Complices Divergentes
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Falso: Nicaragua no es el país más seguro de la región, ni un muro de contención contra el narcotráfico

El general Julio César Avilés, durante su juramentación para su cuarto período consecutivo como comandante en jefe del Ejército de Nicaragua, afirmó que el país es “el más seguro de la región” y es el “muro de contención” de la droga. Sin embargo, estas declaraciones solo fueron hechas con el fin de reforzar la narrativa oficialista y contrastan con informes independientes sobre seguridad y crimen organizado en el país. Diver Check verificó estas afirmaciones y encontró que carecen de sustento en datos verificables


Lo dicho:

“Somos el país más seguro de la región porque nuestros puertos y aeropuertos están debidamente certificados con altos estándares internacionales… Y somos el país más seguro de la región porque desde la efectiva estrategia nacional del muro de contención no permitimos que cárteles del narcotráfico y crimen organizado operen en el país, no permitimos pistas clandestinas para recepcionar drogas, no somos bodega del narcotráfico (…) producto de nuestras sistemáticas operaciones en el primer anillo de la seguridad del país, hemos contenido, desviado y evitado que circulen por el territorio nacional, en estos cinco años, unas 4000 toneladas de cocaína, de las miles que transitan del sur hacia el norte del continente”

Clasificación:

Falso - La información no es verdadera

Verificamos:

Los altos mandos de la Policía sandinista y el Ejército de Nicaragua insisten en que el país es el más seguro de Centroamérica. Para justificarlo, destacan la certificación internacional de puertos y aeropuertos y afirman que su papel como “muro de contención” impide la operación de cárteles del narcotráfico y el crimen organizado. Sin embargo, el Informe de Seguridad Global: Medición de la Seguridad Personal en el Mundo, elaborado por Cid Gallup, ubica a El Salvador como el país más seguro de la región, desmintiendo las declaraciones de Avilés.

El discurso del jefe del Ejército carece de sustento. Asegura que en Nicaragua no hay presencia de maras, pistas clandestinas para el tráfico de drogas ni grupos de extorsión que secuestran a empresarios y productores. No obstante, la falta de información independiente y las denuncias sobre actividades ilícitas en el país ponen en duda y contradicen esta versión, dado que, los datos oficiales no son confiables y que las cifras presentadas por el Gobierno sandinista carecen de transparencia.

Si nos referimos a la tasa de homicidios, durante el acto por el 45 aniversario de la Policía Nacional, su director, Francisco Díaz, aseguró que Nicaragua mantiene la tasa más baja de Centroamérica, con seis por cada 100 000 habitantes, y reafirmó que el país es uno de los más seguros de la región.  En cambio, “El Salvador cierra el 2024 con una tasa de 1,9 homicidios por cada 100,000 habitantes, consolidándose, indiscutiblemente, como el país más seguro del hemisferio occidental, después de haber sido el país más inseguro del mundo”, publicó Bukele en la red social X.

Esto implica que los pocos datos presentados por el Gobierno de Nicaragua no son confiables, especialmente porque tanto la Policía Nacional como el Ejército tienen una credibilidad cuestionable. La idea de que Nicaragua es el país más seguro del mundo forma parte de la retórica oficial y propaganda mantenida por el orteguismo desde que retomaron el poder en 2007. Sin embargo, la seguridad no se mide solo por la cantidad de droga incautada, sino por la percepción ciudadana, las denuncias, el índice de robos y la sensación de protección entre la población.

El Informe de Seguridad Global: Medición de la Seguridad Personal en el Mundo, publicado en septiembre de 2024, colocó por primera vez a El Salvador entre los países más seguros del mundo, superando a Nicaragua. Según el estudio, el 88% de los salvadoreños se siente seguro caminando solos por la noche en suelo salvadoreño. “Esto refuerza la idea de que, para que las personas no solo estén seguras, sino que también se sientan seguras, es esencial fortalecer las relaciones de confianza y colaboración a nivel comunitario”, apuntan desde la consultora.

