La noticia sobre la futura gratuidad de las universidades confiscadas divide las opiniones entre los estudiantes de la Universidad Nacional Politécnica (UNP), anteriormente llamada Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli).
Por un lado, estudiantes que no habían podido acceder a becas por el rechazo de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), el brazo represor de la dictadura en las universidades, ahora podrán estudiar sin costo.
Pero, por otro lado, también reconocen que “el precio a pagar”por esta gratuidad es la politización total en el pensum académico y la disminución de la calidad educativa.
“Corrieron a los maestros que eran buenos”, lamentan los estudiantes.
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“Siento que no vale la pena estudiar porque corrieron a todos los maestros que eran buenos”, dice Scarleth, una estudiante de la UNP del recinto de Estelí, que debió abandonar su carrera, ya que UNEN le quitó arbitrariamente su beca en 2022.
La joven, originaria de Somoto, entró a estudiar en la Upoli en 2021. Debido a que se mantenía sola, le costaba pagar la mensualidad de 30 dólares, así que solicitó una beca para seguir estudiando.
“Tenía que andar detrás de la gente de UNEN para tener la beca. Al final la conseguí en mi segundo semestre y la condición era que yo mantenía la beca, si mantenía alto mi promedio de clases”, explica.
Eliminación de las becas
A pesar que ella siempre cumplió con los requisitos para conservar la beca, UNEN le avisó que ya no la tendría para el año 2022, porque supuestamente la universidad no tenía presupuesto y estaba endeudada.
“Me dijeron que para la sede de Estelí no había dinero porque tenían una deuda. Con quién era la deuda, no lo sé, nunca me dijeron nada”, explica.
En 2022 cuando la UPOLI fue confiscada por el régimen Ortega-Murillo y reemplazada por la UNP, sus esperanzas de obtener de nuevo la beca se desvanecieron totalmente. “Me dijeron que la mensualidad bajó a 20 dólares y que por eso ya no le daban becas a nadie”, señala.
La medida de negar las becas fue aplicada en todos los recintos de la institución en los diversos departamentos e igualmente en las otras universidades confiscadas, siempre bajo la justificación de que los precios de la mensualidad bajaron a entre 10 y 5 dólares.
Sin embargo, 365 córdobas, el equivalente a 10 dólares, no hacían una diferencia para Scarleth, quien gastaba dinero en alquiler, comida, pasaje y en otros rubros para su subsistencia. Después de un año duro estudiando sin una beca, decidió no continuar en la universidad en 2023 por su impedimento económico.
Universidades confiscadas serán “gratuitas” a partir de 2024
En noviembre del año pasado, el Consejo Nacional de Universidades (CNU), órgano sometido a la dictadura, emitió un comunicado anunciando que para el año académico 2024, las universidades confiscadas serían gratuitas.
Ante esto, Scarleth ve la oportunidad de continuar sus estudios, pero también está clara de los riesgos que esto implica.“Quiero retomar las clases este año y solo puedo en la UNP. En todas las universidades en las que me quise meter, las cerraron o no me aceptaban por ser de UNP”, dice.
“Como yo entré a la universidad cuando era Upoli, todas mis notas se perdieron cuando hicieron el cambio a UNP. Si quisiera estudiar en otra universidad, sería iniciar la carrera desde cero. Es todo un desorden”, señala.
También afirma que tras la cancelación de la personería jurídica de la Upoli, todos sus maestros fueron despedidos y reemplazados por profesores alineados al régimen orteguista. “Si entro a estudiar de nuevo, no va a ser lo mismo”, añade.
Temor entre estudiantes de que condiciones “empeorarán”
Por su parte, Susana, estudiante de la UNP del recinto de Managua, dice que la calidad de la educación, así como las condiciones físicas del recinto, han desmejorado considerablemente desde el cambio de administración.
“Nos dijeron que la universidad va a ser ‘gratis’, creo que es una fatalidad. Es cierto que ya no vamos a pagar una mensualidad, pero también va a disminuir la calidad de su educación”, expresa la joven estudiante.
“Todo ha empeorado en la UNP desde que esta gente la dirige. La Upoli contaba con una plataforma para los estudiantes, hoy en día no existe. Entrás al disque portal para ver tus notas y no sirve porque, solo aparece error”, explica.
“El año pasado recibía clases en la oscuridad porque no había luces en los salones, y como llovía, no se miraba nada. No servían los datashow, no invertían en la universidad”, continúa.
De acuerdo con ella y varios de sus compañeros, creen que con la nueva medida arancelaria estos eventos seguirán ocurriendo. “Ese tipo de cosas se van a ver más a menudo”, añade.
Servicios en las universidad fueron reducidos
Desde que el régimen Ortega-Murillo confiscó la universidad, los otros servicios que ofrecía el campus como la beca monetaria y la atención psicológica para estudiantes se vieron disminuidos y con mayores obstáculos para su acceso.
“Cuando entré a la UNP no me informaron sobre la beca monetaria. Hice el proceso porque me di cuenta por otra estudiante, y no fue hasta casi finalizar el año en noviembre que me dieron la beca”, señala.
“Todos los procesos que tienen que ver con la universidad ahora son extremadamente largos. Yo recibía la beca en caja y se hacían unas filas enormes, cuando antes los estudiantes recibían una cuenta de banco en BDF (Banco de Finanzas) y sacaban el dinero con la tarjeta”, agrega.
Aunque Susana todavía conserva su beca, con el cambio a la total “gratuidad” no sabe si esto implica una disminución en el estipendio que recibe, que son 1 100 córdobas. El CNU tampoco ha informado si habrá cambios al respecto. No obstante, piensa que la medida no será del todo beneficiosa para la comunidad estudiantil.