Culebrón diplomático en Argentina por invitado iraní de Ortega: exigen su captura inmediata

El vicepresidente iraní para asuntos económicos, Mohsen Rezai, es buscado por la justicia argentina por un ataque terrorista en 1994. Participó en la toma de posesión de los Ortega-Murillo y desató la indignación generalizada en el país austral, sobre todo porque el embajador del presidente Alberto Fernández en Managua, Daniel Capitanich, no tuvo una postura beligerante. Exigen que Rezai sea detenido de inmediato en Managua y extraditado a Buenos Aires

Mohsen Rezai (barba y al centro de la foto) con Daniel Ortega y Nicolás Maduro. Cortesia Presidencia.

Sectores sociales y políticos de Argentina han comenzado a exigir al gobierno de Alberto Fernández que pida a la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) la captura inmediata del diplomático Iraní Mohsen Rezai y lo extraditen a Buenos Aires, donde enfrenta un proceso por el ataque terrorista de la Asociación Mutual Israelita (AMIA) en 1994 y en el cual murieron 85 personas. Rezai viajó a Nicaragua a participar en la toma de posesión de Daniel Ortega y Rosario Murillo y, en la tarima enflorada en la vieja Plaza de la Revolución este lunes diez de enero, coincidió con el embajador austral en Managua, Daniel Capitanich, a quien le achacan una postura poco beligerante ante este funcionario iraní sospechoso de “terrorismo”. 

Este martes, tras viralizarse las fotos en la toma de posesión de Rezai, quien funge como vicepresidente de Asuntos Económicos de Irán, en Argentina explotó la indignación. La Cancillería del gobierno de Fernández, que ideológicamente es cercana a Ortega, emitió un comunicado expresando una “enérgica condena a la presencia de Mohsen Rezai en el acto de toma de posesión del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega”. “Su presencia constituye una afrenta a la justicia argentina y a las víctimas del brutal atentado terrorista contra la AMIA”.

Políticos y víctimas del ataque terrorista recordaron de inmediato que Rezai tiene una alerta roja de la ​Interpol y, por esa razón, han criticado duramente al presidente Fernández y a su embajador Capitanich por no activar una orden de captura “inmediata” en Managua.  

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“No alcanza con que el Gobierno critique o repudie la presencia del acusado iraní del ataque a la AMIA, esas son sólo palabras. Presidente Fernández: ¡pida a sus amigos de Nicaragua que apresen y extraditen al fugitivo!”, expresó Patricia Bullrich, exministra de seguridad argentina. 

“Complicidad expresa” de Capitanich

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Por su parte Diego Guelar, exembajador argentino en Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil y China, publicó un artículo este martes señalando al embajador argentino en Managua, Daniel Capitanich de “no hacer nada” y cometer, por consiguiente, “complicidad expresa”. 

Guelar relató así lo que sucedió en la tarima en la que Ortega se reeligió por cuarta vez consecutiva: “Un joven diplomático argentino se acerca a su embajador, Mateo Daniel Capitanich, en el medio de la ceremonia oficial y le susurra: ‘Señor embajador, ¿Vio quien representa al gobierno Iraní?’ y le señala discretamente a un hombre barbudo que se encontraba a pocos metros de distancia. ‘¿Quién es?’, preguntó curioso el embajador. Casi tartamudeando, su ladero le dice: ‘Es Mohsen Rezai, el vicepresidente de Asuntos Económicos…’. ‘Ah’, contesta el embajador, ‘¿Y?’”. 

Fuentes argentinas han sostenido que Capitanich no es un diplomático de carrera y es hermano de un gobernador del país austral. “Su único mérito para estar en Nicaragua es ser fanático de los sandinistas y estoy seguro que ni siquiera debe haber conocido a Rezai. Eso te dice la calidad de diplomático que es”, dijo la fuente que prefirió no ser identificada. 

La embajada de Israel en Argentina lamentó la participación de Rezai en la ceremonia de juramentación y emitió un comunicado en el que destacó que “condenamos el apoyo de Irán al terrorismo internacional y hacemos un llamado a las autoridades nacionales e internacionales para que hagan cumplir las medidas tomadas contra los acusados”.

El episodio con Rezai ha terminado de agriar la relación entre Ortega y el gobierno de Alberto Fernández. Todo inició cuando Capitanich dijo al diario La Prensa que una delegación de Argentina participaría en la investidura de Ortega y Murillo. La declaración generó controversias en el país austral por el apoyo al régimen sandinista, considerado violador de los derechos humanos. Días después, el canciller argentino, Santiago Cafiero, dijo que no habría tal comitiva viajando a Managua. Finalmente, solo Capitanich acudió a la investidura de la pareja presidencial y todo terminó en este embrollo diplomático que se está desenvolviendo en Buenos Aires.  

¿Quién es Mohsen Rezai? 

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En 2006, el fallecido fiscal especial Alberto Nisman, que estaba investigando el ataque terrorista de 1994, acusó a nueve altos funcionarios iraníes de responsabilidad por hablar y posteriormente emitió una orden de arresto contra algunos de ellos, incluido Mohsen Rezai.

Sin embargo, los pedidos de extradición nunca se llevaron a cabo y en enero de 2015 el abogado Nisman acusó a la entonces presidenta Christina Fernández de Kirchner (actual vicepresidenta) de prestar su investigación y colaborar con un Estado terrorista. Cinco días después, Nisman fue encontrado sin vida y con un disparo en la cabeza. 

Rezai fue comandante del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución-Pasdaran entre los años 1993 y 1994. En la causa judicial por el atentado a la mutual judía que el 18 de julio de 1994 le costó la vida a 85 personas, se le acusa, junto al hoy ministro del Interior de Irán, Ahmad Vahidi, de integrar el selecto grupo de “inteligencia que sometió a evaluación la propuesta de atentar contra nuestro país” en 1993.

El informe del atentado señala que la Constitución del régimen iraní deja en claro que la Guardia tendría la función de “expandir la Jihad (guerra santa) en el mundo” y por lo tanto tenía tareas de “exportación” la revolución, “considerándolo en el núcleo de las actividades extraterritoriales” del régimen.

Un testigo de identidad reservada confirmó a Rezai como jefe del Cuerpo de Guardias de la Revolución, y a Vahidi como comandante de las Fuerzas Al-Quds, “encargada de dirigir y coordinar todas las operaciones terroristas de Teherán u otras actividades relativas a la exportación de la revolución”. 

Señala además el informe -basado en testigos- que la Fuerza Al Quds, por ejemplo, operaba con “atentados suicidas, coches bomba, secuestros, colocaciones de bombas, toma de rehenes, secuestros de aeronaves, asesinatos e intentos de realizar operaciones terroristas utilizando aeronaves y helicópteros”.

En lo que concierne a Vahidi y Rezai, en particular, el documento reitera que “formaban parte de la oficina encargada del plan preliminar. Dado que este plan fue resultado de un grupo de trabajo en equipo de los integrantes de la oficina de inteligencia, resultó lógico que a todos sus miembros se les adjudicara responsabilidad por su participación en el atentado”. 

En febrero de 2020 Rezai declaró en un medio televisivo que Irán sólo está buscando una excusa para atacar a Israel y “arrasar Tel Aviv hasta el suelo”, culpando a Israel por supuestamente ayudar a Estados Unidos a matar al comandante Qassem Soleimani.

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