El Observatorio LGBTIQ+ de Nicaragua documentó 108 denuncias de agresiones y crímenes de odio contra personas de la diversidad sexual, desde enero hasta septiembre de 2024. Dentro de los crímenes de odio se contabilizan siete muertes violentas, casi el doble de lo que se registró en 2023, un número que ha crecido en los últimos años.
Para los defensores del Observatorio, el aumento de muertes violentas de personas nicaragüenses LGBTIQ+ no es una sorpresa, sino el cumplimiento de algo que ya habían advertido tiempo atrás.
“Todos los datos que tenemos nos indican que, desde el 2018, la violencia hacia las personas LGBTIQ+ va en aumento a corto, mediano y largo plazo”, señala Leonel, seudónimo que utiliza un activista del Observatorio.
Leonel indica que, aunque el Observatorio sólo ha registrado 108 denuncias, las agresiones contra las personas de la diversidad en el país son en realidad mucho mayores. Sin embargo, debido a que muchas veces las personas LGBTIQ+ son agredidas por agentes del Estado al intentar denunciar, deciden no hacer públicos los ataques que sufren.
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Las personas que denunciaron ante el Observatorio fueron 89, de las cuales 19 reportaron dos o más agresiones. La mayoría de las denunciantes fueron mujeres trans, representando 4 de cada 10 casos; el segundo grupo más violentado fueron los hombres gais, con un porcentaje similar.
“Esto puede indicar que mientras las personas LGBTIQ+ expresan más visiblemente su orientación o identidad de género, es mayor la probabilidad de ser víctima de violencia”, explica el defensor.
Los datos también reflejan que tanto las mujeres lesbianas y bisexuales, como hombres trans, tienden menos a denunciar. Por ende, el menor número de casos en esta población no significa que experimenten menos violencia, sino que tienen menos mecanismos de denuncias y redes de apoyo.
El Observatorio destaca que dentro del número de crímenes de odio registrado en estos meses, también incluyen casos que han sido clasificados como suicidios —casos públicos, específicamente—, ya que estos son motivados por la discriminación y su consecuencia es la pérdida de la vida de la persona.
“Respecto a los crímenes de odio, en el Observatorio LGBTIQ+ consideramos que deben incluirse los suicidios. En el caso de las personas LGBTIQ+, estos suceden como resultado de una serie de situaciones de rechazo que enfrentan, y devienen en desánimo total ante la vida, que se refuerza por la ausencia de redes de apoyo en su entorno más cercano”, añade.
El Instituto de Medicina Legal (IML) y el Ministerio de Salud, entes encargados de registrar los suicidios en el país, únicamente desagregan la información por sexo, edad y lugar de ocurrencia de los hechos, pero no por orientación sexual o indentidad de género, por lo que no se conoce con exactitud la cantidad de personas de la diversidad sexual que cometen suicidio cada año.
Policía Nacional, uno de los principales agresores
Los crímenes de odio en Nicaragua son una realidad que ocurre cada vez con más frecuencia en el país, explica el Observatorio LGBTIQ+ de Nicaragua, aunque no estén tipificados en el Código Penal y no son documentados por las instituciones estatales. Esta falta de reconocimiento por parte del Estado dificulta el acceso a la denuncia y la justicia para las víctimas y sus familias.
Factores como la desprotección estatal, el actual contexto de violencia sociopolítica y la falta de libertad de expresión también agrava la vulnerabilidad de la población LGBTIQ+ y las vuelve blancos fáciles de agresiones, tanto de la ciudadanía como de agentes del Estado.
Los principales tipos de violencia registrados por el Observatorio fueron verbal, estatal y física. La mayoría de las agresiones ocurrieron dentro del ámbito familiar; en espacios públicos como calles, bares y discotecas; instituciones del Estado, especialmente por parte de agentes de la Policía Nacional; y en lugares de trabajos como las zonas francas.
“El hecho de que la Policía Nacional es una de las principales agresoras contra las personas LGBTIQ+ es conocido desde hace tiempo. Incluso fue identificado como uno de los resultados de las únicas fiscalizaciones que realizó el Despacho de la Procuradora Especial de Derechos Humanos para la Diversidad Sexual hace ya más de una década”, manifiesta Leonel.
Por esta razón, existe una desconfianza generalizada entre las víctimas de la diversidad sexual hacia el sistema de justicia, y particularmente hacia la Policía Nacional, cuyos agentes no toman con seriedad sus denuncias y hasta se burlan de ellas, según testimonios de personas LGBTIQ+ en el Observatorio.
De acuerdo con el Observatorio, estas agresiones no solo afectan a la población de la diversidad sexual, también tiene repercusiones profundas en las comunidades en donde ocurren, generando un clima de temor, división y exclusión social.
Cierre de organizaciones LGBTIQ+ vulnera derechos
El cierre de organizaciones civiles dedicadas a la defensa de los derechos de las personas LGBTIQ+ es otro de los factores que han provocado el aumento de agresiones y crímenes de odio contra esta población, aseguran los defensores del Observatorio.
El Observatorio LGBTIQ+ de Nicaragua contabiliza el cierre de alrededor de 30 organizaciones sin fines de lucro que promovían y defendían los derechos de las personas LGBTIQ+, las cuales contaban con personería jurídica y que han sido cerradas arbitrariamente por el Gobierno.
Desde 2018 hasta finales de agosto de 2024, el número de organizaciones civiles despojadas de su personería jurídica ronda las 5500.
“Todas abonaban con su accionar a la visibilidad de las personas LGBTIQ+ y, con sus respectivas particularidades, facilitaban a las personas LGBTIQ+, a sus familiares y amistades, el acceso a información sobre sus derechos y a servicios de salud, justicia, acompañamiento psicosocial, entre otros”, dice Leonel.
De acuerdo con él, la discriminación está presente en todos los espacios políticos. Las personas de la diversidad sexual no solo se enfrentan al completo abandono estatal, pues sus denuncias son ignoradas en las instituciones públicas a cargo del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, sino que también encuentran obstáculos para posicionar sus demandas dentro de la oposición política.
Homofobia presente en todos los niveles
“Ya sea dentro del país o entre la oposición política, la homofobia está presente. Las personas LGBTIQ+ enfrentamos un reto mayúsculo para lograr hacer visibles nuestras demandas en el futuro proceso de transición política”, expresa el defensor.
Según una encuesta realizada por el Observatorio LGBTIQ+ de Nicaragua a finales de 2021, la mayoría de las personas de la diversidad sexual encuestadas participan en expresiones organizativas variadas en sus comunidades, ya sea en grupos de danza, equipos deportivos, grupos promotores de las tradiciones religiosas y culturales, entre otros.
Entre los nuevos retos a los que se enfrenta esta población se encuentran los grandes flujos migratorios en los que se ha visto envuelta con el resto de la población nicaragüense, ya que el nivel de desprotección y discriminación se agudizan con la condición de migrantes, asevera Leonel.