El régimen Ortega-Murillo arrasa con los cónsules honorarios en Nicaragua. ¿Qué hay detrás?

Desde marzo, el régimen sandinista le ha quitado el reconocimiento a unos 14 cónsules honorarios. Para el experto en relaciones internacionales, Pedro Fonseca, esto significa que la pareja presidencial “envía un mensaje simbólico” a la comunidad internacional que ha rechazado los crímenes de lesa humanidad de los Ortega-Murillo

Un simpatizante sandinista carga una pancarta con uno de los eslóganes del régimen. Foto de EFE.

Al menos nueve cónsules honorarios fueron despojados de sus reconocimientos de un tajo el pasado fin de semana por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Teniendo en cuenta que este estatus es más ceremonial en el ámbito de las relaciones internacionales, el retiro de las credenciales también es “profundamente simbólico” y pone de manifiesto la “bravuconería” que el régimen sandinista ha implementado en su política exterior en los últimos años, según el internacionalista, Pedro Fonseca. 

Aunque este retiro de credenciales no se ha oficializado a través del diario oficial La Gaceta, estos se sumarían a otros cinco que fueron quitados en marzo de este año, originarios de Malta, Reino de Noruega, Rumania, Dinamarca y Seychelles, según fuentes diplomáticas. 

La información que se tiene es que oficiales de la Policía llegaron a la casa de cada uno de los cónsules para quitarles el escudo y la placa diplomática. Pero todavía no se precisan los nombres ni los países de origen de los afectados de manera oficial. Fonseca considera que el hecho de que las fuerzas policiales se presentaran sin aviso en los domicilios de estos cónsules, y les retiraran las credenciales diplomáticas, muestra el irrespeto por la tradición y el protocolo que debe regir las relaciones bilaterales. 

Algunos medios han informado que algunos de estos cónsules son miembros destacados del gremio empresarial nicaragüense. Por lo tanto, el experto internacional estima que es muy probable que esta decisión esté fuertemente fundamentada por el rechazo que ha hecho el sector privado nicaragüense y la comunidad internacional a los crímenes y agravios cometidos por el régimen Ortega-Murillo. 

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Para Fonseca, la dictadura continúa dejando en evidencia la “gran ineficacia en la administración del Estado y su torpeza magnánima en el desarrollo de las relaciones con nuestros socios internacionales históricos”. 

¿Qué funciones tiene un cónsul honorario?

El régimen Ortega-Murillo arrasa con los cónsules honorarios en Nicaragua. ¿Qué hay detrás?
Daniel Ortega en un acto diplomático. Foto de archivo de EFE.

Según la Ley Servicio Exterior de Nicaragua, los cónsules honorarios son nombrados por el Presidente de la República con atribuciones específicas. No serán considerados miembros del Servicio Exterior, “pero estarán sujetos en sus actividades consulares a la presente Ley, su reglamento y a la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963”, según el artículo 26 de esta ley. 

La Convención de Viena (abril 1963) señala que existen dos clases de funcionarios consulares: los de carrera y los honorarios. El objetivo de ambos es el de contribuir al desarrollo y la amistad entre los pueblos. Sin embargo, el tratado no proporciona una descripción exhaustiva de las funciones y estatus de los cónsules honorarios. 

Pedro Fonseca, el experto en relaciones internacionales, dijo que debido a la falta de detalles específicos en las convenciones mencionadas, la definición y las funciones de los cónsules honorarios pueden variar entre los Estados y las circunstancias particulares. “Los Estados pueden establecer sus propias regulaciones y acuerdos bilaterales para determinar las funciones, responsabilidades y estatus legal de los cónsules honorarios en sus relaciones internacionales”, detalla el experto. 

Fonseca explica que los cónsules honorarios son individuos que, en virtud de su posición o contribuciones a la promoción de los intereses de un país en otro, son designados como representantes consulares de manera honoraria y sin remuneración oficial. A diferencia de los cónsules regulares, que son funcionarios gubernamentales y que desempeñan sus funciones a tiempo completo, los cónsules honorarios generalmente tienen un estatus más ceremonial y suelen ser ciudadanos del país anfitrión, es decir, en este caso, ciudadanos nicaragüenses.

