Complices Divergentes
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Unesco advierte: Salida de Nicaragua limitará su acceso a cooperación internacional en educación y cultura

La salida de Nicaragua de la Unesco no exime al país de sus responsabilidades en materia de patrimonio cultural. Pese al anuncio oficial de retiro del régimen Ortega-Murillo, los compromisos internacionales siguen vigentes. La propia Unesco confirmó a DIVERGENTES que los sitios inscritos como Patrimonio Mundial —como la Catedral de León y las Ruinas de León Viejo— continúan bajo las obligaciones de protección y conservación establecidas por la Convención del Patrimonio Mundial de 1972, mientras Nicaragua siga siendo Estado Parte de ese tratado hasta el 31 de diciembre de 2026

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La catedral de León, uno de los sitios en Nicaragua declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Divergentes | EFE.

El régimen orteguista anunció su salida de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (Unesco) el pasado 4 de mayo, pero no puede desentenderse de sus compromisos internacionales en materia de cultura. El mismo organismo confirmó a DIVERGENTES que el retiro de Nicaragua por disposición de la dictadura sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo no implica automáticamente la desvinculación de país de las principales convenciones culturales globales, como las referidas al Patrimonio Mundial o la de Patrimonio Cultural Inmaterial.

Esto significa que, aunque Nicaragua se aparte del organismo, sus autoridades continúan legalmente obligadas a proteger y conservar los sitios ya reconocido por la Unesco por su valor histórico, arquitectónico y simbólico.

“Esto significa que los sitios nicaragüenses inscritos como Patrimonio Mundial podrían seguir beneficiándose de las protecciones legales de la Convención, y las autoridades nicaragüenses seguirían estando obligadas a proteger y conservar dichos sitios”, explicó la organización en respuesta a una consulta directa de DIVERGENTES, lo que significa que Nicaragua continúa legalmente obligada a preservar sus sitios patrimoniales.

Sin embargo, con su salida efectiva del organismo establecida para el 31 de diciembre de 2026, el país perderá acceso directo al acompañamiento técnico, recursos y visibilidad internacional que la Unesco ofrece para la salvaguarda del patrimonio tangible e intangible existente en el país.

Esto deja en una situación de vulnerabilidad a los pocos bienes nicaragüenses reconocidos por la comunidad internacional como la Catedral de León, inscrita en 2011 por su valor arquitectónico y resistencia sísmica; y las Ruinas de León Viejo, declaradas en el año 2000 por su importancia histórica y arqueológica. A ellos se suman expresiones culturales como el Güegüense y el Palo de Mayo, protegidas por la Convención de Patrimonio Cultural Inmaterial.

Riesgo de abandono

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Las ruinas de León Viejo también han sido reconocidas por la Unesco. Divergentes | EFE.

Aunque los reconocimientos de estos sitios se mantienen, la salida del organismo reduce el monitoreo, la cooperación técnica y el acceso a fondos para su conservación y preservación. La responsabilidad recae por completo en las autoridades nicaragüenses, cuyo historial de gestión cultural ha sido opacado por el desmantelamiento de instituciones independientes y el uso de la cultura como herramienta de propaganda estatal.

“El Gobierno no se interesa por preservar estos bienes. Sin el apoyo de la Unesco, pueden comenzar a deteriorarse y a desatenderse”, advirtió el académico Ernesto Medina en declaraciones previas a DIVERGENTES. El peligro no es solo la falta de recursos, sino también la ausencia de voluntad política para cumplir con los estándares internacionales.

Rosario Murillo, vocera del régimen y autoproclamada “promotora de la cultura nacional”, desestimó públicamente el rol de la Unesco en la defensa del patrimonio cultural. “La cultura no la determinan organismos burocráticos y tecnocráticos sobrepagados… la hacemos nosotros, con nuestras alegrías, nuestras dolencias, nuestros sufrimientos”, afirmó el 5 de mayo, en una intervención cargada de retórica propagandista durante su monologo de mediodía.

Sin el respaldo técnico, el acompañamiento diplomático y los mecanismos de evaluación que proporciona la Unesco, expertos advierten que la conservación del patrimonio en Nicaragua queda vulnerable a la manipulación del discurso oficial y a la asignación de recursos mínimos, más guiados por intereses políticos que por criterios de preservación cultural. 

“En el ámbito cultural, Nicaragua dejará de beneficiarse de la mayoría de las iniciativas regionales de la Unesco para la salvaguardia cultural y el apoyo a personas artistas y a las industrias creativas”, advirtió la Unesco en su comunicación con DIVERGENTES.

Un retiro que afecta más que el patrimonio cultural

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Fachada de la sede la Unesco. Divergentes | Tomada de la Unesco.

La Unesco confirmó que la retirada de Nicaragua de esta organización reducirá drásticamente su acceso a numerosas fuentes de apoyo y cooperación internacional en los ámbitos de educación, ciencia, cultura, información y comunicación.

“La Unesco coordina los esfuerzos mundiales para garantizar el acceso a una educación de calidad para todos y todas. Para este fin, la organización aporta  su experiencia y sus recursos humanos y financieros para ayudar a los países a mejorar sus sistemas educativos, sus planes de estudio y la formación de sus docentes”, detalló el organismo internacional.

No obstante, la salida aún puede revertirse. La Unesco indicó a DIVERGENTES que Nicaragua tiene hasta el 31 de diciembre de 2026 para revocar su decisión. Pero, hasta ahora, el gobierno no ha dado señales de marcha atrás, ni ha demostrado una voluntad real para resguardar los bienes que todavía lo conectan con la comunidad internacional.

Para una nación con recursos limitados y un Gobierno autoritario cada vez más cerrado al escrutinio externo, abandonar los espacios de cooperación global en temas culturales representa un retroceso no solo institucional, sino también histórico. 

La Unesco explicó que, como en otros países centroamericanos, Nicaragua se había beneficiado de programas enfocados en fortalecer la educación en zonas rurales y vulnerables. Con esta salida, además de interrumpir las actividades en curso, el país perderá la oportunidad de acceder a nuevas iniciativas y fondos de cooperación.

Nicaragua se aísla, la región avanza

En el ámbito cultural, la organización señala que Nicaragua dejará de participar en la mayoría de las iniciativas regionales orientadas a la protección del patrimonio, el apoyo a artistas y al desarrollo de las industrias creativas. La organización aclara que, si el país sigue siendo Estado Parte de la Convención sobre el Patrimonio Mundial de 1972, podrá continuar postulando nuevos sitios a la lista. 

Mientras Nicaragua se estanca en su proceso de aislamiento institucional, la Unesco confirmó que continuará trabajando de forma activa con el resto de los países centroamericanos. La oficina regional mantiene iniciativas claves como el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación, el Marco de Monitoreo de Estudiantes en Movimiento y la Red Iberoamericana de Educación Inclusiva.

Además, la organización participa en la protección de reservas de biosfera transfronterizas, como el Parque Internacional La Amistad (entre Costa Rica y Panamá) y la Reserva Trifinio Fraternidad (El Salvador, Guatemala y Honduras), espacios de cooperación ambiental y cultural en los que Nicaragua quedaría al margen.


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