Tras el anuncio de la Cancillería de Nicaragua de romper relaciones con el Reino de los Países Bajos por su reiterada posición “injerencista, intervencionista y neocolonialista”, el ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Wopke Hoekstra, lamentó la decisión “desproporcionada” tomada por Managua y señaló que estará discutiendo con la Unión Europea los “próximos pasos” a raíz de esta ruptura.
Horas más tarde, como DIVERGENTES había informado, la embajadora de la Unión Europea, Bettina Muscheidt, salió de Nicaragua, luego de la expulsión de facto ordenada por el régimen. La diplomática salió en un vuelo con destino a México.
La arremetida contra los europeos se suma el rechazo del régimen al embajador de Estados Unidos ratificado por el Senado de Estados Unidos. Por su parte, el ministro de exteriores de Países Bajos dijo que “Holanda deplora decisión desproporcionada de Nicaragua de romper relaciones diplomáticas. Por supuesto, hablamos sobre las violaciones de los derechos humanos y el deterioro de la democracia cuando hay razones para hacerlo. Pero una conversación al respecto siempre es mejor que cortar lazos”.
El diplomático añadió que, al igual que Holanda, otros países también están notando una dificultad para mantener un diálogo con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. “Por lo tanto, estamos discutiendo los próximos pasos con la Unión Europea”, dijo el funcionario sin precisar qué acciones van a empujar en contra de la administración sandinista.
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A consideración del analista político Eliseo Núñez, la estrategia de Ortega con esta ruptura es llevar las relaciones diplomáticas a un punto en el que solamente el uso de la fuerza la solucione, algo que a su criterio no está en la agenda de la comunidad internacional.
“Lo que ha hecho es llevar a la comunidad internacional al borde del abismo y le queda nada más dos tipos de opciones: un cierre total económico que colapse el país y sentarse a esperar a ver qué pasa, porque no es muy predecible el uso de la fuerza”, planteó el analista político.
“Entonces entramos a un espacio de un ‘stand by’ que (Ortega) ocupa para sostenerse en el poder indefinidamente”, añadió.
La noche del viernes 30 de octubre, la Cancillería nicaragüense emitió un comunicado en el que señaló que el Reino de los Países Bajos ha ofendido a los nicaragüenses con supuestas amenazas y suspensión de obras como hospitales para comunidades originarias y afrodescendientes.
Esa ofensiva permanente, “nada diplomática y violatoria de la Convención de Viena”, añadió la Cancillería, “nos obliga a tomar esta medida que defendemos con el honor, la dignidad y el espíritu soberano que nos caracteriza”.
“Repudiamos y condenamos los agravios y crímenes de esa Europa colonialista y neocolonialista, frente a países codiciados y agredidos como el nuestro”, detalló la Cancillería.
Política “parásita” de Rusia
Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), planteó que el régimen Ortega-Murillo está adoptando una política exterior “parasitaria” como la de Rusia, que en estos momentos enfrenta problemas con la OTAN y Estados Unidos.
“Él se está plegando de una forma parasitaria hacia la política exterior rusa y en cierto modo, hacia la política exterior china, sobre todo, está defendiendo la misma estrategia de los otros siete países que en la Asamblea General de Naciones Unidas intentaron negarle al presidente de Ucrania mandar un video mensaje a la Asamblea General”, señaló McFields.
El exdiplomático añadió que esta postura a Ortega le terminará pasando factura a la economía de Nicaragua, la generación de empleos y acceso a la canasta básica.
“Esto tiene un impacto económico muy grande en la población de a pie, la que supuestamente Ortega dice defender”, agregó el exembajador.
Ortega tomó la decisión de romper lazos diplomáticos con Países Bajos días después de que su mismo régimen ordenara la expulsión de la embajadora de la Unión Europea (UE) en Nicaragua, Bettina Muscheidt. El caudillo estableció un plazo “prudencial” para que la diplomática abandonara el país este sábado.
Ortega también reiteró su rechazo a la ratificación de Hugo Rodríguez como embajador de Estados Unidos en Nicaragua. Ortega expresó que habían dado el visto bueno a la solicitud de plácet, sin embargo, después de las declaraciones que hizo el diplomático el pasado 28 de julio ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, no iba a permitir que ejerciera sus funciones en el país.
“¿Qué hizo en el Senado? Insultar, irrespetar y hablar como si venía de nuevo William Walker a Nicaragua, a apoderarse de Nicaragua. Entonces dijimos inmediatamente ‘afuera, afuera’, se queda afuera gritando lo que quiera, pero aquí en tierra nica se respeta nuestra bandera”, reprochó el mandatario sandinista.
La cámara alta ratificó “por voto de voz” a los nominados del presidente Biden para servir como embajadores en Belice, Kirguistán, Nicaragua y Panamá. En el caso de Rodríguez, había sido postulado en mayo pasado en sustitución al actual embajador de Washington en Managua, Kevin Sullivan.
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