¿Cómo contar desde la ficción una historia real cuando ésta sobrepasa la capacidad de imaginarla? “Lo que ha ocurrido con Daniel Ortega y Rosario Murillo es tan bestia que si se hiciera una película o una novela no sería creíble”, dijo John Carlin este pasado miércoles en Barcelona, durante la presentación de su nueva obra, Bestias, realizada con el dibujante Oriol Malet.
El periodista hispano-británico y el dibujante catalán aceptaron el reto de hacer un cómic que con el trasfondo de la historia reciente de Nicaragua y las figuras centrales de dos cabras (macho y hembra) que se vuelven chanchos, como aquellos contra los que ellos lucharon, reviviendo la clásica obra de Orwell: Rebelión en la granja.
Aunque no se mencionan países ni nombres, los rasgos con los que se personifican las figuras centrales se asemejan mucho a los Ortega-Murillo, además de las referencias a su actual régimen. En realidad, podría ser la historia de cualquier revolución que acaba en dictadura. La diferencia clave aquí es la de la cabra revolucionaria que traiciona todos sus ideales y hasta a su propia hija por encumbrarse en el poder.
El coautor, el periodista, lo resume así: “Se trata de una mujer que cuando su hija denunció al esposo por haber abusado de ella durante años, no vio más que una oportunidad para escalar y tener al poder y a su marido por los huevos. No conozco, en mi experiencia, un caso de corrupción del alma más grotesca que el de Rosario Murillo. Un pacto faustiano en el que vendés tu hija a cambio del poder y la vanidad del poder.
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Malet, por su parte, lo resume en el dibujo que cierra el libro: la chancha ocupando el trono (una montaña de dinero) que perteneció a su pareja y al anterior dictador.
Ese dibujo, comentaron los autores, se realizó antes de que se supiera que los Ortega-Murillo iban a cambiar la Constitución nicaragüense para erigirse ambos como copresidentes. Algo que parece seguir el guión de la vieja historia. “Por alguna razón genética, los seres humanos nos corrompemos cuando ostentamos el poder durante cierto tiempo. Es siempre así”, dice Carlin.
John Carlin es autor de el Factor humano, el libro que inspiró el film de Clint Eastwood Invictus, sobre Nelson Mandela y un juego de la final mundial de rugby que el líder sudafricano utilizó para unificar a su país. El experimentado periodista vivió en la Nicaragua de los ochenta y fue corresponsal durante el conflicto. Mantiene el interés y el ojo periodístico en el país tras los últimos acontecimientos, además de muchos amigos y amigas que lo han perdido todo allá.
Esta es parte de la conversación que mantuvimos con Carlin y Malet para DIVERGENTES.
J. Marieli | ¿Por qué eligieron como fondo de esta versión de Rebelión en la granja a la pareja que controla el régimen de Nicaragua?
J. Carlin | Queríamos hacer una fábula sobre cómo el poder corrompe y te lleva a transformarte en una persona voraz, cínica, sin valores, depredadora, animal, bestia. Una historia aplicable en muchísimos contextos a través de la historia. Y hay tanto en lugares donde ha habido revoluciones como Nicaragua. Pero es la historia que yo tengo más cerca, que conozco mejor, ya que la he vivido en carne propia. Yo viví ahí en los años 80. Estuve seis años cubriendo (como periodista) México y Centroamérica. Me casé con una nicaragüense muy vinculada con la revolución, conocí muy bien el tema y me ilusioné como tantísima gente. Y claro, hemos visto una transformación total. La vieja historia del libro de Orwell, que inspira nuestro cómic, está aquí retratada de manera prácticamente impecable, tal como lo cuenta Orwell: gente que llega al poder con nobles ideales y que poco a poco se va transformando en los tiranos que derrocaron para llegar al poder inicialmente.
O. Malet | Para mí fueron decisivas las conversaciones previas con John y mi trabajo de documentación en paralelo. De ahí salió mi decisión de optar por un estilo que mira hacia lo grotesco, muy expresionista, influenciado por el cartoon político más ácido y extremo o, incluso, por los artistas alemanes de “entre guerras” del denominado movimiento de la “Nueva Objetividad”, como Otto Dix o George Grosz. Eso es un riesgo comercial, lo admito, las tendencias estéticas actuales en el mundo del cómic comercial vienen marcadas mayoritariamente por cierta amabilidad estética, de formas limpias y muy comerciales. Lo que aquí proponemos está en las antípodas de eso, pero yo entendí, y John también, que solo así podía acercarme a transmitir la dura realidad, que ya es de por sí extrema e hilarante.
J. Marieli | Los dos personajes principales del cómic se percatan de que les está saliendo una cola de chancho. ¿Creen que los Ortega y Murillo se parecen tanto a la dinastía dictatorial de los Somoza?
