Ortega y Murillo “confiscan la historia” al tomarse las últimas bibliotecas independientes de Nicaragua

El golpe que propinó el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo a la Universidad Centroamericana también significó el cierre del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, el último reducto que había en Nicaragua para realizar investigaciones históricas. Hace dos años, cerraron la hemeroteca de La Prensa como parte de la confiscación del diario. Las bibliotecas públicas que quedan en el país están controladas por la dictadura. “El régimen restringe el acceso a la materia prima de la historia”, denuncia un historiador

El IHNCA fue fundado en 1987 por los sacerdotes jesuitas Manuel Ignacio Perezalonso y Álvaro Argüello Hurtado. Foto Archivo.

La confiscación del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA) significó el cierre del último espacio independiente de investigación histórica que existía en Nicaragua. Para investigadores e historiadores consultados, esta medida “es una confiscación de la historia del país” por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo “para intentar imponer su propia narrativa”. 

Hace más de dos años, el 12 de agosto de 2021, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo también clausuró la hemeroteca del diario La Prensa, como parte de la confiscación a las instalaciones del diario. La hemeroteca de La Prensa guardaba periódicos, revistas, suplementos, libros, fotografías, entre otros documentos que se han publicado en los últimos 90 años en Nicaragua. En este espacio además se encontraban todas las ediciones de La Prensa a lo largo de su existencia, se podía encontrar y consultar ediciones de periódicos antiguos, como Flecha, La Noticia, La Crónica, El Semanario, Novedades, Barricada, El Nuevo Diario, entre otros. 

Un investigador e historiador explica que estos espacios como el IHNCA o la hemeroteca de La Prensa, son los puntos de partida o materia prima para cualquier investigación. “La memoria histórica es un territorio que siempre ha estado en disputa y donde siempre habrá enfrentamientos, pero la base de estos son los archivos históricos, cuyo acceso ahora estará restringido”, agrega. 

El investigador advierte que este material ahora tendrá un uso sesgado, es decir, no se utilizará para un fin científico, sino para “un uso político interesado”. 

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En el caso de las bibliotecas confiscadas se tenía a disposición pública un archivo inmenso de material audiovisual y escrito. “Para poder realizar una investigación científica debe haber una evidencia que la valide. La memoria histórica vive de ese soporte”, dice el investigador, y añade: “por supuesto que después viene el trabajo con ese material: la elaboración, el procesamiento, la presentación y la interpretación del historiador, que puede poner orden o fabricar una narrativa consistente”.

En Nicaragua sólo queda la biblioteca del Banco Central de Nicaragua (BCN), un centro público que guarda archivos de periódicos, libros y documentos históricos, y la Biblioteca Nacional. Sin embargo, ambos espacios son de acceso restringido y están controlados por el partido en el poder. 

Origen del IHNCA

Ortega y Murillo “confiscan la historia” al tomarse las últimas bibliotecas independientes de Nicaragua

En la descripción del IHNCA, de la UCA, se leía que era “facilitador de debates y reflexiones críticas sobre la historia (…) Recopila, cataloga y divulga información histórica almacenadas en diferentes formatos. Favorece el registro de la historia desde diferentes autores y recopiladores, establece sinergias con estudiantes e investigadores de Nicaragua y del extranjero”, señala en su descripción. 

El IHNCA fue fundado en 1987 por los sacerdotes jesuitas Manuel Ignacio Perezalonso y Álvaro Argüello Hurtado, quienes promovieron el estudio de la historia regional. Su patrimonio era el resultado de la fusión del Instituto Histórico Centroamericano (IHCA) y el Instituto de Historia de Nicaragua (IHN), entre otras instituciones que donaron materiales, como el Instituto de Estudios del Sandinismo (IES) y el Centro de Documentación de la Costa Atlántica (CIDCA). 

El IHNCA guardaba todas las ediciones del periódico Barricada, testimonios audiovisuales de la Cruzada Nacional de Alfabetización, una colección del fallecido comandante Tomás Borge, y documentos del temido Ministerio del Interior de los años 80. Además del amplio archivo de los años 80, guardaba todas las ediciones del diario Novedades, periódico oficial de la dictadura somocista; escritos sobre los 30 años de los gobiernos conservadores al final del siglo XIX, y del período de José Santos Zelaya. El doctor Carlos Tünnerman donó su colección especial sobre Rubén Darío, y la actriz y promotora cultural, Socorro Bonilla, donó su biblioteca personal. 

