Año escolar 2025 arranca marcado por la pérdida en la calidad de la educación y la disminución de la matrícula

Las consecuencias del cierre de las escuelas durante la pandemia del coronavirus siguen presentes años después. Sin la implementación de programas para la recuperación del aprendizaje y la reinserción de niños y niñas que salieron de las escuelas, los estudiantes inician el año escolar con carencias educativas y miles de menores fuera del sistema

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El Ministerio de Educación dejó de publicar la cantidad de niños y niñas matriculados en la primaria y secundaria. Divergentes | Tomada del Ministerio de Educación

El ciclo escolar 2025 arrancó este lunes 27 de enero arrastrando males profundizados por la pandemia del coronavirus de cuatro años, como es la pérdida profunda de la calidad del aprendizaje y la disminución de la matrícula escolar, advirtió Juliana, investigadora y especialista en educación que solicitó el anonimato para evitar represalias en su contra por parte de la dictadura sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo. 

La pérdida del aprendizaje significa la falta de conocimiento y habilidades nuevas, y el olvido de conocimiento y habilidades previamente adquiridas, de acuerdo con el Banco Mundial (BM). Además de la ausencia de los menores en las aulas de clases, la carencia de eficiencia en la educación a distancia para garantizar la continuidad del estudio aceleraron este proceso de deterioro.

Juliana indica que esta pérdida del aprendizaje se ha prolongado durante estos años debido a que el Ministerio de Educación (Mined) controlado por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, no ha diseñado, ni ejecutado planes académicos para su recuperación. “Se necesitan estrategias que le ayuden a los niños y niñas resolver sus problemas de aprendizaje fundamentales”, explica la investigadora.

La pérdida del aprendizaje posterior a la pandemia fue mayor en los países de medianos y bajos ingresos, muchos en América Latina, según el BM. El 79% de los niños y niñas de Nicaragua no son capaces de leer y comprender un texto apropiado a su edad al finalizar la primaria, según un informe publicado en 2024 por este organismo financiero multilateral y el Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). De acuerdo con estas entidades, la pobreza del aprendizaje en Nicaragua es “inaceptablemente alta”.

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La competencia en la lectura para los niños y niñas es fundamental para la comprensión en todas las demás áreas académicas. “La incapacidad de leer con comprensión limita el aprendizaje en todas las materias, incluidas las matemáticas y las ciencias”, indica el informe.

Adoctrinamiento política agrava pobreza del aprendizaje

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La falta de promoción del pensamiento crítico y la imposición de ideologías políticas agravan el déficit de aprendizaje en Nicaragua. Divergentes |Tomada del Ministerio de Educación

Sin el acceso a una educación de calidad que reduzca la pobreza del aprendizaje, los niños, niñas y adolescentes tendrán dificultades para profesionalizarse y acceder a trabajos de calidad, explica Juliana. Cada año que esta situación no es tratada, es un año en que la problemática se hace más grande, advierte.

Jaime Saavedra, director de Educación del BM, expuso en el informe que de no revertir el retroceso académico en los niños y niñas, estos tendrá una “repercusión devastadora” en su productividad, ingresos y bienestar futuros.

Esta situación se ve agravada por el adoctrinamiento político impuesto por la dictadura Ortega-Murillo en las aulas de clases, resalta Juliana. La falta de promoción del pensamiento crítico, la imposición de ideologías políticas, la poca formación magisterial para el personal docente, la insuficiente inversión tecnológica y la carente actualización de las mallas curriculares, son algunos de los factores que han mermado la calidad educativa en el país.

“Los colegios están obligados a adoctrinar políticamente a los niños y niñas, y el profesor que se niegue a esto tiene una sanción. Además, hay familias que no quieren que los niños reciban ese adoctrinamiento, pero no tienen otra opción”, agrega.

Aunque el régimen Ortega Murillo ha disminuido las evaluaciones académicas a nivel nacional para medir el aprendizaje, con el objetivo de que no se refleje las deficiencias de este, el estudiantado nicaragüense no posee las competencias mínimas requeridas para los niveles escolares en los que se encuentran, según el informe del BM.

