El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió este viernes de que Washington seguirá imponiendo sanciones económicas al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y así presionarlo para que rinda cuentas por sus “abusos generalizados” y pueda retornar la democracia y el respeto de los derechos humanos en la nación centroamericana.
El máximo representante de la diplomacia estadounidense hizo estas declaraciones durante un evento de agradecimiento al personal diplomático estadounidense que participó en la acogida de los 222 presos políticos nicaragüenses que fueron desterrados por el régimen sandinista en febrero pasado y enviados a Estados Unidos.
Blinken dijo, además, que la administración del presidente Joe Biden también ejercerá presión con otros socios del continente” para castigar a la dictadura sandinista, que tras el destierro de los presos políticos ha incrementado la represión contra la Iglesia católica, líderes religiosos y ciudadanos a los que ha despojado de su nacionalidad.
El jefe de la diplomacia estadounidense recordó que los 222 nicaragüenses habían sido encarcelados “por ejercer sus derechos fundamentales”, algo que “lamentablemente es un crimen en la Nicaragua de Ortega”.
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Muchos de ellos vivían en “duras condiciones“, con el miedo de ser trasladados en cualquier momento a otra celda para ser torturados o incluso ejecutados, añadió Blinken.
El secretario aplaudió el trabajo “humanitario” y “compasivo” del personal del Departamento de Estado, que él dirige, que acompañó a los activistas en el avión desde Managua hasta Washington, y que luego los ayudó a reunirse con familiares en Estados Unidos.
“Ahora, gracias a su trabajo, nuestros amigos nicaragüenses están iniciando una nueva vida en más de una docena de estados de Estados Unidos y algunos se están trasladando a otros países”, enfatizó.
El pasado 9 de febrero, 222 presos políticos nicaragüenses, entre los que había prominentes figuras de la oposición como Félix Maradiaga y Juan Sebastián Chamorro, fueron excarcelados, expulsados del país y despojados de su nacionalidad por ser considerados por Ortega como “traidores a la patria”.
Un avión de Estados Unidos los recogió en el aeropuerto de Managua y los trasladó a Washington, donde se les entregó un permiso humanitario para permanecer en el país durante dos años. Algunos han aceptado las ofertas para recibir la nacionalidad española, colombiana, mexicana o chilena.
“Estos médicos, estos líderes políticos, periodistas, sacerdotes que se reunieron y se encontraron juntos en ese avión, tenían una cosa que les unía, una aspiración primordial, y era simplemente ejercer sus libertades fundamentales y tratar de salvaguardar la libertad de sus conciudadanos”, destacó Blinken.
Promoción de la democracia
El subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Brian Nichols, también destacó el arduo trabajo para lograr el viaje de los ahora exreos políticos, y reafirmó el compromiso de Washington de continuar promoviendo la democracia en Nicaragua.
“Creemos que la libertad de expresión, de libertad de prensa y el derecho a votar son valores universales… Anhelamos que un día estas valientes personas (exreos políticos) puedan regresar a su país como los padres, madres, hijos e hijas y ciudadanos de Nicaragua”, señaló el funcionario en un video compartido en su cuenta oficial de Twitter.
En tanto, varios de los presos políticos desnacionalizados, entre ellos Tamara Dávila, Félix Maradiaga y Lesther Alemán saltaron a grandes escenarios políticos tales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Cumbre Mundial por la Democracia, presidida por el presidente Biden, para denunciar al régimen sandinista.
(Con información de EFE)