Estudiantes de la confiscada Upoli tienen semanas de no recibir clases por “barrida” de profesores. “Es todo un desorden”, relatan

Los despidos ordenados por el CNU a personal de la antigua Upoli porque estos no acudían a actividades partidarias del Frente Sandinista, han provocado afectaciones entre los estudiantes, quienes cuentan a DIVERGENTES que llevan semanas sin recibir clases. No saben qué será de sus notas y de los exámenes finales, y tampoco han recibido ninguna comunicación oficial de la universidad

Fachada de la extinta Upoli, uno de los baluartes de la lucha estudiantil en 2018, ahora confiscada por la dictadura Ortega-Murillo. Divergentes | Archivo.

A casi un mes del cierre del segundo semestre académico, autoridades rectorales de la Universidad Nacional Politécnica (UNP) —anteriormente Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI)— despidió masivamente a profesores de diferentes carreras. Esto ha dejado al estudiantado en la incertidumbre sobre sus notas y la continuación de sus clases, revela a DIVERGENTES estudiantes activos de la UNP.

“Despidieron a cuatro profesores de mi carrera y llevamos dos semanas sin recibir clases. La universidad no nos ha dicho nada, sólo nos avisaron que tres de esas clases las van a pasar virtual, pero todavía no sabemos cuándo se van a retomar. En un par de semanas tenemos los exámenes finales y no sabemos qué va a pasar”, dice Sara, estudiante de segundo año de la carrera de Economía y Negocios.

“Recientemente despidieron a un profesor de Historia del Arte que era muy bueno. Me cambié al sabatino, que es por trimestre, y también despidieron a la maestra un sábado antes de que terminara el curso. Teníamos una exposición de un producto en el cual se gastó dinero en materiales, y no se nos informó que eso pasaría”, revela otra estudiante de Diseño Integral de la Comunicación.

El pasado 12 de octubre, el diario La Prensa reportó el despido de 70 trabajadores de la UNP que laboraban en servicios administrativos como el registro académico y el bufete jurídico, así como profesores de distintas facultades.

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Las personas colaboradoras señalaron que el despido fue alegado bajo el artículo 45 del Código de Trabajo, que permite los despidos sin justificación al pagar una indemnización. 

Los despidos fueron ordenados por el Consejo Nacional de Universidades (CNU) a las autoridades de UNP, en represalia porque los funcionarios no acudían a las actividades partidarias organizadas por el Frente Sandinista.

Sistema se descontroló cuando dictadura se apropió de la Upoli

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Un ciudadano protesta frente a la Upoli en 2018, cuando el recinto era la sede de la rebelión estudiantil en Nicaragua. Archivo | Divergentes.

Sara, quien inició ilusionada su carrera en 2022 en la ilegalizada Upoli, cuenta que los despidos de profesores y las cancelaciones constantes de sus clases son recurrentes desde que el régimen Ortega-Murillo canceló la personería jurídica de la universidad e instaló la nueva administración oficialista en la UNP en febrero de 2022.

“Me matriculé en la UPOLI en 2021 y nunca me imaginé que iba a pasar todo esto. Solo recibí dos semanas de clases normales, cuando pasó lo de la (cancelación) personería. En el primer semestre del año pasado, despidieron a un profesor de mi carrera y pasamos casi un mes sin recibir esa clase”, cuenta la joven de 21 años.

El salón de Sara no recibió exactamente tres encuentros de esa clase, ya que el año pasado las clases eran por encuentros, y solo iba a la universidad tres días a la semana.

“Pasábamos sin hacer nada”, relata estudiante

En los primeros dos encuentros, el coordinador de la carrera llegó a “reemplazar” al profesor, pero en realidad no impartió ninguna lección del pensum. “Pasábamos sin hacer nada”, dice Sara. Y en el tercer encuentro, el coordinador simplemente le dijo al grupo que no llegaran a la universidad.