La última vez que el Estado realizó una Evaluación Nacional a Gran Escala (NLSA, por sus siglas en inglés) para los colegios de educación primaria fue hace 10 años. Desde entonces, el Mined ha cambiado radicalmente la forma de evaluación académica en las escuelas, obligando a los maestros a aprobar al estudiantado independiente de las calificaciones obtenidas, el grado de aprendizaje o incluso, las asistencias en clases.

“Es una estrategia para que la estadística educativa refleje que el país está mejor de lo que está. Muchos maestros se quejan de que están siendo obligados a que los niños y niñas pasen el curso escolar aunque no aprendan. Esta es la política de ‘nadie se puede quedar’. El tipo de evaluación que están haciendo no está midiendo aprendizajes”, explica.

Juliana señala que, debido a que las evaluaciones del Mined no miden el aprendizaje, no es posible conocer el nivel de atraso que arrastran los niños y niñas desde la pandemia del coronavirus. Y sin esta información, no se pueden implementar medidas de rescate educativo.

Cobertura escolar ha disminuido

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Los últimos datos sobre la matrícula anunciados por la dictadura sandinista incluyen tanto adultos como menores, dejando sin posibilidad conocer la cobertura escolar real en Nicaragua. Divergentes | Tomada del Ministerio de Educación.

El ciclo escolar 2025 también inicia con un problema histórico en el país, pero agudizado con la crisis sanitaria: la disminución de la cobertura escolar. “En Nicaragua estábamos paralizados en la misma tasa neta de escolaridad desde el año 2006, sin embargo, se ha retrocedido con todo esto. Hay un problema serio de acceso a la educación”, dice Juliana.

A raíz de la crisis sanitaria, cientos de niños y niñas dejaron de ir a la escuela y no regresaron posteriormente. La cobertura escolar con la que se había avanzado sistemáticamente, se perdió, señala la especialista. Y debido a la falta de programas implementados por el Mined para la inserción de estos menores, no han podido integrarse.

“Para un niño que pierde un año escolar es muy difícil que se ponga al día o que regrese como si nada, porque no hay programas que se lo permitan. No hay programas que estén diseñados para ayudar a esos niños a reintegrarse en el sistema educativo”, añade.

De acuerdo con Unicef, tres de cada cinco niños y niñas que perdieron un año escolar en el mundo durante la pandemia del coronavirus, viven en Latinoamérica y el Caribe. Esto representa cerca del 60% de todos los niños en el mundo.

Nicaragua había registrado un lento avance en la matrícula escolar desde hace 10 años. Para el 2015, la matrícula inicial había sido de 1 501 518 de niñas y niños matriculados —de 1 833 072 menores en edad escolar, es decir, 331 554 niños y niñas fuera del sistema educativo—, según el anuario estadístico del Instituto Nacional de Información (Inide).

Después se registró un aumento hasta 2017 con una matrícula inicial de 1 747 026 niños y niñas, pero en los años posteriores ocurrió una disminución inmediata de miles de niños hasta llegar a una matrícula inicial de 1 667 560 niños y niñas en 2022, acorde con Inide.

Cabe destacar, que según el Mapa Interactivo de la Educación en la página web del Mined, en 2022 hubo 1 753 132 niños y niñas matriculados.

Desde entonces, ni el Mined ni el Inide presentan información sobre la cantidad de menores matriculados y la población en edad escolar. Pues, para el año 2022, fueron 179 418 niños fuera del sistema educativo.

Ahora, la información sobre la cantidad de estudiantes matriculados se brinda a través de los monólogos de la copresidenta Rosario Murillo a través de los medios de comunicación oficialistas.

Régimen intenta disimular reducción de la matrícula

A pesar que la tendencia en la matrícula escolar mostraba un evidente retroceso en los últimos años, el régimen Ortega-Murillo asegura que para el año escolar 2025 “se alcanzó el cierre del período de matrícula con el “100.1%” de la meta proyectada”, cita el portal oficialista El 19 Digital.

