Luis Cañas, el poderoso viceministro de la represión Ortega-Murillo

Apartado de la Policía Nacional en 2007, tras estar ligado a casos de corrupción, Luis Cañas se ha erigido como uno de los hombres de mayor confianza de la pareja presidencial, a tal punto que es el verdadero poder en el Ministerio de Gobernación, donde ocupa el cargo de viceministro y se encarga de decapitar oenegés, montar inteligencia en el Estado y hasta de cancelar pasaportes. Además, fue parte del equipo que dirigió la “Operación Limpieza” en 2018, junto a Néstor Moncada Lau, mano derecha de Daniel Ortega


El viceministro de Gobernación, Luis Cañas, es de hablar pausado y “no cae muy bien” en la jefatura de la Policía Nacional. Los oficiales “se lo tragan” porque desde 2015 se ha consolidado como un poderoso funcionario que responde directamente a Daniel Ortega y Rosario Murillo en el Ministerio de Gobernación (Migob). “A los jefes policiales no les gustan las órdenes de Cañas, pero no pueden hacer mucho”, dice a DIVERGENTES una fuente policial, enfatizando que el antiguo comisionado Cañas fue apartado de la institución “por asuntos ligados a corrupción” a finales del Gobierno de Enrique Bolaños, cuando la directora de los agentes era Aminta Granera. 

Cañas ha ganado preponderancia desde la caída de Ana Isabel Morales en 2016 como ministra del Migob. Asumió como vice las riendas principales de este ministerio que, en la actualidad, es una de las punta de lanza más afiladas de la represión del régimen: en esta dependencia se han urdido y ordenado la cancelación masivas de oenegés en Nicaragua. 

“En la Policía Nacional no lo quieren porque desde su puesto (en Gobernación) quiere mandar en la institución y no está bien visto. Conspira por encima de la jefatura y a veces es inescrupuloso. En palabras sencillas, es una persona problemática”, dijo una fuente policial.

El poder del Migob bajo el control de Cañas fue reforzado este jueves con la reforma a la Ley General de Regulación y Control de Organismos Sin Fines de Lucro (Ley 1115), que faculta a la institución autorizar y cancelar las personerías jurídicas a través de acuerdos ministeriales. Es un trámite más directo y discrecional porque no pasa por el Parlamento, también controlado por el oficialismo. Lo que más alarma es que la nueva disposición amplía el concepto de organizaciones sin fines de lucro a las asociaciones religiosas, caritativas, sociales, culturales, de educación, deportivas y hasta las cámaras gremiales empresariales… de manera que el control de los Ortega-Murillo a través de su operador en el Migob será más directo.

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Cañas ha sido el encargado de criminalizar desde el Migob a diferentes organizaciones, como la extinta Fundación Violeta Barrios de Chamorro y su directora, la ahora presa política Cristiana Chamorro. El Departamento de Asociaciones Civiles sin Fines de Lucro ha sido quien ha dado los argumentos al Parlamento para decapitar a más de 1,700 organizaciones no gubernamentales desde 2018, tras las protestas sociales. 

El principal ideador de esta cacería de oenegés, que ahora incluye a asociaciones empresariales, ha sido Cañas, excomisionado con gran experiencia en inteligencia policial. Su ascenso ha estado blindado por la venia de la propia pareja presidencial, dejando como figura ornamental a la titular del Migob, María Amelia Coronel Kinloch. 

“Desde su cargo, Cañas controla todos los ministerios, las embajadas, la Policía y los aparatos de represión que actúan al margen de la ley, hasta un grupo (de dirección y coordinación paramilitar) que se conformó en el 2018 y se mantiene al día de hoy, aunque más reducido en números”, dice otra fuente muy cercana al Migob. 

Luis Cañas, el poderoso viceministro de la represión Ortega-Murillo
Cristiana Chamorro fue criminalizada por el Ministerio de Gobernación, que pasó su caso a la Fiscalía. Foto: EFE.

A través de Migración y Extranjería, Cañas, también tiene control absoluto del movimiento de las personas dentro y fuera del país, como ha confirmado una fuente migratoria a DIVERGENTES. “Él ha sido responsable de quienes no han logrado salir y quienes no tienen pasaporte, obvio que en concordancia con El Carmen”, dice el contacto en Migración, en referencia a la vivienda y despacho presidencial de los Ortega-Murillo.

Dada su basta experiencia como oficial de inteligencia, Cañas ha formado una red de informantes a lo interno de las instituciones públicas para vigilar a los trabajadores estatales, sobre todo después de la deserción de algunas figuras en el Ministerio de Relaciones Exteriores y otras instituciones. 

