Estudiantes de la Universidad Casimiro Sotelo reciben primera semana de clases lidiando con el desorden y el miedo

Los estudiantes de la Universidad Nacional Casimiro Sotelo se han visto forzados a cambiar sus temas de investigación por temor, las modificaciones de horarios de clases son constantes y la politización es permanente

Las clases en la UNCSM iniciaron con serios problemas de organización que afectan directamente a los estudiantes. Divergentes | Tomada de la UNCSM

Camila define su primera semana de clases en la Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro, anteriormente Universidad Centroamericana (UCA), como “confusa, caótica y desorganizada”. 

El primer día de clases llegó a las 8 de la mañana al recinto, según lo ordenado por las nuevas autoridades de la Universidad Casimiro Sotelo. Para esto, pidió permiso en el trabajo donde realiza sus prácticas profesionales e informar sobre su nuevo horario de estudios.

Sin embargo, cuando llegó a la universidad en la mañana del 15 de enero, se encontró con la noticia de que su horario había cambiado nuevamente. Sus clases no iniciarían a las 8 de la mañana según lo informado, sino hasta las una de la tarde de ese mismo día.

“Me tuve que regresar a mi trabajo porque había pedido permiso solo para la mañana, no para la tarde. Me iban a decir que estaba jugando”, expresa la joven estudiante.

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A Camila únicamente le hacen falta dos clases para terminar su carrera, razón por la que decidió continuar en la universidad confiscada y no en La Universidad Rafael Landívar de Guatemala o la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas de El Salvador. 

Ambos centros de educación superior ofrecieron la continuidad de estudios para el estudiantado proveniente de la antigua UCA, pero con la condición de cursar al menos un año de estudios.

“La condición en las otras universidades es estudiar en ellas al menos un año y realizar el proceso de culminación de estudios ahí. Yo ya tengo todo eso adelantado, solo me falta un semestre. Por eso me quedé aquí”, explica. No obstante, no esperaba tanta desorganización en la Casimiro Sotelo. 

Además, indica que es “evidente” que sus nuevos profesores desconocen los procedimientos vinculados a la carrera que estudia, como por ejemplo, las clases de culminación de estudios que mencionó.

“En mi caso tenemos que hacer un proyecto que esté relacionado a la carrera, pero el profesor cuando llegó no sabía en qué consistían esos proyectos, ni lo que hacía falta para terminarlos. Se notaba mucho que improvisaba en la clase”, señala.

Estudiantes cambian sus temas de investigación “por temor”

Estudiantes de la Universidad Casimiro Sotelo reciben primera semana de clases lidiando con el desorden y el miedo
Varios de los nuevos profesores evidentemente son adeptos al régimen, según estudiantes de la Universidad Nacional Casimiro Sotelo | Divergentes | UNCSM

La desorganización de los profesores en las clases no solo ocurrió en el salón de Camila. Josefina, estudiante de último año de Psicología, también indica que la nueva coordinadora de su carrera y sus nuevos profesores, siquiera son profesionales de esa licenciatura.

“La nueva coordinadora de la carrera no es  psicóloga y los profesores que me dan clases tampoco. Uno es médico general, y el otro es trabajador social. Ellos mismos nos lo decían”, explica.

En su primera semana de clases, también le informaron a su salón que algunas de sus clases iban a estar detenidas temporalmente “mientras se organizaban a lo interno”. “Tienen serias dificultades con los estudiantes de reingreso”, añade.

Para ella, regresar a la universidad “se sintió surrealista”. Aunque el recinto es el mismo de la UCA, la nueva iconografía y propaganda que inunda todo el lugar, le da un ambiente totalmente distinto, dice.

Por su parte, el ambiente entre los estudiantes va desde la añoranza de sus viejos profesores, hasta el temor con los nuevos colaboradores. 

Por temor y seguridad, ella y varios de sus compañeros cambiaron de tema en su proyecto de culminación de estudios y decidieron empezar de nuevo, ya que varios estaban relacionados a la situación sociopolítica del país.

“Ahora no podemos hablar de lo que pasa en el país, ni en la universidad. Creo que eso es grave para nuestra enseñanza, porque debemos tener una mirada crítica y analítica del contexto, pero ahora no podemos aprender eso”, expresa.

Estudiantes de primer ingreso “son adoctrinados”

Estudiantes de la Universidad Casimiro Sotelo reciben primera semana de clases lidiando con el desorden y el miedo
Alejandro Genet, el rector impuesto en la UNCSM y fiel al régimen Ortega-Murillo, inauguró el primer día de clases | Divergentes | Tomada de la UNCSM

Si bien mucho de los nuevos maestros señalaron desde el inicio de sus clases que no iban a hacer comentarios relacionados a la confiscación de la universidad y a la coyuntura del país, otros maestros portaban elementos rojinegros y hablaban abiertamente del mártir sandinista Casimiro Sotelo, así como “su buen gobierno”.

De acuerdo a las estudiantes consultadas por DIVERGENTES, los discursos políticos son dirigidos especialmente a los estudiantes de nuevo ingreso. “Obviamente lo hacen para adoctrinarlos y saben que es más difícil hacerlo con los estudiantes que estábamos aquí, que teníamos una historia con la universidad y con nuestros maestros”, dice Camila.

Después de dos días de no recibir clases, Camila finalmente recibió su primera clase casi al final de la semana pasada. Aunque su horario quedó fijado en el turno de la tarde, le advirtieron que este todavía podía cambiar, lo que la compromete con sus responsabilidades en su trabajo.

“Por suerte en mi trabajo han sido bastante comprensivos, pero no puedo estar llegando con cambios de horarios a cada rato. Me preocupa que los cambios de horario sigan, porque somos muchos los que estamos trabajando”, señala.

Ausencia de alumnos es notoria

Estudiantes de la Universidad Casimiro Sotelo reciben primera semana de clases lidiando con el desorden y el miedo
El interior del campus del primer día de clases en la UNCSM se miraba vacío | Divergentes

Además de los cambios en la administración y en la identidad de la universidad, la ausencia de compañeros es una de las cosas más notables para estas jóvenes estudiantes. 

Muchos estudiantes a quienes también les faltaba menos de un año para culminar sus estudios, decidieron terminar la carrera en las universidades jesuitas de El Salvador y Guatemala.

Actualmente los salones no pasan a más de diez estudiantes, pero esto no solo ocurre en los salones de último año, sino también en los salones de reingreso de otras generaciones

“Mucha gente de la carrera que estaba en segundo o tercer año se fueron. La universidad está bastante vacía en comparación a como estaba antes”, dice Camila.

Josefina dice que ha observado una disminución incluso con los estudiantes de nuevo ingreso. Cuando ella entró a estudiar en 2020, su generación era alrededor de 80 estudiantes y estaban divididos en dos grupos de 40. Ahora, hay únicamente un grupo de nuevo ingreso que es menor de 40.

“Sí hay varios muchachos que entraron a la universidad, pero no era la cantidad de estudiantes que recibía la UCA. Es mucho menor”, cuenta.


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