Si bien el parole humanitario para los nicaragüenses, venezolanos, cubanos y haitianos no fue extendido por la administración del expresidente Joe Biden en octubre de 2024, la estocada final al programa la ha dado el presidente Donald Trump durante el primer día de su regreso a la Presidencia, después de firmar una orden ejecutiva que establece “terminar todos los programas de libertad condicional (parole) que sean contrarios a las políticas de los Estados Unidos”. Es decir, una política –y retórica– antiinmigrante incendiaria que le sirvió, en buena medida, para ocupar por segunda ocasión la Casa Blanca.
La orden ejecutiva que elimina el parole es parte de una avalancha de órdenes ejecutivas firmadas por el magnate durante su investidura presidencial este 20 de enero, y que allanan el camino para la promesa de la “deportación masiva”, como respuesta a “la invasión a gran escala y de un nivel sin precedentes” de migrantes que el líder republicano alega.
El parole –que consistía en un permiso para viajar a Estados Unidos por avión y un permiso para trabajar durante dos años– abrió las puertas a más de 531 000 migrantes de los cuatro países beneficiarios.
De ese total de 531000 beneficiarios, 90 566 nicaragüenses fueron admitidos en el programa parole. Con la entrada en vigor de la política antiinmigrante de Trump, los nicas son los que peor se encuentran en el grupo de ‘paroleados’ para poder tener un ajuste en sus estatus migratorios… es decir, para mantenerse legales en Estados Unidos y no exponerse al agresivo plan de deportaciones prometido por Trump.
Recibe nuestro boletín semanal
Apenas 30% de los nicas han pedido asilo

En el caso de los venezolanos y haitianos pueden acogerse al TPS (Estatus de Protección Temporal), que es una forma de ayuda humanitaria. Y algunos de los que entraron a Estados Unidos con el “parole in place” ya lo solicitaron, según funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos. Mientras que para los cubanos hay un proceso separado y único que les proporciona un camino directo hacia el estatus permanente.
Pero, para los nicas ‘paroleados’, el camino más directo era iniciar un proceso de ajuste de su estatus migratorio, por ejemplo, una solicitud de asilo dentro del transcurso de un año desde su llegada a Estados Unidos. Sin embargo, aquí entra el problema: de acuerdo a un cruce de datos realizado por el investigador del Diálogo Interamericano y experto en temas migratorios, Manuel Orozco, de los 90 566 nicas que desde enero de 2023 fueron beneficiados con parole, menos del 30% de ellos iniciaron el proceso de pedir asilo político. Es decir, unas 30 000 personas.
“El punto de partida es el siguiente: 30% de los 500 000 migrantes nicaragüenses que han llegado a Estados Unidos desde 2018 han solicitado asilo. Tomando en cuenta que de los 500 000 que han llegado, 90 000 fueron bajo el parole. El porcentaje de esta población que solicitó asilo es menor que el 30%, ya que 100 000 solicitudes de asilo se habían hecho hasta el 2023”, comparte Orozco.
Si bien el Gobierno de Biden aprobó el parole en octubre de 2022, fue hasta enero de 2023 que los nicas empezaron a ser beneficiados. “Lo que te quiero decir, es que los primeros 40 000 ‘paroleados’ que llegaron en 2023, en su mayoría no iniciaron el proceso de asilo al recién llegar a Estados Unidos”, prosigue Orozco. “No más de un tercio que lo solicitaron, unas 15 000 personas, estuvieron bajo parole. Mientras que en 2024, el número de solicitudes subió tanto en función de quienes llegan por parole y por otros medios. Sin embargo, hay un alto número de personas bajo parole que aún no tienen ajuste de estatus”.
Quedarse irregular, desafiar a Trump

Si bien –por el momento– su condición migratoria se mantiene hasta que se venzan los 24 meses del parole, no hay claridad de si la nueva administración rescindirá también el estatus a quienes ya están dentro del país y no han entrado en ajuste migratorio.
“La sección 7 (b) de la orden ejecutiva de Trump establece la finalización del programa del parole, pero no especifica si eso incluye a aquellos que están amparados de momento, ya que la sección 7(c) se refiere a decisiones futuras”, plantea el investigador del Diálogo Interamericano.
De modo que, si un nicaragüense con parole decide quedarse de manera irregular en Estados Unidos después de vencida su estadía en Estados Unidos, estaría desafiando la orden ejecutiva de Trump que mandata la expulsión “sin demora a todos los extranjeros que entren o permanezcan en el país infringiendo la legislación federal”.

En una entrevista con DIVERGENTES en noviembre de 2024, Orozco advirtió lo siguiente: “a quienes se les vence el parole, y se queden indocumentados, van a ser los más vulnerables si la política de deportación de Trump se implementa. Es decir, son personas cuyas direcciones y lugares de ubicación están bien identificados”.
“Finalmente, la orden ejecutiva deja abierta la ejecución de deportaciones de inmediato, amparado en la sección 2 del mismo decreto, cosa que puede interpretar e incluir al parole”, advierte Orozco. “El asilo es lo más asequible para esas personas, porque la razón de ser del alivio humanitario es que se asumen que vienen de países políticamente difíciles. Otra opción de ajuste migratorio es la reunificación familiar o la oferta laboral”, agrega el experto en migración.
A la postre, el Congreso de Estados Unidos se alista para aprobar la primera ley de deportaciones de Trump. Se trata de la “Ley Laken Riley”, la cual permitirá a las autoridades de inmigración detener a los indocumentados acusados, sospechosos o detenidos en casos de robo y delitos relacionados, sin que se les haya comprobado su culpabilidad. La normativa cuenta con apoyo demócrata. Pero por ahora, como suele suceder con la ya conocida administración Trump, lo que campea es la incertidumbre migratoria.