“Cañas trabaja de cerca con Fidel Moreno, la mano derecha de Rosario Murillo. Se ha convertido en la figura más temida entre los trabajadores del Estado por dos razones… primero porque tiene a su disposición una red impresionante de inteligencia que le informa de todo lo que sucede en las instituciones y, segundo y más importante, tiene la capacidad de actuar con el pleno respaldo de Rosario Murillo y anular a cualquier persona que considere una amenaza”, relata la fuente ligada al Migob. 

DIVERGENTES consultó a ocho fuentes –entre ellas del partido sandinista, migratorias, de Gobernación y policiales– para contrastar toda la información sobre Cañas. Todas coinciden que el viceministro “es sobre todo el hombre de confianza de Rosario Murillo en el Ministerio de Gobernación”, al mismo tiempo “que es íntimo” de Moncada Lau, la sombra y mano derecha de Daniel Ortega en El Carmen. 

Moncada Lau es otro poderoso ex policía formado en inteligencia, cuyas decisiones se mantienen ocultas. Su trayectoria de lealtad como “secretario privado” de Ortega ha estado rodeada de importantes controversias, siendo la más reciente el pago y reclutamiento de paramilitares. Tras la salida de Cañas de la Policía en 2007, Moncada Lau lo identificó como un elemento de utilidad para el circuito Ortega-Murillo por sus destrezas en inteligencia.  

Un comisionado investigado por corrupción

Luis Cañas, el poderoso viceministro de la represión Ortega-Murillo
Luis Cañas, viceministro de Gobernación. Foto: Tomada de Presidencia.

Luis Cañas nació en el seno de una familia pobre en El Sauce, León. Se integró a las filas del Frente Sandinista en los años setenta como combatiente. Aunque no fue destacado como otros de sus compañeros, fue disciplinado y ordenado, dicen fuentes sandinistas que lo conocieron de cerca. Esto le valió para ganarse el favor de sus superiores en aquel entonces, dice Julio*, una fuente policial que conoce la carrera del viceministro del Migob dentro de la institución.

“Fue fundador de la Policía. Desde sus inicios se integró al trabajo en el área de investigación criminal y fue muy bueno”, afirma la fuente policial. Su función en esta dependencia policial era desarticular bandas criminales que se dedicaban a robar carros o motos.

En los años ochenta el trabajo de Cañas era efectivo y silencioso. La personalidad en aquel entonces le permitió impresionar o impactar en sus superiores, al punto de ser tomado en cuenta cuando estos subían niveles dentro de la Policía.

El salto sustancial de Cañas en la Policía ocurrió en 1992, cuando Leonel Espinoza fue nombrado subdirector de la Policía Nacional. Aunque el paso del comisionado fue efímero, logró posicionar a Cañas en el área de investigación antidrogas. “Fue valioso para la Policía en aquel entonces. Su especialidad de investigador antidrogas le permite ser trasladado a Matagalpa, donde fue nombrado segundo jefe departamental bajo el mando del comisionado Evenor Gutiérrez”, relata Julio.

La segunda jefatura de Matagalpa fue un punto de quiebre en la vida policial de Cañas. En esta dependencia policial se le vinculó con varios casos de corrupción y llegó a ser investigado por varias denuncias que recibieron sus superiores. Una nota de El Nuevo Diario, publicada el 18 de septiembre de 2020, refiere que el primer Comisionado Franco Montealegre ordenó una investigación contra Cañas y Gutiérrez por la adquisición de fincas, vehículos de lujo y hasta ser socios en empresas, sin que explicaran el origen de los mismos.

Las filtraciones que llegaron a la Policía Nacional detallaron que Gutiérrez y Cañas supuestamente tenían vínculos con los hermanos Centeno Roque, acusados en ese mismo año de los delitos de estafa, defraudación, falsificación de documentos públicos, asociación e instigación para delinquir.

“Como pago a favores recibidos de parte de los hermanos Centeno Roque, Gutiérrez y Cañas ordenaron una vigilancia permanente a las compañías de los empresarios. Por esa vigilancia los hermanos Centeno Roque supuestamente pagaban 30 mil córdobas mensuales a razón de 2 mil 500 córdobas por cada efectivo que era destinado a vigilar los beneficios y oficina”, expone la nota informativa.

Julio dice que la investigación sí se realizó, pero extrañamente, aunque había pruebas, Cañas no fue dado de baja deshonrosa. Al contrario, fue llamado a Managua a encargarse del área de inteligencia policial a nivel nacional.

Sobre aquella investigación, el entonces jefe policial Edwin Cordero dijo que Cañas fue investigado por Inspectoría General, cuando esa oficina estaba a cargo del comisionado Cristhian Munguía. “Lo investigó y no encontró ninguna vinculación de lo que se mencionaba. Hasta ahora, pues seguimos confiando en que el comisionado Cañas no esté involucrado en ésto”, sostuvo Cordero. 

