El asesor legal internacional del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, Paul Reichler, renunció a su cargo desde el pasado dos de marzo. Por medio de una carta que dirigió al comandante, el abogado le dijo: “usted ya no es el Daniel Ortega a quien tanto respeté, admiré, quise y serví con orgullo durante tantos años”.
En la carta publicada este domingo 27 de marzo por el medio Confidencial, Reichler dice que le “resulta inconcebible que ese Daniel Ortega hubiera reprimido manifestaciones pacíficas tan despiadadamente, resultando en cientos de trágicas muertes, en abril de 2018”. En un claro golpe a la narrativa que ha impulsado el régimen desde la crisis de 2018, que ha calificado como un “intento de golpe de estado”.
Reichler es el segundo funcionario internacional del régimen que se le pone en contra en menos de una semana, después de que el embajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, diera un discurso ante el Consejo Permanente el pasado miércoles 23 de marzo en el que calificó al régimen como “dictadura”.
El asesor internacional Reichler señala en la carta que “me resulta aún más inconcebible que ese Daniel Ortega hubiera arrestado, confinado en condiciones intolerables y enjuiciado a más de 50 ciudadanos destacados —de la política, los medios de comunicación, las universidades y los negocios— con cargos falsos que no son más que un pretexto para eliminar la disidencia y la oposición”.
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Reichler culpa a Ortega de destruir la democracia y establecer una dictadura con “elecciones falsas, una legislatura sumisa, un sistema judicial corrupto e incapaz de impartir justicia, y el silenciamiento de la libertad de expresión y de los medios de comunicación independientes”.
El exasesor considera “inconcebible que el Daniel Ortega al que serví” pudiera forzar al exilio a “ilustres ciudadanos”, como Sergio Ramírez, Luis Carrión, Carlos Fernando Chamorro, Edmundo Jarquín, Gioconda Belli, Mónica Baltodano y Julio López Campos, y “muchos otros héroes sandinistas y no sandinistas, así como miles de nicaragüenses de todas las tendencias políticas, cuya libertad ha sido negada o amenazada”.
Reichler también culpa a Ortega de asesinar al comandante Hugo Torres y de llevar “sádicamente a los otros grandes patriotas, ahora encerrados en sus celdas, al borde del hambre y la muerte”.
Más de 40 años sirviendo a Ortega

En la carta Reichler dice haber servido a Daniel Ortega desde hace más de 40 años. Cuenta que fue en enero de 1984, en la casa del padre Miguel D’Escoto, que Ortega le pidió que formara parte del equipo legal de Nicaragua para demandar a Estados Unidos en la Corte Internacional de Justicia para responsabilizar a ese país “por la guerra, agresión y terrorismo que había lanzado contra la soberanía, independencia e integridad territorial de Nicaragua”.
Otra anécdota que cuenta Reichler es cuando Ortega lo nombró miembro del equipo negociador de los sandinistas en los acuerdos de paz que se firmaron con la Contra en marzo de 1988. Reichler fue enviado en misiones clandestinas a reunirse con líderes de la Contra “con el fin de determinar si había un interés real en un acuerdo y en qué términos”.
Reichler dice que también fue el enlace entre los sandinistas y el presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, para que este viniera a Nicaragua en calidad de observador internacional en las elecciones de 1990.
Paul Reichler regresó a trabajar con Ortega en 2006, cuando el mandatario sandinista ganó la presidencia. Estuvo en casos de disputas legales en La Haya contra Costa Rica, Colombia y Honduras, entre ellas, que en 2009 la Corte dictaminó que sólo Nicaragua es soberana sobre el río San Juan. Además, en 2012 la Corte rechazó por unanimidad el reclamo de Colombia de que el límite marítimo en el Mar Caribe seguía el meridiano 82 y otorgó a Nicaragua más del 75% del mar y fondo en disputa.