Misa en cautiverio policial: “Nuestras once vidas están en las manos del Señor”, dice monseñor Álvarez

El jerarca católico reapareció este jueves, al octavo día de cautiverio, y calificó el secuestro que la dictadura Ortega-Murillo le ha impuesto como un momento de “retiro en la presencia de Dios”. Aunque no ha habido comunicaciones oficiales entre el régimen y la Iglesia, la presión policial en aumento apunta a forzar un destierro del obispo de Matagalpa, quien no acepta irse “de su patria”. Otro sacerdote en Terrabona también ha sido cercado

Monseñor Rolando Álvarez reapareció este 11 de agosto después de ocho días de secuestro en la Curia Episcopal de Matagalpa: Foto: Captura de pantalla.

Con un semblante fortalecido. Así reapareció la mañana de este jueves 11 de agosto monseñor Rolando José Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, oficiando una misa desde la Curia Episcopal de esa ciudad norteña, donde se encuentra secuestrado desde hace ocho días junto a otros diez laicos, tras el cerco policial impuesto por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en su contra.

En una transmisión en vivo desde la página de Facebook de la Diócesis de Matagalpa, el jerarca católico aseguró que, tanto sus acompañantes como él, se encuentran “bien de salud”, y se declaró con fuerza interior y paz en su corazón pese al acoso, secuestro y amenaza de cárcel o destierro que el oficialismo ha empezado a barajar en su contra.

“La vida de nosotros once que estamos en nuestra Curia Episcopal de Matagalpa, en el corazón que es la capilla de la Merced, donde está Jesús Sacramentado, nuestras once vidas están en las manos del Señor, estamos en las manos de Dios”, dijo el religioso, uno de los más críticos del régimen Ortega-Murillo.

El prelado calificó el secuestro ordenado por el régimen sandinista como un momento de “retiro en la presencia de Dios” y aseguró que todo concurre para el bien de los que aman al Señor. “Dice el apóstol San Pablo y nosotros estamos convencidos que todo ocurre para nuestro bien, porque Dios nos ama y nosotros le amamos”, expresó el religioso.

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“Nos encontramos, gracias a Dios, bien de salud, viviendo en comunidad, en familia, rezando, celebrando la eucaristía, compartiendo entre nosotros, dialogando, con fuerza interior, con paz en nuestro corazón, con una alegría en la conciencia que solo puede suceder de Dios. Es una paz, fuerza y alegría sobrenatural”, añadió el obispo.

Álvarez es ahora uno de los líderes religiosos más perseguidos por la Administración sandinista, al punto que el oficialismo está barajando la posibilidad de desterrarlo ante el costo político que podría representar para la dictadura Ortega-Murillo un eventual encarcelamiento del jerarca católico. 

Fuentes ligadas a la Iglesia Católica manifestaron recientemente que el régimen sandinista le ofreció al obispo Álvarez “entregarse” por su propia voluntad, para después enviarlo al exilio, como ocurrió en el 2019 con monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua. Sin embargo, otras fuentes eclesiásticas señalan que no ha habido una comunicación directa del régimen, pero que la nutrida presencia policial “habla por sí sola”, en el sentido que están forzando el exilio de monseñor. 

“El odio destruye a una persona, porque la persona que odia no está en paz consigo misma, es una persona que anda un infierno en el corazón, una furia interna lo devora, porque el odio es un fuego maligno que destruye”, dijo al respecto Álvarez en su homilía.  

Acoso a obispo Álvarez

Misa en cautiverio policial: “Nuestras once vidas están en las manos del Señor”, dice monseñor Álvarez
Foto de archivo.

Las acciones policiales contra Álvarez iniciaron el cuatro de agosto pasado, luego de que un grupo de policías impidiera la celebración de la misa matutina en la Catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa, ante lo cual el obispo salió a la calle orar con el Santísimo Sacramento en lo alto, y luego dio la espalda a los agentes para arrodillarse y clamar a Dios.

El cinco de agosto de 2022 la Policía de Ortega-Murillo abrió un proceso investigativo en contra de Álvarez, supuestamente por “intentar organizar grupos violentos y ejecutar actos de odio en contra de la población”.

Según la Policía, el prelado como cabeza de las altas autoridades de la Iglesia Católica y “prevaliéndose de su condición de líderes religiosos, utilizando medios de comunicación y redes sociales están intentando organizar grupos violentos, incitándolos a ejecutar actos de odio en contra de la población… con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales”.

Desde ese día la dictadura sandinista intensificó el asedio policial en la residencia de monseñor Álvarez y las calles cercanas a la Curia, las cuales se mantienen tomadas por decenas de agentes de la Dirección de Operaciones Especiales (DOEP) completamente armados.

Para poder resistir el secuestro, monseñor Álvarez y sus acompañantes han tenido que racionar el alimento que el obispo guarda en su alacena, ya que la dictadura sandinista no permite el ingreso de víveres ni medicamentos a la residencia del religioso. El sitio policial contra el obispo es dirigido por el comisionado Ramón Avellán, un leal a los Ortega-Murillo y encargado de operaciones violentas contra opositores desde 2018. 

Sacerdote denuncia vigilancia policial

Misa en cautiverio policial: “Nuestras once vidas están en las manos del Señor”, dice monseñor Álvarez
Policías cercan la casa cural de Matagalpa. Foto: Divergentes.

El sacerdote Aníbal Manzanares denunció que la Policía le ha prohibido salir de su parroquia, en el municipio de Terrabona, departamento de Matagalpa, en medio de tensiones entre la Iglesia Católica y el Gobierno del presidente Daniel Ortega.

“Mis buenos amigos y hermanos, solamente notificarles que la Policía esta mañana me ha notificado que no tengo permiso para salir, no puedo salir a las calles, a procesiones, a actividades fuera del templo parroquial, así que creo que me están vigilando”, dijo el sacerdote Manzanares, de la parroquia San José, en un mensaje grabado el miércoles, y distribuido este jueves en sus redes sociales.

La comunidad eclesiástica de Terrabona, ubicada a unos 73 kilómetros al norte de Managua, pertenece a la Diócesis de Matagalpa cuyo obispo, Rolando Álvarez, cumple hoy ocho días de estar sitiado por la Policía Nacional, que lo acusa de intentar organizar “grupos violentos”.

La denuncia de Manzanares, asesor de la pastoral juvenil de Álvarez, se hizo pública ocho días después de que el mismo sacerdote llamó a los católicos de Nicaragua, en especial a los jóvenes, a unirse en oración por las “persecuciones y todas esas cosas” que sufre la Iglesia.

“Si oramos vamos a vencer las fuerzas del enemigo, porque esto no es una lucha corporal, no es una lucha humana, es una lucha espiritual, contra espíritus malignos, contra la fuerza de la oscuridad, porque el diablo está aleteando”, afirmó Manzanares, en la cuenta en Facebook de la Parroquia San José.

(Con información de EFE).


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