Rodrigo Chaves truena contra expresidentes de Costa Rica, los acusa de “escupir la bandera”

Seis exmandatarios costarricenses firmaron una declaración internacional contra el deterioro a la libertad de prensa en América Latina y señalaron el “agravio sistemático” contra medios y periodistas dirigido desde el Gobierno en San José, pero el mandatario volvió a enfadarse y señalar que ese es un acto “antipatriótico”


El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, elevó a grado superior su habitual discurso de enfrentamiento contra sus antecesores al verse señalado internacionalmente por su “agravio sistemático” contra la prensa, como denunciaron en una declaración internacional seis exmandatarios costarricenses junto a otros 20 exgobernantes de países latinoamericanos.

“Eso es escupir la bandera, es escupir el pabellón nacional”, exclamó Chaves durante una gira por la provincia Guanacaste, en el Pacífico Norte costarricense, tras conocer la declaración auspiciada por el grupo Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA, un foro basado en Miami para promover principios democráticos). 

El mandatario costarricense fue incluido junto a otros gobiernos actuales en el señalamiento de los expresidentes por el deterioro de la libertad de prensa en la región, empezando por Cuba, Nicaragua y Venezuela, pero también Bolivia y acelerados cambios en Guatemala, El Salvador y México. Entre ellos mencionan las acciones de Chaves contra periodistas y medios “tildándoles de ‘canallas’, manipulando el gasto publicitario, cerrando la fuente de ingresos al Grupo Nación y usando el poder tributario para atacar al dueño del medio digital CRHoy.com, en acciones que ha frenado la Sala Constitucional del Poder Judicial, reafirmando la fortaleza institucional en el país”.

La declaración la firmaron Óscar Arias (1986-1990 y 2006-2010), Laura Chinchilla (2010-2014) y José María Figueres (1994-1998), los tres del tradicional socialdemócrata Partido Liberación Nacional (PLN), la principal fuerza opositora en este cuatrienio. También Miguel Ángel Rodríguez (1998-2002) y Rafael Ángel Calderón (1990-1994), que gobernaron con el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC, centro derecha), agrupación cuya bancada apoya parcialmente al oficialismo. Además, el centroizquierdista Luis Guillermo Solís (2014-2018), del Partido Acción Ciudadana (PAC), que en las elecciones de 2022 quedó borrado del mapa de poder. Solo faltaron Abel Pacheco (2002-2006) y Carlos Alvarado (2018-2022), quien dio a Rodrigo Chaves su primer cargo político al nombrarlo ministro de Hacienda durante seis meses convulsos de 2020, hasta que lo destituyó, algo que el presidente actual repite orgulloso.

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Chaves no está dispuesto a aceptar ese tipo de críticas. “Es una falta de patriotismo enorme”, porque “están degradando el honor de esta patria, juntándola, enyuntándola, empacándola con Nicaragua, Cuba y Venezuela”. “Vergüenza les debería de dar, a mí me da vergüenza ajena por ellos”, añadió ante medios de comunicación que llama “patrióticos” porque dieron cobertura presencial a su gira por la provincia guanacasteca, abundante en vilipendios también contra universidades públicas, estudiantes universitarios “esbirros” que intentaron protestar en un acto oficial, diputados opositores y el sector de la prensa que le desagrada.

Chaves furibundo en Guanacaste

Rodrigo Chaves truena contra expresidentes de Costa Rica, los acusa de “escupir la bandera”
 Personas se manifiestan hoy en apoyo al presidente Rodrigo Chaves. Foto de EFE.

En uno de los últimos discursos de su recorrido volvió a criticar el “antipatriotismo vergonzoso” de los exmandatarios y advertir que, sin embargo, la denuncia firmada por los antecesores carece de importancia. “Me resbala como agua en la espalda de un pato”, dijo en una de las metáforas improvisadas con las que intenta ilustrar sus mensajes incendiarios, como los califica él mismo. También en otro momento dijo que la denuncia de los exmandatarios puede afectar el clima de inversiones para Costa Rica, al generar una mala reputación al país.

