El segundo intento de la dictadura Ortega-Murillo para desterrar a monseñor Rolando Álvarez ha fracasado: el obispo de Matagalpa rechazó las condiciones discutidas entre el régimen y un delegado de El Vaticano, según relatan fuentes diplomáticas y eclesiales a DIVERGENTES. El líder religioso, considerado como la voz de la Iglesia Católica más crítica con el sandinismo, fue regresado a la prisión La Modelo este miércoles.
Las fuentes consultadas por esta redacción coinciden en que el Vaticano asignó a un representante de su Secretaría de Relaciones Exteriores para mediar con el régimen, pero también para intentar “persuadir” a Álvarez y, de esa forma, decidiera tomar un vuelo a Roma. Sin embargo, sucedió lo mismo que en febrero pasado, cuando el jerarca católico rechazó subirse al avión del destierro con destino a Estados Unidos. En cambio, monseñor mantiene su postura inamovible: que no ha cometido delito alguno, prefiere quedarse en su país y clama por su liberación incondicional, al igual que la del resto de sacerdotes encarcelados y condenados. Además, el prelado pidió descongelar las cuentas bancarias de las diócesis y parroquias del país, y el cese de la persecución religiosa. Todas sus propuestas fueron rechazadas por la dictadura.
Álvarez mantiene que él abandonaría Nicaragua sólo si el papa Francisco se lo ordena expresamente. Sin embargo, hasta ahora no se ha confirmado si el Pontífice emitió alguna orden en ese particular. No obstante, las fuentes eclesiales señalan que el papa toma muy en cuenta la posición del obispo sobre lo que le ocurre.
“Daniel Ortega calibró mal a monseñor, lo subestimó; y Álvarez pidió ver al pleno de obispos de la Conferencia Episcopal”, prosigue la fuente eclesial, y agrega que el papa Francisco reconoce el peso moral de Álvarez, razón por la que necesita su beneplácito para sacarlo del país. Según el análisis de esta persona ligada al catolicismo, el régimen Ortega-Murillo no encuentra cómo librarse del obispo y por eso ha arreciado la represión contra la Iglesia en las últimas horas para presionar más a la Santa Sede y la Conferencia Episcopal. El diario La Prensa informó este miércoles que la dictadura ha comenzado a cobrar a las parroquias el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), pese a que desde el año 1995 están exentos de ese tributo.
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Brenes: “es especulación”
Por su parte, el cardenal Leopoldo Brenes en declaraciones a algunos medios de comunicación calificó como “pura especulación” la noticia de la excarcelación de monseñor Rolando Álvarez y, como en ocasiones anteriores, volvió a cargar contra el periodismo. “Él se mantiene en la cárcel La Modelo”, dijo Brenes de manera escueta. Las fuentes consultadas aseguran que esta declaración de Brenes intenta amainar el interés sobre la negociación fallida en torno a la liberación de monseñor Álvarez.
“El gobierno está metiendo toda la presión sobre el Vaticano para que se lleven a monseñor Álvarez, no lo quieren en el país, pero pues las conversaciones están bastante herméticas”, dijo otra fuente diplomática a DIVERGENTES. “De por medio hay más que el obispo Álvarez; se trata del futuro de la Iglesia Católica en Nicaragua: que cese la persecución, que no continúen cerrando colegios e instituciones católicas; que se levante esa acusación de lavado de dinero contra la Iglesia. Es una situación dura y tensa. El Vaticano sabe que el régimen es capaz de erradicar el catolicismo del país”, agrega.
El obispo de Danlí, Honduras, José Antonio Canales, aseguró la noche de este martes en su cuenta de Facebook que monseñor Álvarez quiere ser libre en Nicaragua. “Monseñor Rolando Álvarez no quiere salir de Nicaragua. Quiere ser libre, sin condiciones, en su país”, posteó. Al ser consultado por DIVERGENTES, Canales dijo sobre su publicación: “responde a que conozco personalmente a monseñor Rolando Álvarez; he intercambiado con él tanto en Honduras como en Nicaragua, es un hombre de un temple firme, seguro; sabe dónde se planta y no es de claudicar fácilmente”. La información sobre lo que sucede con Álvarez tampoco llega a otros obispos de la región.