J. Carlin | Yo no viví la dinastía de los Somoza, así que no puedo decir que un régimen sea el espejo del otro, pero, este tiene matices muy especiales. O sea, Somoza fue un dictador desde el comienzo. Nunca pretendió ser el promotor de la igualdad y la justicia social. El tema con Ortega y Murillo es que hay un punto de traición de algo que, en cierto modo, no existió. Además, todo indica que la represión que han puesto en marcha es igual, o incluso, según me cuentan, peor que la de Somoza. Más cruenta.
J.Marieli | El caso de la joven abusada por el dictador se basa en la denuncia de Zoilamérica Narváez, hija de Murillo e hijastra de Ortega. Hay un momento crucial en el que la cabra madre (trasunta de Rosario Murillo) se habla frente al espejo y toma una decisión.
J. Carlin | Como bien dices, el clímax de nuestro libro es cuando la cabra principal tiene que decidir entre su hija y el poder y obtener casi la garantía de tener al marido totalmente atado, bajo su control. Y eligió la segunda opción, que para mí es un caso de corrupción del poder muy extremo, repito, muy bestia de un nivel de inhumanidad que nunca he conocido en ningún otro contexto.
J. Marieli | Supongo que unas de las viñetas más difíciles de componer fueron las que reflejan el acoso del dictador hacia su hijastra. Pero no hay escenas escabrosas. Son insinuaciones. No entraron en más detalles.
O. Malet | Me basé en ese caso concreto, pero siempre tuve claro que es una realidad tan extendida (el abuso) que no era necesario mostrar detalle alguno y podíamos permitirnos insinuar, o explicarlo todo, por ejemplo, a través de la expresión desagradable del abusador al oír que la víctima estaba sola en su habitación. Este libro parte de una realidad muy concreta, pero pretende hacer reflexionar sobre temas universales y, sobre todo, muy actuales. Este es uno de ellos. De nuevo, aunque me basé en la realidad concreta, la de Zoilamérica, y en la realidad global que hoy en día está tan presente gracias al increíble esfuerzo de la revolución feminista, sin duda, una de las mayores revoluciones de los últimos tiempos.
J.Marieli | En el cómic, la cabra ya convertida en chancha “cogobernante” asume la represión contra los nuevos animales que se han rebelado junto a otros que permanecen firmes en sus ideales. Sin embargo, el chancho tirano solo secunda lo que ella decide. ¿Piensan que pasa lo mismo en la realidad de los dirigentes nicaragüenses?
J. Carlin | Sigo lo que pasa en Nicaragua desde lejos, pero con cierta cercanía, porque tengo muy buenos amigos que se mantuvieron fieles a los ideales sandinistas que motivaron la revolución y que ahora pagan el precio. Están en el exilio, les han quitado la nacionalidad, sus propiedades, etcétera. Y también, claro, sigo la prensa. La impresión que tengo desde hace ya varios años es que Ortega ha sido la figura del presidente, pero la que realmente ha estado mandando, el cerebro gris o negro, ha sido Rosario Murillo. Acabamos nuestro libro antes de que la nombraran copresidenta. Si hubo alguna duda antes, creo que ahora todo el mundo entiende que ella es la que manda. Antes de que se anunciara eso, acabamos el libro con la imagen de ella en el trono, con el chancho que se asemeja a Ortega como su títere. Es el retrato final que dejamos en el en el libro.
J. Marieli | En su versión, la cabra-chancha se apropia de las acciones y éxitos de la revolución, traicionando el espíritu que mantuvieron otras cabras, como una que recuerda mucho a la excomandante Dora María Téllez. Esta última acabará presa también. Los dibujos son de tinte tenebroso, goyescos incluso (como en el que se alude a la famosa obra de los Fusilamientos del dos de mayo). ¿Por qué no cerrar la historia con la liberación de los animales presos, o con una imagen de esperanza?
J.Carlin | Una cosa quiero dejar clara. Este libro no pretende ser un retrato fiel a todos los detalles de los personajes y los acontecimientos de la revolución Sandinista ni lo que ha pasado desde entonces. No es ni periodístico ni histórico. Nos tomamos bastantes libertades con los hechos, aunque nos basamos precisamente en hechos reales y creo que somos fieles al espíritu de esta grotesca metamorfosis que ha habido en Nicaragua a lo largo de los últimos cuarenta y tantos años. Pero tienes razón: en uno de los personajes nos inspiramos en la figura de Dora María Téllez, pues ella ofrece en la vida real un caso bastante extremo, ya que fue una heroína absoluta de la revolución, una guerrillera muy importante que después ocupó un puesto importante en el Gobierno, que mantuvo su fidelidad a los valores que la motivaron a entrar en la política, en la revolución, en el primer momento. Y claro, después la metieron presa. O sea, la traición a Dora María Téllez es como la traición hecha carne a los ideales de la revolución. Y a eso se suma otras traiciones, como la de Rosario a su hija.