El informe también destaca que aunque El Salvador se ha convertido en un Estado policial, cuenta con una de las tasas de homicidios más bajas del hemisferio occidental. 

Por otro lado, si Avilés se refiere a la paz que vive Nicaragua, el Informe del Índice de Paz Global 2024 coloca a El Salvador en el puesto 107, mientras Nicaragua se ubica en el 113. Aunque Nicaragua registró una leve mejoría, el informe destaca que la delincuencia violenta sigue siendo alta en comparación con los niveles globales, lo que refleja una situación de inseguridad persistente.

El informe señala que además Nicaragua continúa enfrentando graves problemas de seguridad. Su puntuación en la Escala de Terror Político ha empeorado en las dos últimas décadas, debido a la represión contra disidentes políticos y periodistas. Esto refleja, que Nicaragua no es el país más seguro de Centroamérica, como lo menciona Avilés. 

“Nicaragua es el muro de contención de la droga y no es bodega del narcotráfico”

Aunque el jefe del Ejército de Nicaragua afirma que el país es un muro de contención contra la droga, es común ver incautaciones de dinero producto del crimen organizado, pero raramente se presentan detenidos. A pesar de sus declaraciones sobre la inexistencia de pistas clandestinas y bodegas para el narcotráfico, Estados Unidos incluyó nuevamente a Nicaragua en la lista de principales países de tránsito o producción de drogas ilícitas, según el Memorando sobre la Determinación Presidencial de los Principales Países de Producción de Drogas para el ejercicio fiscal 2025. Aunque la lista no especifica los motivos, menciona que factores geográficos, comerciales y económicos facilitan el tránsito y la producción de drogas en el país. 

Carlos Sánchez Berzaín, politólogo y director ejecutivo del Instituto Interamericano para la Democracia, concluye que Nicaragua es un “narcoestado”, al igual que Venezuela, Cuba y Bolivia. Esta afirmación se basa en los casos recientes de incautación de drogas procedentes de Nicaragua en Italia y Rusia. 

El 14 de mayo de 2024, la Guardia de Finanzas de Savona y la Agencia de Aduanas y Monopolio de Italia incautaron 116 kilogramos de cocaína, valorados en 7.5 millones de dólares, en un contenedor proveniente de Nicaragua. De manera similar, el Servicio Federal de Aduanas de Rusia informó la incautación de cocaína proveniente de Nicaragua en un contenedor de carga.

Sánchez advierte que Nicaragua se ha convertido en una base de despacho de drogas y que el régimen ha incursionado en actos delictivos siguiendo el ejemplo de Cuba, con el fin de mantener el poder y la dictadura que los representa.

Otra investigación que concluye que Nicaragua es un “narcoestado” es “Desmontando el mito del excepcionalismo nicaragüense: crimen, drogas y economía política de la violencia en un narcoestado”, realizada por la Universidad de Cambridge. Este estudio sostiene que el país está gobernado por un acuerdo político sustentado en el narcotráfico, la corrupción judicial y la “mafia de Estado”, lo que implica una connivencia entre funcionarios públicos y narcotraficantes. Esta modalidad de Gobierno tiene antecedentes históricos, ya que en la década de los ochentas los sandinistas fueron vinculados al narcotráfico y al crimen organizado. 

También se relaciona a Ortega, con el cártel Los Soles liderado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien asumió el rol luego de la muerte de Hugo Chávez y el envío de droga a Estados Unidos, según una acusación de la Fiscalía Federal de Nueva York, según el medio estadounidense Nuevo Herald. “La droga fue eventualmente transportada a Nicaragua para su posterior envío a Estados Unidos a través de México”, reveló la investigación del medio. 

Las declaraciones del general del Ejército de Nicaragua sobre el “gran trabajo” de esta institución, de la Policía Nacional y del Gobierno no son más que una parodia, ya que reflejan una realidad distorsionada. Nicaragua no es el muro de contención contra la droga que se pretende mostrar, sino un “narcoestado”, donde el narcotráfico y la corrupción son parte estructural del régimen sandinista.