En este año los despidos aumentaron en la carrera de Sara. En el primer semestre de 2023, nuevamente otro profesor fue despedido, el cual fue reemplazado por un profesor de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua).

“En el primer semestre de este año despidieron al profesor de Matemáticas para la Administración. Sólo nos llegó a dar tres clases y después nos mandó un mensaje de que ya no iba a seguir impartiendo clases. Después lo cambiaron por un profesor de la UNAN, que fue con el que terminamos el semestre”, cuenta.

El pasado 9 de octubre se reportó el despido de cuatro profesores de la carrera de Economía y Negocios, pero también ocurrió con otras carreras de la universidad, asegura Sara. “Supongo que están haciendo cambios, pero se siente un ambiente de incertidumbre y de inestabilidad”, expresa.

Profesorado despedido es reemplazado por docentes de la UNAN-Managua

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La Universidad Centroamericana fue una de las últimas universidades confiscadas por el régimen Ortega-Murillo, su nuevo rector es un ex-decano longevo de la UNAN-Managua.

Entre 2022 hasta octubre de 2023, la dictadura Ortega-Murillo ha cancelado la personería jurídica de 28 instituciones de educación superior en el país. Estas cancelaciones incluyen la confiscación de sus bienes inmuebles, y el reemplazo de los nombres y las administraciones, que son elegidas de facto por el Consejo Nacional de Universidades.

En su mayoría, las nuevas personas que llegan a reemplazar a las autoridades académicas o al profesorado despedido, son personales fieles a la dictadura que trabajaban para la UNAN-Managua, asegura Adrián Meza, exrector de la antigua Universidad Paulo Freire (UPF), ahora confiscada y llamada Universidad Ricardo Morales Avilés.

El último caso fue el de la Universidad Centroamericana (UCA), ahora llamada Universidad Nacional Casimiro Sotelo, cuyo nuevo rector es Alejandro Enrique Genet Cruz.

Antes de ser designado como rector de la antigua UCA, Genet fue decano de la Facultad de Educación e Idioma en la UNAN-Managua desde hace más de dos décadas, y profesor de dicha institución desde los años 80.

Estos cambios en la administración y en el profesorado en las universidades confiscadas ha acarreado problemas administrativos para los estudiantes, que se atrasan con sus planes de clases, señala Meza; pero también ha significado una saturación de trabajo para los profesores que quedan, ya que no dan abasto para tantos estudiantes.

“Hemos visto que los problemas registrales, problemas con la designación de horarios de clases o de profesores para dichas clases, son una constante en estas nuevas universidades de garaje”, expresa. El impacto es siempre en la calidad de la enseñanza y educación del estudiantado, añade. 

Sin plataforma adecuada para las asignaciones

Desde el despido de sus cuatro profesores el 9 de octubre, Sara únicamente recibió una clase el 18 de este mes. Solo dos profesores dejaron las notas del semestre listas, pero de los otros dos no se sabe nada. Tampoco sabe si se realizarán los exámenes planificados a finales de octubre.

“De la profesora de Marketing no sabemos nada. Ella ni siquiera dio un comunicado, nos dimos cuenta que fue despedida por la presidenta del grupo. No sabemos si terminó las evaluaciones. El profesor que nos dio Negociación sólo se salió del grupo de WhatsApp. No sabemos si revisó los trabajos que hicimos o si dejó listo todo”, cuenta.

Esto se empeora porque la UNP ahora no cuenta con una plataforma virtual para que los maestros suban material en los días de ausencia, ya que el Entorno Virtual de Aprendizaje (EVA) con el que contaba la Upoli, fue retirado por la nueva administración del régimen Ortega-Murillo.

En su lugar, el EVA fue reemplazado por Google Classroom para las asignaciones, el cual no lo usa todo el personal docente, y por grupos de WhatsApp, que se usan únicamente para las comunicaciones.

