El general en retiro del Ejército de Nicaragua Humberto Ortega, hermano del presidente Daniel Ortega, criticó este viernes el encierro que sufrió el combatiente histórico Hugo Torres, fallecido bajo custodia policial el sábado pasado a causa de una “enfermedad” no especificada.
Torres, uno de los guerrilleros sandinistas más audaces en la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, murió “como cualquiera a su edad (73 años) y condiciones físicas, al ser expuesto en el cruel encierro”, reprochó el hermano del presidente Ortega, en un artículo publicado en el diario La Prensa.
Conocido como “Comandante Uno”, Torres se encontraba en prisión desde el 13 de junio del año pasado acusado por su antiguo compañero de lucha, el presidente Ortega, de ser, junto a una cuarentena de dirigentes opositores encarcelados, “traidores a la patria”, “criminales” y unos “hijos de perra de los imperialistas yanquis”.
El exjefe del Ejército recordó que su hermano, preso desde 1967 acusado de robar un banco en Managua, alcanzó su libertad el 27 de diciembre de 1974 “por el comando urbano ‘Juan José Quesada’ (…), que lleva como jefe de una de las tres escuadras a Hugo Torres”.
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El 27 de diciembre de 1974 Torres participó en un comando sandinista que asaltó la residencia de José María Castillo Quant, uno de los ministros de Somoza Debayle, asesinado la noche del ataque, y que permitió la liberación de un grupo de reos políticos, entre ellos Ortega, que llevaba siete años en prisión.
En 1978 volvió a arriesgar su vida en otro asalto junto con la exguerrillera Dora María Téllez, y también arrestada y condenada la semana pasada a ocho años de prisión, y otros exguerrilleros, para liberar a 60 presos políticos, entre ellos Tomás Borge, Doris Tijerino, René Núñez y otros dirigentes sandinistas.
“Audaces acciones que liberan a prisioneros políticos de las cárceles de la tiranía somocista, duros golpes políticos-morales al régimen de Somoza”, subrayó el hermano del mandatario.
Humberto Ortega subrayó que Torres “fue un militante sandinista relevante, por sus convicciones y coraje para superar los duros retos de la lucha en contra de la sanguinaria dictadura militar, dinástica de los Somoza, y la Guardia Nacional”.
“Por ser un cuadro político destacado, obtiene el reconocimiento de comandante guerrillero y es incorporado en la estructura partidaria de la Asamblea Sandinista”, así como en el Consejo Militar del extinto Ejército Popular Sandinista (EPS), donde fue jefe de la dirección política castrense, de inteligencia militar y llegó a ser general de brigada.
Tras la derrota electoral de los sandinistas, Torres siguió la lucha en el campo cívico e integró una de las varias fracciones en que el antiguo FSLN se divide en la década de 1990, “y no rehuye el sacrificio, la cárcel, en la que una vez más demuestra sus convicciones revolucionarias, y muere, como cualquiera a su edad y condiciones físicas, al ser expuesto en el cruel encierro”, anotó.
Pide liberar a presos políticos
El general en retiro resaltó que Torres murió siendo consecuente con el juramento del héroe nicaragüense Augusto C. Sandino, de defender “el decoro nacional”, y abogó por que su destino sirva para resolver la crisis política que vive el país centroamericano desde abril de 2018.
“Hoy, este lamentable, doloroso desenlace de un compañero de luchas, que cumple hasta el final consecuentemente este juramento, debe contribuir en la ruta de solución a la crisis política que padece nuestra patria”, abogó. A su juicio, Nicaragua “requiere urgentemente un clima de reconciliación, que lo genera de ser puestos en libertad los encarcelados políticos, por medio de cualquiera de los instrumentos jurídicos, legales requeridos”.