Este instituto tiene colecciones de documentos antiguos y únicos de los jesuitas: manuscritos, escritos a máquinas, fotografías y publicaciones de corto tiraje, elaborados entre los siglos XVII e inicios del XX. 

El acervo del IHNCA ascendía a más de 70 mil documentos alojados en el catálogo en línea Padre Álvaro Argüello. En 2009 fue reconocido con el premio Príncipe Claus, por promover un trabajo riguroso de investigación y actividades de acceso al archivo histórico. Fue la primera institución nicaragüense en obtener esta distinción. 

El IHNCA brindaba acceso a investigadores y estudiantes a colecciones especiales. También ofrecía servicio de digitalización de información solicitada. Todo de forma gratuita. 

Dictadura no acepta otra interpretación histórica

El IHNCA albergó el Museo de la Memoria de las víctimas de la Rebelión de Abril 2018.
El IHNCA albergó el Museo de la Memoria de las víctimas de la Rebelión de Abril 2018. Foto Archivo.

Alberto Cortés Ramos, académico de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica (UCR) y quien realizó investigaciones en el IHNCA, considera que estas confiscaciones a las bibliotecas independientes obedece a que Ortega y Murillo pretenden “construir una memoria e imponerse”, pues “no aceptan otra interpretación de la historia”. 

Cortés Ramos señala que un país que no tenga información desde diferentes puntos de vista “pierde su propia identidad”. 

El investigador nicaragüense considera que al ejecutar estos cierres de centros de investigación, el régimen continúa “desmantelando las posibilidades de que exista algún pensamiento independiente”, pues su objetivo “es reescribir la historia a su conveniencia”.

Nuevo centro dedicado a la narrativa del FSLN

Ortega y Murillo “confiscan la historia” al tomarse las últimas bibliotecas independientes de Nicaragua
Funcionarios del régimen Ortega-Murillo participan en la instalación del “Museo de la Cruzada Nacional de Alfabetización”, en la sede robada al IHNCA-UCA. Foto: Tomada de El 19 Digital

El miércoles 23 de agosto, una semana después de haber confiscado la UCA, el régimen Ortega-Murillo inauguró el Instituto de Historia Héroes de Nicaragua en las instalaciones del IHNCA. Reinauguró, además, el Museo de la Cruzada Nacional de Alfabetización. Durante la ceremonia se colocaron varias banderas sandinistas, y los discursos fueron cargados de alabanzas al partido. “Es un espacio para mostrar, como decíamos, nuestra historia a través de los archivos y la memoria documental, eso que constituye la base sólida… Ahí está, ahí está la evidencia de todo lo que somos capaces de hacer y todo lo que nos ilumina, como el sol que no declina, en la creación del porvenir”, dijo Rosario Murillo, en su alocución de ese día.

Uno de los investigadores que trabajó en el IHNCA dijo a DIVERGENTES que todo parece indicar que el instituto “estará dedicado en destacar la narrativa del Frente Sandinista y al culto de la memoria de este partido”.

La confiscación al IHNCA fue condenada por 36 historiadores de Costa Rica, Estados Unidos, Chile, Colombia, Uruguay, Argentina, Alemania, México y Canadá. Todos firmaron un documento en el que destacan al IHNCA como “el adalid del resguardo de fuentes de la historia”. Los historiadores dijeron que “es inadmisible (…) un vil montaje que pretende desmoronar una de las instituciones de educación superior más importantes de Nicaragua”. El investigador dijo que el IHNCA era el que resguardaba todas las narrativas de la historia de Nicaragua. “Este sesgo político con el que se está manejando este nuevo centro no permite poder realizar un trabajo intelectual de altura”, valoró. “Estoy seguro de que no le sacarán provecho a todo este material, pero restringirán el acceso a los investigadores independientes, y con eso van a confiscar la materia prima de la historia”.


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