Por ejemplo, el empresario Carlos Reynaldo Lacayo Lacayo, CEO del grupo CALSA, fue durante más de 30 años el cónsul honorario del Gran Ducado de Luxemburgo. En un artículo, publicado en La Prensa en 2017, Lacayo dijo que los cónsules honorarios son seleccionados por ser personas probas, conocidas ampliamente por su actitud equilibrada y profesional. “Suelen ser empresarios con un serio compromiso con la responsabilidad social, individuos reconocidos por su ecuanimidad y gozan de la aprobación de su comunidad para representar a otro país”, dijo el diplomático. 

Fonseca señala que los roles de la mayoría de cónsules honorarios son principalmente simbólicos y de apoyo, y su designación “suele ser una forma de reconocimiento a su compromiso con la relación entre los dos países”. 

En algunos países, los cónsules honorarios complementan una red de misiones diplomáticas en el extranjero, que incluyen las Embajadas, Consulados Generales, Consulados u otras representaciones diplomáticas. En teoría, el cónsul honorario debe velar por los derechos de sus compatriotas dentro de su territorio de responsabilidad. De modo que puede orientar y dar asistencia en situaciones de emergencia o desamparo a sus conciudadanos y ayudarles a contactar a las autoridades locales o con las embajadas respectivas. Generalmente, los cónsules honorarios no expiden pasaportes ni se encargan de los visados o permisos de residencia. 

Los cónsules honorarios pueden promover las relaciones entre el país que representa y el país en donde desempeña su misión, en cuestión de negocios, economía y cultura. Por ejemplo, un cónsul honorario puede ayudar a las empresas de su país a conseguir información sobre el modo de funcionamiento de las empresas locales o buscar socios. 

Cónsules honorarios nicaragüenses 

El régimen Ortega-Murillo arrasa con los cónsules honorarios en Nicaragua. ¿Qué hay detrás?
Víctor Trujin, Director del Instituto de Investigación Científico de Vacunas, es el Cónsul Honorario de Nicaragua en San Petersburgo. Foto tomada de Presidencia.

En una reunión con cónsules honorarios de Nicaragua en países asiáticos en 2012, el entonces canciller, Samuel Santos, dijo que los cónsules desarrollarían una agenda de trabajo para dar a conocer la estrategia de Nicaragua para atraer inversiones, los sectores claves de la economía y proyectos estratégicos, a fin de que apoyen al gobierno a la búsqueda de inversiones. 

“La labor que ustedes hacen es fundamental para la política exterior de Nicaragua, sobre todo en el caso donde no tenemos embajador residente o se encuentran muy alejados de nuestras embajadas”, dijo Santos.

Santos expresó que los cónsules honorarios “representan el vínculo que se necesita para promover a Nicaragua en sus países como destino para inversiones productivas, para incursionar nuestros productos, pero sobre todo para apoyar a los nicaragüenses residentes en sus países  y difundir la cultura nicaragüense”.

El experto en relaciones internacionales, Pedro Fonseca, enumera una serie de funciones y responsabilidades que puede tener un cónsul honorario: 

  • Promoción de intereses: los cónsules honorarios pueden contribuir a la promoción de los intereses económicos, culturales y políticos de su país en el país anfitrión.
  • Asistencia a ciudadanos y empresas: aunque en menor medida que los cónsules consulares regulares, los cónsules honorarios pueden brindar asistencia a los ciudadanos y empresas de su país en el extranjero, como ofrecer información básica, facilitar el contacto con las autoridades locales y proporcionar orientación en situaciones de emergencia.
  • Eventos y relaciones públicas: los cónsules honorarios a menudo participan en eventos culturales, sociales y diplomáticos que promueven la relación entre su país y el país anfitrión.
  • Promoción del comercio y la inversión: pueden ayudar a facilitar el comercio y la inversión al fomentar contactos empresariales y promocionar oportunidades de negocios.

  • Colaboración con las autoridades locales: los cónsules honorarios pueden colaborar con las autoridades locales en cuestiones específicas, como la promoción del turismo, la cooperación educativa o la difusión de información sobre el país que representan.


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