Esto representa a 1 806 518 personas inscritas en todos los niveles y modalidades educativas para este año. Sin embargo, esta cifra también incluye a las personas adultas que cursan la primaria y la secundaria, la cual es una estrategia para ocultar la disminución de la cobertura escolar en los niños y niñas, advierte Juliana.

“Esto es totalmente para camuflar este problema. La estadística educativa no se establece con rigor y se cambian constantemente indicadores. Meter a los adultos dentro de la cifras de cobertura escolar tiene que ver efectivamente con que están ocultando una verdad que todos conocemos. La verdad es que hay una reducción muy importante en la matrícula”, expresa la investigadora.

El Mined tampoco brinda datos de la tasa neta de escolaridad, la cual indica la cantidad de niños y niñas que cursan un grado escolar establecido para su edad; únicamente brinda la tasa bruta de escolaridad que es total de los niños y niñas matriculados, independientemente de su edad y el año académico que cursan.

La tasa neta de escolaridad es un indicador importante de la eficiencia que tiene el sistema educativo para ingresar a los niños y niñas a las escuelas en las edades adecuadas, y para que estos se logren mantener en los grados correspondientes conforme al tiempo. 

“El dato de la matrícula es muy tramposo porque no te permite comparar cuántos niños cursan adecuadamente su edad, cuántos logran inscribirse en tiempo y forma, y cuántos se van quedando”, expresa Juliana.

Costo de vida dificulta acceso a la educación

El aumento del costo de vida es otro de los retos a los que se enfrentan las familias para enviar a sus hijos e hijas a las escuela. Hasta diciembre de 2024, la canasta básica alcanzó un valor de 20 259.81 córdobas. Esto representa 2.5 veces el salario mínimo de un trabajador del Estado que hasta octubre de 2024 era de apenas 8334.52 córdobas mensuales.

Pese a que la educación es gratuita en Nicaragua, mandar a los niños y niñas a las escuela implica costos para los padres y madres de familia, que van desde el pago de transporte, útiles escolares y uniformes. Los menores provenientes de familias con menores recursos son los que tienen más probabilidades de no asistir por completo a la escuela o de perder años escolares.

“Si los padres y madres no tienen dinero para eso, los niños probablemente no van a ir a la escuela. Hay un conjunto de costos que significa la educación, que se transfiere directamente a los padres y se dificulta más en un momento de crisis económica”, señala.

En este año se implementó por primera vez la entrega del Bono presidencial escolar por parte del Mined, que es la entrega de 2000 córdobas a niños y niñas de preescolar, primero y segundo grado de primaria.

Si bien esto representa una ayuda económica para las familias, es insuficiente para asegurar la continuidad de los estudios de los niños y niñas, ya que no resuelve los problemas estructurales que provoca su exclusión del sistema educativo, explica Juliana.

Este bono ayuda a las familias a asegurar la entrada a clases de los niños y niñas de educación inicial, pero los factores que dificultan su permanencia en la escuela el resto del año siguen sin ser atendidos. Además, el resto de estudiantes que no son aplicables para recibir este bono, continúan en las mismas condiciones.

La investigadora advierte que la falta de planes para disminuir la pobreza del aprendizaje y para aumentar la cobertura escolar “es una tragedia para el país”, ya que se está desperdiciando el proceso del bono demográfico que actualmente ocurre en Nicaragua y que finalizará aproximadamente en 10 años.

El bono demográfico es un proceso en el que hay una mayor cantidad de personas que trabajan y producen, y una cantidad menor de personas dependiente económicamente. Esto ha ayudado a muchos países a mejorar su desarrollo económico y social, pero solo ocurre cuando las personas jóvenes tienen acceso a una educación de calidad que les permita acceder a empleos de igual calidad.

“Esto va a tener un impacto terrible para el país y lo veremos cuando la población envejezca sin haber ahorrado, sin haber cotizado y sin tener una educación y trabajos de calidad”, advierte la especialista.


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