O. Malet | Queríamos apelar a la realidad, a lo que desgraciadamente nos transmite la realidad del tema tratado. Aun así, es cierto que hay lugar para el humor. Cierto que no es un humor blanco de carcajada fácil, pero hay cierta intención en algunos pasajes de satirizar hasta el extremo. La tradición de cartoon político es así en muchas ocasiones, en las que usamos el sarcasmo, la ironía, y especialmente el humor negro. La caricatura, la exageración… Todos esos son aspectos que se usan en el humor, pero es cierto que aquí están estirados hasta el extremo para que todo se confunda con una inquietud constante.
J.Marieli | ¿Por qué no cerrarlo con un final esperanzador?
J.Carlin | No hay exactamente un final feliz porque ahí siguen Ortega y Murillo en el trono, transformados en los chanchos, transformados en el dictador que derrocaron. Incluso peor. Pero el libro es básicamente una sátira. Y un libro satírico siempre tiene, por definición, un contenido moral y la moraleja de la historia es que lo terrible que somos los seres humanos con esta tendencia de que una vez que nos perpetuamos en el poder más de equis tiempo, pretendemos eternizarnos. Y siempre, siempre, siempre, infaliblemente, como si fuera un problema eterno del ADN humano, uno se corrompe, y no solo a nivel de dinero, sino que se te corrompe el alma.
J. Marieli | Por qué basarse en Nicaragua y por qué esta clase de cómic con dibujos a veces esperpénticos para contar esta historia
J. Carlin | Nicaragua es un lugar muy cercano. Estuve feliz ahí, pero no sólo feliz, sino intensamente involucrado en la política del país. Tuve excelentes amigos sandinistas, me casé con una mujer sandinista y toda esa gente que fueron mis amigos sin excepción. Son gente que ahora está en el exilio y que se han mantenido fieles a los ideales sandinistas y, por eso, han sido expulsados de todo lo que tiene que ver con Nicaragua. Entonces la historia de la alegoría, la fábula con animales de Rebelión en la Granja es un libro que siempre ha sido importante para mí y creo que cualquiera que se interese por la política debería leerlo. Y siempre me ha llamado la atención cómo esa historia, escrita hace ya 70 años, es tan fiel a lo que ocurre una y otra vez con revolucionarios que llegan al poder y después traicionan esos ideales. La historia de Nicaragua es para mí el retrato más extraordinariamente fiel a eso que cuenta Orwell.
J.Marieli | Se ha discutido mucho sobre lo que pasará cuando Ortega ya no esté. Nicaragua tiene matices que la diferencian de Cuba o Venezuela. Desde la distancia, y con base en historias como Rebelión en la Granja, ¿qué crees, John, que puede ocurrir y qué historia te gustaría contar sobre Nicaragua?
J. Carlin | Obviamente no sé lo que puede ocurrir. Todo indica que vamos a tener que esperar a que los dos se mueran o uno de los dos se muera por causas naturales para que esto cambie. Eso es lo que uno deduce ahora por lógica. Pero las cosas cambian. Y acabamos de ver el caso de Siria. Yo he seguido bastante de cerca la trayectoria de Al-Assad. Hasta hace poco parecía estar absolutamente afianzado en el poder, más incluso que Ortega y Murillo en Nicaragua. Estos regímenes que se basan en la represión, en el miedo siempre; aunque parecen muy fuertes y son muy brutales, muy bestias, eso solo tapa una endeblez de fondo, una falta de fe en el pueblo y del pueblo en ellos. Así que vamos a ver. También te dije antes que esta historia utiliza la historia reciente de Nicaragua como modelo, pero pretende ser más universal. Y efectivamente, justo ahora se publica el libro y ocurre lo de Siria. En el caso de Siria ves Al-Assad, que llegó al poder después de su padre en 2000. Parecía que iba a ser un reformador, con impulsos democráticos. Se esperaba mucho de él y acabó siendo incluso más represor, más violento, más tremendo que su propio padre. Otra vez una traición a todo lo que se esperaba. Y ahora él ha caído así, de manera absolutamente inesperada, en poco tiempo, con lo cual no se puede descartar nada. Pero las predicciones mías no creo que sirvan para mucho.
Aunque se trate de un libro que posiblemente estará censurado para la venta en Nicaragua, se podrá conseguir en países limítrofes y por encargo a través de plataformas de venta online. También pueden visualizar unos fragmentos en la página de la editorial.