsiguientes, lo que resultará en un crecimiento promedio deslucido del 2% anual entre 2023-27”, afirmó la Unidad de Inteligencia.

De igual manera, un componente clave sobre las perspectivas a corto plazo es el impacto de una inflación sobre el crecimiento de los salarios. “Esperamos que los salarios reales caigan por cuarto año consecutivo en 2023, por 1.1%. Los vientos en contra derivados del endurecimiento de la política fiscal son otro motivo de preocupación, al igual que altas tasas de interés internas, dado que esto encarecerá aún más el endeudamiento para negocios”, señaló el informe.

La importancia de la cooperación china 

China

“En nuestra opinión, el crecimiento seguirá siendo bastante moderado en el mediano plazo, lo que refleja el acceso limitado de Nicaragua a la financiación externa, su entorno empresarial deficiente y la confianza débil en el Estado de derecho. En consecuencia, esperamos que el crecimiento del PIB real promedie un 2% anual en 2023-27. Existen importantes riesgos al alza y a la baja para las perspectivas, que dependen del grado de cooperación china”, afirmaron.

“El principal riesgo para nuestras previsiones se centra en la generosidad de los chinos, asistencia financiera; si esto resulta decepcionante, la política fiscal será más contractiva que proyectamos actualmente, ya que los formuladores de políticas nicaragüenses son generalmente reacios a monetizar los déficits”, reiteró la EIU.

Nicaragua enfrentará un entorno externo desafiante en el corto plazo, a causa de los elevados precios del petróleo y tampoco será fácil el requerimiento financiero para las autoridades, “ya que las multilaterales reducirán sus desembolsos de deuda y los socios inversores extranjeros de EE. UU. su exposición a Nicaragua, debido al riesgo latente de sanciones secundarias”.

“Luego de su retiro prematuro, las posibilidades de Nicaragua de continuar recibiendo un importante respaldo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo y otros organismos multilaterales, como el Banco Mundial y el FMI (donde EE. UU. puede ejercer presión), han disminuido”, explicó la EIU. 

“Las relaciones de Nicaragua con la mayoría de sus vecinos son menos antagonistas; este seguirá siendo el caso, ya que el Gobierno no querrá arriesgarse a perder fondos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que es su principal acreedor. Aún así, es poco probable que los flujos a Nicaragua sean tan generosos como lo fueron en 2020-21, cuando el país recibió ayuda relacionada con la pandemia y recursos para apoyar los esfuerzos de reconstrucción posteriores al huracán”, indicó el estudio sobre el BCIE.

Otro factor que influirá sobre la economía de Nicaragua es una posible recesión en Estados Unidos, la que sería leve y que habría comenzado a finales del año pasado, la cual va a afectar “a los sectores orientados a la exportación de Nicaragua, especialmente a la industria de maquila (ensamblaje doméstico para reexportación)”.

“La prioridad a corto plazo del Gobierno de Ortega será la consolidación fiscal, particularmente porque su carga de amortización será relativamente pesada en 2023-27. Si bien es probable que el financiamiento chino (tanto dentro como fuera del presupuesto) brinde cierto alivio, no obviará por completo la necesidad de medidas de ajuste del cinturón”.

En ese entorno incierto se espera que el Gobierno de Ortega intente seducir al sector privado ofreciendo las nuevas oportunidades comerciales con sus aliados, “para mejorar las relaciones con el tejido empresarial local, con el fin último de estimular nuevas inversiones nacionales. Sin embargo, un entorno empresarial débil, serias limitaciones logísticas y un alto nivel de riesgo político mantendrán bajo el potencial de crecimiento”.