La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó a la Policía Nacional que cualquier ciudadano nicaragüense que se oponga a su régimen y ejecute acciones de protesta en el país sea investigado y encarcelado en las celdas de la delegación del Distrito Tres de Managua y no en las de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), mejor conocida como “El Chipote”, como sucedía hasta finales del año 2022. El objetivo de este movimiento, según una fuente vinculada al alto mando de la institución policial, es reducir la presión sobre los señalamientos de tortura en “El Chipote” que han denunciado expresos políticos.
El Distrito Tres se trata de una delegación que “no es común” y tampoco “similar a las demás”. “Funciona como un lavado de cara siempre y cuando no se entienda ni se sepa que la (delegación policial del Distrito Tres) fue el antecedente de la Dirección de Auxilio Judicial. Durante los años ochenta a esta sede se le conocía como Palo Alto”, explicó la fuente consultada por DIVERGENTES y que solicitó el anonimato por seguridad.
Los últimos opositores que estuvieron detenidos en las celdas del Distrito Tres de Managua fueron Olesia Muñoz, expresa política originaria de Niquinohomo, Jasson Salazar, vicepresidente del Movimiento 19 de Abril y Víctor Ticay, corresponsal de Canal 10 en Nandaime, Granada. Todos pasaron el proceso de detención e investigación en esta delegación y no fue hasta que el régimen los declaró culpables por cometer “menoscabo a la integridad nacional” y “propagación de noticias falsas”, que fueron trasladados al Sistema Penitenciario La Modelo, y La Esperanza, ambos ubicados en Tipitapa.
Antes, en noviembre de 2022, fueron capturados, investigados y detenidos en la misma delegación Miguel Flores y Mildred Rayo, ambos miembros de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN). La organización juvenil informó que habían sido detenidos en las cercanías del río Sapoá en Cárdenas, Rivas.
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El Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas señaló, en un informe publicado en mayo de 2023, que Brenda Lee Baldelomar Alemán, Anielka Lucía García Zapata y Abdul Montoya Vivas también estuvieron detenidos en la misma delegación.
“A diferencia de las otras delegaciones policiales, la del Distrito Tres, operativamente hablando, tiene más capacidad para ejecutar las mismas funciones que en ‘El Chipote’. Y está construida para tener a más presos”, explicó la fuente vinculada al alto mando de la institución policial.
La delegación, según la misma fuente, tiene varios accesos y cumple con esa idea que pretende implantar el régimen de que “no es lo mismo estar en las tres”, una delegación “común” que en “El Chipote”, donde torturan y aíslan.
Palo Alto: el antecedente de “El Chipote”
Antes de que existiera la Dirección de Auxilio Judicial, como actualmente la conocemos, el Gobierno sandinista de los años ochenta, después del triunfo de la Revolución en 1979, decidió definir la función policial en el marco de la protección al orden interior y la defensa de la soberanía. Fue así que nació la Policía Sandinista, identificada como un cuerpo armado civil dependiente del Ministerio del Interior, dirigido por Tomás Borge.
La policía sandinista creció en el Ministerio del Interior (como órgano de seguridad del partido político) y se rigió por el reglamento de policía de 1880 hasta 1980, año en que se promulga el Decreto 559, Ley de Funciones Jurisdiccionales de la Policía Sandinista, que regula la actividad de la institución policial. Siempre mantuvo las oficinas creadas para intereses de investigación y procesamiento.
Una de las divisiones que fueron creadas por la Policía sandinista fue la Dirección de Operaciones Procesales de la Policía, que es uno de los antecedentes estructurales de la DAJ. Esta funcionaba en lo que hoy es la Delegación del Distrito Tres y era conocida en esa época como Palo Alto.
En Palo Alto, según la fuente vinculada al alto mando policial consultada por DIVERGENTES, se procesaba a cualquier persona de interés del Frente Sandinista. También se investigaba y se encarcelaba hasta conseguir información importante que “les ayudara” a ganar la guerra con la Contra.