La caída de Cañas y el carterismo

Luis Cañas, el poderoso viceministro de la represión Ortega-Murillo
Luis Cañas en un acto con la antigua embajadora de Estados Unidos, Laura Dogu. Foto: Tomada de Presidencia.

Cañas fue trasladado a Managua en el 2001 cuando la Policía estaba bajo el mando de Edwin Cordero. El primer comisionado fue otro pilar importante en la carrera policial del ahora viceministro del Migob. Fue quien garantizó, de alguna manera, que quienes le exigían rendimiento, conducta y ética a Cañas, ya no estuvieran en el mando.

Mientras estuvo a cargo del área de inteligencia policial a nivel nacional, Cañas también tuvo buenas relaciones con los que formaron parte de la Seguridad del Estado en los años ochenta. Toda su experiencia, en este nivel, le permitió tener un gran poder dentro de la institución.

“Era subordinado del comisionado general Carlos Palacios. Cañas volaba en ese momento. Hacía las cosas por su cuenta. No rendía cuentas y estas actitudes despiertan recelo entre sus compañeros. Fue así como se le acusa de tener un comportamiento de carterista en los quiebres de bandas delictivas o de droga”, narra Julio a DIVERGENTES, cuyo testimonio es concordante con otras fuentes policiales que estuvieron en la institución en esa época. 

Cañas también hizo una gran amistad con el comisionado mayor Carlos Bendaña. “En ese momento, luego del triunfo del presidente Bolaños, estaba el tema de la institucionalidad de la Policía y el carácter apartidista. Cañas se percata de que tiene que integrar un bando y comienza a cabildear. Ahí es donde se vuelve íntimo de Bendaña. Mientras él era introvertido, menos impulsivo, el comisionado mayor era extrovertido e hiperactivo. Formaron buena dupla”, señala Julio.

Esa amistad con Bendaña y el hecho de pertenecer al grupo que apoyaba a Ana Julia Guido, actual Fiscal General de la República, para ser jefa de la Policía Nacional, provocó la caída de Cañas dentro de la institución policial. Aminta Granera lo envió a retiro en 2007. 

“Fue una sucesión de hechos. Cuando ocurre el caso Polanco. Cañas tenía una gran cercanía con Bendaña. Y Bendaña fue el dueño del arma que usaron para matar al empresario Jerónimo Polanco. Ambos formaban parte del grupo que apoyaba a Guido para ser jefa de la Policía. Cuando llega Granera, ella toma la decisión de hacer una limpia”, relata Julio. La jefa de la Policía en ese entonces decidió que era lo mejor para cuidar sus espaldas, porque el actual viceministro del Migob tenía mucho poder desde su cargo. Sin embargo, este no fue investigado por ningún acto de corrupción.

Resentido pero leal

Luis Cañas, el poderoso viceministro de la represión Ortega-Murillo
Luis Cañas (camisa azul) en un acto junto a Daniel Ortega y Rosario Murillo. Foto: Tomada de Presidencia.

“Cañas se fue resentido de la Policía”, afirma Julio y otras dos fuentes policiales consultadas por DIVERGENTES. “La vida como un civil es lo peor que le puede ocurrir a cualquier jefe policial que todavía tiene muchos años de carrera dentro de la institución”, expresa.

Antes de ser viceministro del Migob, Cañas pasó ocho años “en la calle” pero mantuvo el contacto con el grupo del comisionado mayor en retiro Carlos Bendaña. Otra fuente vinculada a la Policía Nacional dijo que Cañas se mantuvo realizando trabajo de inteligencia policial y política para el Frente Sandinista, en especial hacer conexión con excombatientes históricos sandinistas.

Cañas construyó un grupo de excombatientes a los que también les buscó apoyo médico y económico. El resultado de esta misión sería fundamental para el régimen sandinista en 2018, cuando armó a paramilitares para reprimir las protestas cívicas de aquel año.

“Nunca perdió comunicación con Bendaña o los ex seguridad del Estado. Seguía conectado con Néstor Moncada Lau a quien conoció cuando este estuvo en la Policía en el área de investigaciones económicas, entre 1990 y 1992”, cuenta la fuente policial, quien sostiene que a Moncada Lau le gustó mucho cómo trabajaba Cañas dentro de la institución.

La renuncia del exviceministro de Gobernación, Carlos Nájar, en 2015 abrió un hueco para que Cañas subiera a una posición importante dentro del Gobierno Ortega-Murillo. Moncada Lau lo recomendó por su trayectoria dentro de la Policía, el conocimiento y experiencia que había adquirido esos años, y el bajo perfil que mantuvo cuando lo retiraron de la institución policial. “Tal es la efectividad de su trabajo para moverse al margen, que al día de hoy Estados Unidos no lo ha sancionado”, dice la fuente del Migob.


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