Pasados 14 meses desde que tomó el poder como abanderado de la ruptura contra los partidos tradicionales, el mandatario costarricense no da señales de modificar su confrontación con los medios de comunicación cuyo contenido asegura no consumir aunque lo critica con frecuencia. Desde la campaña electoral llamó “canallas” a la prensa que publicaba la denuncia de acoso sexual por la que fue sancionado cuando trabajaba en el Banco Mundial, que le cuestionaba su discurso peleonero o revelaba incoherencias financieras que ahora investiga el Ministerio Público. También prometió “destruir” a La Nación y televisora Canal 7, dos de los medios más tradicionales y donde trabajó Pilar Cisneros, la periodista de discurso antipolítico que impulsó a Chaves hasta el poder y ahora lo deficiente como jefa de la bancada oficialista en una Asamblea Legislativa donde los opositores son mayoría.

Ya en el Gobierno, Chaves dirige todas las semanas sus críticas o ataques a medios que “no hacen bien su trabajo” y lo cuestionan, sin faltar La Nación, Canal 7 y CRHoy.com, una plataforma digital propiedad por un fuerte empresario llamado Leonel Baruch, denunciado por el Ministerio de Hacienda en la administración actual por una supuesta estafa fiscal basada en un TikTok, como reconoció el ministro Nogui Acosta. Baruch demandó a Acosta penalmente por ese caso, pero también al presidente Chaves al conocerse que este, tras reunirse con la expareja del empresario, se interesó en la disputa de la pareja (en proceso de divorcio) por la custodia de un hijo, como denunció ante diputados la ahora exministra de la Niñez, Gloriana López Fuscaldo. 

Baruch abunda en la boca de Chaves tanto como los principales diputados opositores. Es parte de la hostilidad contra la prensa crítica que ha señalado la Sala Constitucional, al emitir en mayo una inédita sentencia contra el presidente por emitir insultos contra periodistas, llamándoles “sicarios políticos”. Estos ataques verbales los ha recogido también la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) al señalar en su reporte anual una degradación de la libertad de prensa y de la transparencia en el país de Centroamérica considerado por décadas un bastión regional y zona de refugio para periodistas perseguidos por gobiernos vecinos. Chaves, sin embargo, desdeñó fallos de la Sala Constitucional y el informe de RSF, como ahora arremete contra los seis expresidentes de distintas ideologías políticas, aunque no es la primera vez.

Rodrigo Chaves truena contra expresidentes de Costa Rica, los acusa de “escupir la bandera”
El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves. Foto de EFE.

Uno de estos, Rafael Ángel Calderón (1990-1994), escribió este viernes un artículo en que evitó entrar en la pelea con Chaves ante su “airada reacción”, pero reiterando su preocupación por “los ataques desmedidos a la prensa”. Además le dice que los medios “dan a los ciudadanos la información que consideran pertinente para que la opinión pública pueda formarse un criterio sobre el gobernante y su labor”, una idea con la que Chaves no estaría de acuerdo, pues cada vez más su gobierno se procura espacios de comunicación directa para neutralizar el efecto del periodismo. 

Calderón, hijo del caudillo de mitad del siglo XX Rafael Calderón Guardia, de fuerte legado en sanidad social y garantías laborales, dejó en 1994 indicadores económicos de los que ahora se ufana, aunque en 2009 fue condenado por un caso de corrupción, al ser hallado culpable de cobrar comisiones para influir en favor de una empresa finlandesa proveedora del Estado. Esa sentencia le truncó su aspiración de competir para reelegirse en 2010 con el Partido Republicano Socialcristiano (PRSC), al que en 2021 Chaves se ofreció como candidato presidencial, aunque las conversaciones resultaron en un rechazo por Calderón y sus dirigentes. 

Nadie imaginaba en aquel momento Chaves podría ganar la Presidencia con un partido debutante (Progreso Social Demócrata, PPSD) e instaurar en el poder su estilo confrontativo y liderazgo de tipo mandón con imagen pretendida de hombre rústico, acuerpado por una aprobación popular que para mitad de este año ronda el 65%. Machacar contra los gobernantes de las últimas décadas podría volver a beneficiarlo, porque admite que “si ellos (expresidentes) hubieran gobernado como debió haber sido este país, yo nunca habría llegado a la Presidencia”.


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