Aunque las remesas familiares hacia Nicaragua, provenientes principalmente de Estados Unidos, impusieron un nuevo récord en el 2022, al alcanzar 3,224.9 millones de dólares, para este 2023 la tendencia de este rubro económico podría disminuir considerablemente, debido a que el tamaño de la migración será mucho menor en comparación al éxodo que se registró el año pasado, cuando más de 300 mil nicaragüenses abandonaron el país.
El analista del Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, vaticinó dicho escenario por el tamaño de la fuerza laboral que actualmente tiene Nicaragua, que, según él, representa el 40% de la población. “Esto significa que cualquier migración dependería de los que no tienen obligaciones de cuidar a niños y ancianos, que son ahora el otro 60% de la población”.
Orozco también cree que la implementación del ‘Parole humanitario’, aprobado a inicios de enero por Estados Unidos, que permite el ingreso legal vía aérea de 30 mil ciudadanos de Nicaragua, Haití, Cuba y Venezuela por mes, “desmotivará” a la población para que migre, ya que este programa “no está orientado a las personas que están en riesgo de vulnerabilidad económica o política”, principales motivos del éxodo de nicaragüenses.
De hecho, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) señaló que los Puertos de Entrada en la frontera suroeste estadounidense disminuyeron un 97% en enero en comparación con diciembre de 2022.
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“Un 10% (de remesas) subiría a 3,500 millones de dólares, esa será la tendencia este año, esto por el tamaño de la migración. Yo proyecto menos de 200 mil personas que van a salir, que es la mitad de lo que salió el año pasado”, dijo Orozco en una entrevista con el periodista Luis Galeano este martes.
Según el Banco Central, en el último año los ingresos en concepto de remesas aumentaron en un 50.2% en comparación al 2021, cuando las familias nicaragüenses recibieron un total de 2,469,7 millones de dólares. Según la entidad monetaria, entre las principales fuentes de origen de las remesas están Estados Unidos, seguido de Costa Rica y España.
“El dinamismo de las remesas estuvo soportado principalmente por el crecimiento interanual de 80.2 % registrado por los flujos procedentes de Estados Unidos, al incrementarse en 1,099.3 millones de dólares con respecto a 2021”, indica el informe del Banco Central.
El Banco Central detalla que la cantidad de dólares captados en concepto de remesas familiares en 2022 representan un 23% del Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua. Para Orozco, este dato refleja que el modelo económico del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no tiene ningún propósito de inclusión social o económico, sino de exclusión para generar riquezas para el sistema mismo. “Significa que es un país que está sudando sangre”, señaló.
“Alivio para las familias”
Desde que la administración sandinista se atornilló en el poder durante cinco años más, en unas elecciones presidenciales sin competencias, realizadas en noviembre de 2021, el flujo migratorio se incrementó dramáticamente en el 2022. Esta salida masiva significó un alivio para el rubro de las remesas, en un país donde se impone el desempleo y la pobreza.
El economista Enrique Sáenz considera que esos millones de dólares captados en remesas han servido para aliviar las “penurias” de las familias nicaragüenses que ven mitigado el impacto del empleo, subempleo y carestía de la vida a través del trabajo de sus parientes en el exterior.
“Las remesas también son uno de los principales motores de la economía, de la actividad, de la empresa y consumo nacional. También engordan las reservas internacionales del Banco Central, y engordan, por la vía de los impuestos, los ingresos del gobierno… Ese sacrificio, esa ruptura de familia le sirva al mismo Ortega para aparecer ‘fachenteando’ sus estadísticas de crecimiento económico”, expuso Sáenz en su programa Economía de Nicaragua en 10 minutos.
El último sondeo de opinión pública de la firma costarricense CID Gallup, señala que las proyecciones económicas de los nicaragüenses para este año son negativas en un 47%, frente a un 42% que mantienen el optimismo que será mejor. Para la encuestadora, un factor que genera pensamientos de estabilidad económica es el hecho de que los emigrantes están enviando a sus familias remesas.
“Esas remesas generan básicamente el 20% de la renta tributaria del país. En términos prácticos, de los 3,200 millones recibidos, el 95% de esas transacciones se invierten en consumo, el cual pasa directamente al Estado (a través) del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que es un 15%”, plantea Orozco.
Según el Banco Central, la economía nicaragüense se ha recuperado en los dos últimos años, debido principalmente a un aumento en el valor de las exportaciones y al nuevo récord en la recepción de remesas de migrantes.
Solo para dimensionar cómo han aumentado los ingresos captados por este rubro, las cifras oficiales indican que en el 2016 los nicaragüenses recibieron 1,264.1 millones de dólares; en 2017 se fijó en 1,390.8 millones de dólares; en 2018 la cifra incrementó ligeramente a 1,501.2 millones de dólares y en 2019 el ingreso alcanzó los 1,682.4 millones de dólares.
“Es una tristeza que la principal evidencia del fracaso en la gestión económica y social de la dictadura (Ortega-Murillo), sea el flujo masivo de migrantes al exterior y la creciente cantidad de remesas que entran (al país)”, finalizó Sáenz.