“La Upoli tenía una plataforma muy buena y solo la pude usar una semana, porque después la quitaron. Ni siquiera hay plataforma para que los profesores puedan subir material los días que no hubiesen clases o para practicar. Es un descontrol terrible”, señala Sara.

Sin tareas, asignaciones o material didáctico

Mientras Ana, estudiante de la carrera Diseño Integral de la Comunicación, cuenta que ante la falta del EVA, sus profesores ya no le dejan proyectos para realizar en casa, pues no hay una plataforma adecuada para las entregas. Entonces, las prácticas las debe de realizar solo en la universidad.

La joven de 21 años cuenta que el estudiantado también queda a la suerte de los docentes que se comprometan a utilizar la plataforma y compartir el material didáctico. 

“Ya no tenemos el material didáctico ordenado. Algunos profesores ni siquiera comparten el material y hay menos interacción con los docentes en el Google Classroom. Otras veces suben los documentos por WhatsApp y se pierden. Es todo un desorden”, dice.

Estudiantes forzados a realizar proyectos para la Alcaldía de Managua

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Estudiantes denuncian que sus proyectos universitarios ahora están ligados a proyectos de la Alcaldía, pese a que no está contemplado en sus planes de clases | 19 Digital

Ana también cuenta que los estudiantes de Comunicación deben de realizar diseños y publicidad para proyectos de la Alcaldía de Managua como parte de sus asignaciones, pese a que dichos trabajos no estaban establecidas en sus planes de estudio.

“Ahora nuestro proyecto final va ligado a un proyecto de la alcaldía llamado ‘ciudades creativas’, en donde se nos dieron asignaciones no acordes a nuestro pensum. Nos ponen hacer publicidad para este proyecto y no están bien pensados para nuestros planes de estudio, sólo se intentan adaptar”, expresa.

El problema con estos proyectos, no es solo que sean controlados para la comuna sandinista, sino también que implica conocimientos avanzados para el curso de Ana y en su ejecución, los estudiantes aprenden poco o nada de su carrera. Además, los estudiantes tampoco pueden negarse a participar en ellos.

“Los proyectos quedan bastante deficientes. Siento que en el área de diseño es donde hemos tenido más cambios, porque se nos involucra bastante en los proyectos de la alcaldía y del Gobierno. Nos dicen que es voluntario, pero en algunas cosas no. No hay actividades que no involucren algo del Gobierno”, señala.

Estudiantes no saben si continuar estudiando

El despido de profesores en la carrera de Economía y Negocios hizo que tres de las clases se pasaran a modalidad virtual y que cambiaran de horario, por lo que no todos los estudiantes podrán asistir, debido a sus trabajos.

“No recibíamos clases los viernes, ahora vamos a recibir. No todos mis compañeros van a poder recibir las clases. Tengo un compañero que trabaja en el mercado Oriental los viernes, sábado y domingo, y él se va a quedar sin esa clase. No se está respetando los horarios que fueron establecidos con respecto a la inscripción del semestre”, indica Sara.

Esta es la segunda ocasión que Sara intenta estudiar una carrera universitaria. Anteriormente estudiaba Relaciones Públicas e Internacionales en la UNAN-Managua, pero debido a la politización y a la constante propaganda del régimen Ortega-Murillo en esa universidad, decidió dejar la carrera en su segundo año y cruzarse a lo que entonces era la UPOLI.

En marzo de este año su mamá fue beneficiada con el parole humanitario que está brindando Estados Unidos. Sin embargo, Sara decidió no acompañarla para terminar su carrera. Ahora no sabe si vale la pena continuar en la UNP.

“Es decepcionante estudiar acá. No hay datashow, estuvimos dos semanas sin luz y como estaba lloviendo no se miraba nada en el salón. Siento que la universidad no presta las herramientas necesarias para estudiar, ni brindan estabilidad”, expresa.

La incertidumbre permea en cada salón de la UNP, mientras tanto el régimen Ortega-Murillo sigue engrosando su lista de universidades confiscadas con el paso del tiempo.


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