“Hugo Rodríguez no será admitido”: dictadura mantiene cerrada la puerta a embajador de EE.UU.

Rosario Murillo dijo este viernes que el diplomático Hugo Rodríguez no entra a Nicaragua “bajo ninguna circunstancia”. Así respondió el régimen a la ratificación del diplomático por el Senado norteamericano. Analistas consideran que Washington busca agotar un procedimiento y sentar un precedente para futuras acciones más fuertes, mientras la pareja presidencial aísla más a Nicaragua

Hugo Rodríguez fue subsecretario adjunto de estado para Asuntos del Hemisferio Occidental antes de ser designado embajador. Foto: EFE.

Tras la noticia de que el Senado de los Estados Unidos ratificó como embajador de Washington en Nicaragua a Hugo Rodríguez este viernes, pese al rechazo de la dictadura Ortega-Murillo en julio pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores del régimen dejó sentada su postura de no aceptar el beneplácito del nuevo representante del país norteamericano en Managua, a quien calificó nuevamente de “injerencista y nada diplomático”.

“El señor Hugo Rodríguez no será bajo ninguna circunstancia admitido en Nicaragua y mucho menos como exponente de las peores formas de relaciones entre los Estados, que contraviene todos los postulados de la convención de Viena”, dijo la vicepresidenta Rosario Murillo en su habitual comunicación de mediodía.

El exdiputado liberal y analista político, Eliseo Núñez, afirma que la decisión del Senado de ratificar a Rodríguez como embajador significa agotar un procedimiento por parte de Estados Unidos para sentar un precedente y “justificar” cualquier tipo de acción venidera contra el régimen, que puede ir más allá de sanciones y virar, por ejemplo, hacia la expulsión del país del tratado de libre comercio. 

“Es decir, antes le negó el plácet a una propuesta de embajador, ahora ya estaría negándose a aceptar un embajador ratificado por el Senado. Ya no es la voluntad del Ejecutivo de Estados Unidos sino la voluntad del Estado”, plantea Núñez. 

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El opositor considera que esa es la única razón por la que el gobierno de Biden sigue adelante con este nombramiento. “Yo realmente no creo que haya una esperanza de que Ortega vaya a aceptar a este embajador”, añadió.

Este viernes se conoció que la cámara alta confirmó “por voto de voz” a los nominados del presidente Biden para servir como embajadores en Belice, Kirguistán, Nicaragua y Panamá. En el caso de Rodríguez, había sido postulado en mayo pasado en sustitución al actual embajador de Washington en Managua, Kevin Sullivan.

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El comunicado difundido por la Cancillería de la dictadura Ortega-Murillo.

La vocera gubernamental calificó este nombramiento como una “insólita postulación” de los “imperialistas de la tierra”, y tildó a Rodríguez de ser un “injerencista nada diplomático”. “Increíblemente postulado a pesar del rechazo digno y soberano del pueblo de Nicaragua que no le acepta como embajador, como diplomático o como funcionario con esos discursos intervencionistas sobre nuestra Nicaragua”, dijo Murillo.

En julio pasado, la dictadura sandinista había dejado clara su posición frente a la postulación de Rodríguez, a quien acusó de haber supuestamente realizado “declaraciones injerencistas e irrespetuosas en contra de nuestro país, desconociendo los principios del derecho internacional”.

“Reiteramos no solo nuestro rechazo, sino nuestra posición inclaudicable de dignidad nacional, que desconoce el injerencismo y la actuación injerencista que merecen el repudio de pueblos honrosos como el nuestro”, leyó Murillo el nuevo comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.

A criterio de analistas políticos, este nombramiento de Estados Unidos no es más que una acción diplomática que busca aliviar la tensión que mantiene la dictadura sandinista con el gobierno de Joe Biden. “Estados Unidos siempre tiene que mantener lazos diplomáticos aún con sus adversarios”, señaló Luciano García, opositor exiliado en Costa Rica.

García, presidente de Hagamos Democracia, cree que el romper relaciones implica alejar posiciones y agudizar la crisis que vive Nicaragua. “Me parece una reacción responsable de Estados Unidos, de insistir en la comunicación con un dictador”, señaló el opositor.

Tras su postulación, el 28 de julio pasado, Rodríguez se comprometió ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos a continuar denunciando los abusos de poder del régimen sandinista con el fin de ayudar a los nicaragüenses que sufren los atropellos a sus derechos.

“Estados Unidos se ha pronunciado en contra de estos abusos y, de confirmarse, continuaré haciéndolo, no porque tengamos la intención de determinar los asuntos internos de Nicaragua, sino porque es nuestro compromiso bajo la Carta Interamericana, que tanto Estados Unidos y Nicaragua firmaron en 2001”, dijo Rodríguez. Una postura que Managua calificó como “injerencia”.

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Rosario Murillo y Daniel Ortega en un acto público. Foto: Carlos Herrera | Archivo | Divergentes.

El exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, dijo a DIVERGENTES que, por mucho que Ortega-Murillo vocifere contra Estados Unidos, está consciente que mantener sus relaciones con ese país es fundamental para sus intereses, tomando en cuenta que es uno de los socios más importantes junto a Rusia, Venezuela y China. “Casi el 60% de las exportaciones de Nicaragua tienen su destino en Estados Unidos”, destacó.

“Hay un discurso que es virulento, pero más allá de eso la relación con Estados Unidos es muy importante. Prueba de esto es que el embajador de la dictadura en Washington tiene doce años en el cargo y no lo han querido cambiar porque les interesa la relación con Estados Unidos y mucho”, manifestó McFields.

Luciano García difiere de ese planteamiento y más bien considera que al régimen Ortega-Murillo no le interesa mantener relaciones con Estados Unidos y, por el contrario, cree que el dictador está sacando ganancias con la crisis social y migratoria que atraviesa Nicaragua.

“Ortega ya cruzó la línea y sabe que lo que está exportando es miseria. Él es el principal exportador de exiliados en Estados Unidos, porque necesita comenzar a vivir de las remesas, que han subido en un 50% en los últimos cuatro años… Al régimen le interesa mantenerse férreo en el poder a cualquier costo y mantener a su séquito opresor, y eso lo está logrando”, valoró García.

De hecho, el pasado 19 de julio, durante la celebración del 43 aniversario del triunfo de la insurrección popular sandinista, Ortega dejó sentada su intención de no dialogar de ninguna forma con Washington, aduciendo que los diálogos “son para poner la soga al cuello a uno”.

En su última intervención pública, el pasado 28 de septiembre, el mandatario sandinista también se mostró reacio a la postura que mantiene Estados Unidos, la Unión Europea y otros países de la región, con relación a la situación que vive Nicaragua y los presos políticos. “Son perros falderos del imperio yanqui”, dijo Ortega.

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