“En aquel momento se ejecutaban las mismas actividades que en los últimos cinco años se han realizado en la Dirección de Auxilio Judicial. (Palo Alto) Era una referencia para todos en aquella época y no pasaba desapercibida”, agregó el experto en seguridad consultado por este medio de comunicación.
La Policía continuó desarrollando las mismas acciones en Palo Alto durante muchos años más, hasta que en el 2002, con la entrada en vigencia del Código de Procedimiento Penal (CPP) de Nicaragua, que consideró a la institución policial como auxiliar de la Justicia, se reorganizó la especialidad Nacional de Investigaciones Criminales y se agregó la Dirección de Operaciones Procesales para finalmente llamarse Dirección de Auxilio Judicial.
“Con esta reorganización que provocó el surgimiento de la DAJ, el Distrito Tres fue la única delegación con características estructurales y operativas para continuar desarrollando el mismo trabajo de los ochenta. Aunque la Policía habilitó una oficina de Auxilio Judicial en los demás departamentos y distritos, ninguna tenía las capacidades de la Tres”, detalló el experto en seguridad.
Según la fuente vinculada a la institución policial consultada por DIVERGENTES, aunque la DAJ tuvo su propia oficina en Managua, en el Distrito Tres se continuaba desarrollando, aunque en menor medida, operaciones similares a las de “El Chipote”. Sin embargo, no eran dirigidas a opositores al régimen, sino a delincuentes del crimen organizado.
“El destierro de los 222 presos políticos en febrero fue importante para entender las siguientes acciones (disminuir la presión de una dictadura torturadora )del régimen. La presión internacional disminuyó un poco y comprendieron que sin presos en ‘El Chipote’, que es el centro de tortura por excelencia, los focos iban a desviarse y es lo que ha ocurrido hasta ahora”, analizó el experto en seguridad.
“Por eso muchos detenidos por razones políticas ahora son trasladados a la Tres y no al ‘Chipote’. No es que relajaron las medidas contra los presos políticos, solo se están evitando el color de la DAJ y los están llevando a una delegación que tiene las mismas medidas de detención especiales, pero que la gente desconoce y por ende no hacen tanto eco”, afirmó la fuente vinculada a la institución policial
La venta de una falsa “esperanza”
Una nota publicada por Confidencial en junio de este año confirmó que al menos 30 opositores, incluidos los antes mencionados, estuvieron detenidos en Palo Alto hasta el pasado 9 del mismo mes. Los hombres fueron trasladados al Sistema Penitenciario La Modelo, y las mujeres a la cárcel La Esperanza.
“El traslado de los reos de conciencia se hizo bajo total hermetismo. La Policía no notificó a los familiares de los presos políticos, que acudieron a las respectivas cárceles para verificar si habían sido ingresados”, señala la nota de este medio de comunicación.
Gonzalo Carrión, miembro del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca +, expresó que con el encarcelamiento de opositores en el Distrito Tres el régimen pretende silenciar las denuncias de tortura que puedan hacer los familiares de los presos políticos, bajo el argumento de que si no hablan a los medios de comunicación, los suyos permanecerán en esas celdas y no en otras de tortura.
“El nivel de denuncia abierta ha bajado. Hemos identificado que las personas detenidas y sus familiares, para que no los trasladen a ‘El Chipote’, no dicen nada sobre la situación que están pasando. Sin embargo, no se dan cuenta que su detención continúa siendo arbitraria e inconstitucional”, dijo Carrión.
El defensor de derechos humanos manifestó que, aunque “El Chipote” es conocido como el principal centro de tortura, esto no quiere decir que en el Distrito Tres y otras delegaciones policiales no ocurran violaciones a los derechos de opositores. Carrión enfatizó en que la tortura no es exclusiva de la DAJ, sino que es una política de Estado.
Sobre si esta movida del régimen es un lavado de cara o no, Carrión indicó que para los presos políticos esto es relativo debido a que en cualquier delegación policial pueden ser vulnerados sus derechos. No obstante, coincide con el experto en seguridad y la fuente vinculada a la Policía en que, efectivamente, el color de tortura de “El Chipote” no lo tiene otra delegación, pese a que se cometan estos crímenes.