[Actualización a las 15:15 h]
Minutos antes de que el obispo Silvio Báez —exiliado en Estados Unidos desde 2019– iniciara su misa dominical en la parroquia Santa Agatha en Miami, trascendió que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo desterró este 14 de enero a Roma a su par de hábito, monseñor Rolando Álvarez, el preso político de mayor relieve que mantenía la administración sandinista.
En el avión que salió con destino final a Italia la madrugada de este domingo también fueron expulsados el obispo de Siuna Isidoro Mora, monseñor Carlos Avilés, monseñor Marcos Díaz, monseñor Silvio Fonseca, monseñor Miguel Mántica, 11 sacerdotes y dos seminaristas quienes fueron apresados durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
Monseñor Báez, entre la sorpresa y la cautela, evitó referirse a la información que fuentes católicas confirmaron a DIVERGENTES. “Esperemos que primero salga en el 19”, excusó el obispo auxiliar de Managua, en referencia a El 19 Digital, el principal órgano de propaganda del régimen Ortega-Murillo, y por el cual se difunden los destierros de nicaragüenses.
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Tras las múltiples detenciones realizadas desde el 20 de diciembre de 2023, el papa Francisco expresó públicamente su preocupación por el bienestar de los sacerdotes capturados y por la persecución que vive la Iglesia católica en Nicaragua. Ante esto, la Santa Sede realizó acuerdos con la dictadura Ortega-Murillo para que fueran enviados a Roma.
Lista completa:
- Obispo Rolando José Álvarez Lagos, de la Diócesis de Matagalpa
- Obispo Isidoro Del Carmen Mora Ortega, Diócesis de Siuna
- Monseñor Carlos José Avilés Cantón, vicario general de la Arquidiócesis de Managua
- Monseñor Silvio José Fonseca Martínez, párroco de la iglesia Santa Faz, Vicario de Familia, Niñez y Juventud de la Arquidiócesis de Managua
- Monseñor Miguel Agustín Mántica Cuadra, párroco de la iglesia San Francisco de Asís, ubicada en el Reparto Bolonia de la Arquidiócesis de Managua
- Monseñor Marcos Francisco Diaz Prado
- Sacerdote Oscar José Escoto Salgado
- Sacerdote Jader Danilo Guido Acosta
- Sacerdote Pablo Antonio Villafranca Martínez
- Sacerdote Héctor Del Carmen Treminio Vega
- Sacerdote Fernando Isaías Calero Rodríguez
- Sacerdote Mikel Salvador Monterrey Arias
- Sacerdote Raúl Antonio Zamora Guerra
- Sacerdote Jhader Antonio Hernández Urbina
- Sacerdote Gerardo José Rodríguez Pérez
- Sacerdote Ismael Reineiro Serrano Gudiel
- Sacerdote José Gustavo Sandino Ochoa
- Seminarista Tonny Daniel Palacio Sequeira
- Seminarista Alester De Jesús Sáenz Centeno
El régimen Ortega-Murillo a través de una nota de prensa agradeció “profundamente al Santo Padre, Papa Francisco; a la Secretaría de Estado de la Santa Sede; a Su Titular, Cardenal, Su Eminencia Reverendísima, Pietro Parolin, y a su Equipo de Trabajo, por las muy respetuosas y discretas coordinaciones realizadas para hacer posible el viaje hacia el Vaticano de dos Obispos, quince Sacerdotes y dos Seminaristas [sic]”.
Además, reconocen las “posibilidades del Dialogo franco, directo, prudente y muy serio, un Dialogo responsable y cuidadoso, que ha hecho posible llegar a este día de Alabanza al Dios de Todos, que nos ilumina y guía para continuar cultivando la confianza y para acrecentar, desde la Fe, la tranquilidad de Espíritu y el Derecho a la Justicia y la Vida de las Familias Nicaragüenses [sic].”
2023, un año de detenciones y destierros para la Iglesia católica
Durante el 2023 se intensificó la persecución que mantiene la dictadura Ortega-Murillo contra la Iglesia Católica, de acuerdo con el último informe de Human Rights Watch.
Este es el segundo destierro de sacerdotes a Roma. El primero ocurrió en octubre de 2023, cuando 12 párrocos fueron expulsados de Nicaragua en un avión tras alcanzarse “acuerdos con El Vaticano”. En los últimos doce meses el Papá Francisco abogó dos veces por abrir un diálogo con el régimen Ortega-Murillo, al mismo tiempo que expresó preocupación por el alargamiento de la crisis sociopolítica que agota a los nicaragüenses.
“Sigue siendo preocupante también la situación de Nicaragua; es una crisis que se prolonga desde hace tiempo con dolorosas consecuencias para toda la sociedad nicaragüense, en particular para la Iglesia católica”, sostuvo el pontífice a inicios de 2024.
El peso de monseñor Rolando Álvarez
El destierro de monseñor Rolando Álvarez, titular de la Diócesis de Matagalpa y Estelí, ocurre después que en febrero de 2023 el prelado se negó a abordar el avión que condujo al destierro en Estados Unidos a 222 presos políticos. En represalia, los Ortega-Murillo condenaron a Álvarez a 26 años de prisión y lo recluyeron en una celda de máxima seguridad en el penal La Modelo.
En julio de 2023 se establecieron “contactos” entre el régimen y El Vaticano para liberar al obispo. Sin embargo, Álvarez rechazó las condiciones de su encarcelamiento, que pasaba por el destierro. Fue mantenido en prisión y presentado en dos ocasiones a la opinión pública después de denuncias del aislamiento que sufría en La Modelo.
El destierro de Rolando Álvarez supone para el régimen un alivio a la condena nacional e internacional por su liberación. De acuerdo a una encuesta de CID Gallup, el 72% de los nicaragüenses rechazaban la condena política de Álvarez. No obstante, este segundo destierro de religiosos recrudece la persecución contra el catolicismo que, a partir de este domingo, se queda sin sus principales figuras.
La mayoría de estos sacerdotes desterrados eran vicarios y voces potentes dentro de una institución religiosa que critica con ahínco las violaciones a los derechos humanos cometidas por los Ortega-Murillo desde 2018, cuando policías y paramilitares reventaron con brutalidad las protestas sociales. Una violencia política que se ha mantenido por más de un quinquenio con un estado policial que se traslapa con un régimen totalitario, donde prima la persecución, la cárcel y el exilio contra quienes critican al gobierno.
De acuerdo a la investigadora Martha Patricia Molina, el régimen ha enviado y obligado a 203 religiosos y religiosas al destierro, expulsión o negativa de ingreso a Nicaragua. Todo entre el año 2018 a enero de 2024. Más del 80% de estas agresiones se registraron en 2023, cuando la persecución religiosa alcanzó su clímax con la prohibición de los ritos de Semana Santa.