Jennie Lincoln es una doctora en Ciencias Políticas que actualmente es asesora principal del Centro Carter sobre iniciativas de paz en América Latina y el Caribe. La primera vez que visitó Nicaragua fue en 1984, cuando Daniel Ortega fue nombrado presidente por primera vez, en unas elecciones que la oposición se negó a participar por falta de condiciones. Más de 30 años después, la Subdirectora para la observación electoral del Centro Carter en 1990, asegura que en este país “no existen condiciones para una elección creíble” este próximo siete de noviembre.
Lincoln habló este viernes 29 de octubre en un conversatorio sobre las elecciones de Nicaragua desde “una mirada de los Derechos Humanos, el periodismo y la observación electoral”, organizado por Voces del Sur. “El fraude ya está hecho, la historia ya está hecha y escrita”, dijo Lincoln sobre las votaciones que ha organizado Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo para mantenerse en el poder.
Lincoln ha estado en tres procesos electorales en Nicaragua. Ella dice que las elecciones de este año se acabaron a finales de mayo, cuando comenzaron a capturar a personas vinculadas con el proceso electoral. “Quedaron aplastadas (las elecciones) con la detención de Cristiana Chamorro (la precandidata más popular en las encuestas en ese momento)”, dijo Lincoln, y agregó que desde ese momento siguió empeorándose “la pesadilla contra la democracia” en el país.
Para argumentar su punto, Lincoln dice que unas elecciones auténticas necesitan de garantías de participación amplia, libertad de asociación de partidos políticos y movimientos, seguridad de la ciudadanía, seguridad de los candidatos y votantes; libertad de opinión y expresión, incluyendo protección de periodistas, y libertad de reunión en paz. “Ninguna de esas garantías existen en este momento”, dijo Lincoln, quien citó un manual del Centro Carter para la evaluación de las elecciones.
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Desde hace cinco meses, el régimen Ortega-Murillo ha arrestado a 39 personalidades opositoras, entre ellas, siete aspirantes presidenciales y ha quitado las personería política de tres partidos políticos. “Las elecciones ocurren en este clima de represión, en el que de manera insólita se detuvo a todas las personas que expresaron públicamente su interés de participar como candidatas en las mismas”, señaló el informe que publicó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el jueves en el que señaló que las actuales condiciones “hacen inviable un proceso electoral íntegro y libre”.
La activista de derechos humanos, Haydée Castillo, quien también participó en la conversación, dijo que a pesar de que históricamente los nicaragüenses han confiado en el sufragio como una vía para el cambio político, esta vez aumentará la abstención como una forma de protesta ciudadana. “El régimen necesita presentar una narrativa de afluencia en las urnas. Para que se crea que los votos que se van a inventar salieron de la población”, agregó Castillo.
Desde algunos sectores de la oposición se ha hecho un llamado a no participar en las elecciones. En la última semana se difundió un video musical con el lema “quedémonos en la casa porque nos han secuestrado nuestro derecho a elegir”.
En tanto, la Unión Europea, Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA) han criticado la legitimidad de este proceso electoral. “No vamos a ver ninguna legitimidad en las elecciones del siete de noviembre”, dijo Lincoln.
La asesora del Centro Carter recuerda que Nicaragua ha vivido y sufrido bastantes crisis en años anteriores. “La salida a la crisis va a depender de los nicaragüenses. Ojalá la comunidad internacional pueda ayudar”, dijo Lincoln.