Iglesia por cárcel para los Nazarenos: dictadura prohíbe procesiones de Semana Santa en las calles

Fuentes religiosas confirman que, al igual que con la Cuaresma, la Policía orientó a las autoridades católicas a realizar las procesiones únicamente en el entorno de los templos o dentro de ellos. El sentir de la feligresía es de “tristeza”, pero no han dejado de asistir a las iglesias a cumplir sus promesas de fe. “Nuestra fe no se reduce a una procesión”, dice un devoto

Feligreses participan en el viacrucis del Viernes Santo, en Managua, en 2022. EFE/ Jorge Torres

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo restringió nuevamente las procesiones y actividades relacionadas a la Semana Santa. Las autoridades eclesiales confirman que esta es una orden dada por la Policía Nacional y alegan que la medida responde a razones de “seguridad”. Sin embargo, para la feligresía y líderes católicos esta es una manera de “suprimir” la profesión de la fé católica en un contexto de persecución religiosa en Nicaragua. 

Mario, un fiel devoto católico y miembro de la Pastoral de comunicación de una parroquia de Managua, sostiene que, aunque este año las actividades no se realizan bajo normalidad, la comunidad religiosa ha atendido con valentía a esta devoción. Han llenado los templos en los días previos a la Semana Santa, pese a las limitaciones que impuso el régimen y los riesgos que eso representa.

“Esto entristece a los feligreses, porque para muchos la Semana Santa constituye un momento de sacrificio, ya que salir a las calles no es solo caminar, es entregar algo y que te supriman esa fe, esa forma de entregar tu sacrificio. Indudablemente es una afectación”, lamenta Mario.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), monseñor Carlos Enrique Herrera, confirma que, al igual que en el tiempo de Cuaresma, la Policía de Nicaragua ha orientado sacar las procesiones sólo en el entorno de los templos. “Es decir, podemos utilizar las calles que están cerca del templo, es lo único que nos han dicho… debe ser por motivos de seguridad”, señala.

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En años anteriores las tradicionales procesiones, consideradas unas de las más importantes de la Iglesia Católica en el mundo, habían sido limitadas por las autoridades eclesiales nicaragüenses por la llegada de la Covid-19. Sin embargo, este año la medida ha estado marcada por la feroz persecución de la dictadura contra las principales figuras de la Iglesia, entre ellos monseñor Rolando Álvarez, preso político condenado a más de 26 años de prisión.

Iglesia por cárcel para los Nazarenos: dictadura prohíbe procesiones de Semana Santa en las calles

Una fuente religiosa de Matagalpa confirma que la orden dada por la Policía es bordear únicamente las iglesias o realizar las actividades dentro de ellas, aunque dice que en el templo donde él funge como vicario, las autoridades han decidido seguir sus propios planes, “por supuesto con la prudencia cristiana que caracteriza al pueblo de Dios”.

Mario complementa que por mucho que el régimen imponga cercos a la Iglesia Católica, la feligresía se mantiene firme en su devoción y lo ha demostrado en la participación activa en los templos, acatando las orientaciones de sus autoridades y evitando la “confrontación” con la Policía.

“El que diga que aquí hay libertad religiosa es un mentiroso, porque el hecho de no dejarte salir a la calle es coartar tu libertad, pero la idea es no bajar la guardia, que la gente no confronte (a las autoridades), pero que tampoco abandone los templos”, dice el religioso.

Celebraciones en los templos

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Monseñor Sócrates René Sándigo Jirón, quien simpatiza con el régimen sandinista, anunció el pasado 28 de marzo durante una eucaristía, que la procesión de Jesús del Triunfo, que se realiza el Domingo de Ramos (2 de abril) y que marca el inicio de la Semana Mayor, quedó suspendida en León, donde él funge como obispo de la Diócesis de ese departamento.

El religioso no especificó los motivos de esta cancelación, ni quien giró la orden, pero en su lugar invitó a los devotos de León y Chinandega a “llenar los templos”, y vivir la Semana Santa a lo interno de los mismos, con una “actitud seria, de madurez, de reflexión y de interiorización”.

En la comunidad de Popoyuapa, en el departamento de Rivas, la imagen de Jesús del Rescate también se quedó en el templo. A diferencia de años anteriores, el Viernes de Dolores, 31 de marzo, no estuvo acompañado por el tradicional peregrinaje que realizan los devotos hacia el santuario. Las autoridades argumentaron la cancelación por “motivos ajenos a nuestra voluntad”.

Un ciudadano originario de Rivas tuvo que viajar hasta Popoyuapa para poder asistir al Viernes de Dolores en el Santuario Nacional. Manifiesta que dicha celebración ha sido una de las más “sentidas” por el miedo que ejerce el régimen contra los devotos. La festividad religiosa en esa localidad estuvo vigilada por agentes de la Policía. 

“Vigilan cada paso que damos. ¿Qué opciones tenemos? Como lo dijo monseñor Jorge Solórzano, tener el encuentro personal con Jesús del Rescate, fortalecer nuestra presencia en los templos y cuidar a nuestros sacerdotes”, señala el ciudadano.

En su afán de mostrar normalidad, el pasado 23 de marzo el régimen, a través de las autoridades municipales de Masaya y otros departamentos, patrocinó el desfile de carretas, en las que viajaban cientos de fieles, la mayoría de ellos trabajadores y simpatizantes sandinistas, hacia el Santuario Nacional.

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Mientras que, en Catedral de Managua, el 31 de marzo se realizó la bajada de la venerada imagen de la Sangre de Cristo, calcinada en julio de 2020 en su capilla, y cuyas autoridades religiosas calificaron el hecho de un “acto terrorista”, ejecutado por personas hasta ahora desconocidas. Las autoridades anunciaron que la procesión de Ramos y la procesión del Triunfo se realizará en los alrededores de la Catedral.

Por su parte, la parroquia Santo Domingo de Guzmán, ubicada en las Sierritas, informó en sus redes sociales que las actividades de Semana Santa se estarán llevando a cabo en el interior del templo.

La fuente religiosa de Matagalpa apunta que esta atipicidad en las festividades de Semana Santa genera en la comunidad católica un notable deseo de abarrotar los templos, pero a la vez produce “tristeza” a los fieles porque “no pueden expresar sus actos libremente”. “El verdadero fiel está de pie en los templos. La gente, como sabes, es de todo nivel espiritual: unas mueren con Cristo al pie de la cruz y otros corren de miedo”, manifiesta.

“A diferencia de otros años, solo ha cambiado la forma de expresión religiosa, pero la esencia de los temas religiosos sigue dándose con verdadero espíritu de entrega, sólo que ahora dentro de los templos”, añade la fuente matagalpina. 

El ciudadano de Rivas sostiene que si bien estas medidas representan un claro atropello a la libertad religiosa, también es un reflejo “del miedo que le tienen al pueblo. Pero Dios, y nuestra fe no se reduce a una procesión”.


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