Alejandro Genet, el rector orteguista que perdía los exámenes de sus estudiantes

Alejandro Genet, el rector impuesto por la dictadura para dirigir la Universidad Casimiro Sotelo, que sustituyó a la confiscada Universidad Centroamericana, es recordado por sus estudiantes como un docente irresponsable, que perdía exámenes y era impuntual, mientras académicos no dudan en señalarlo de ser un militante partidario, antes que educador.

Alejandro Genet
Alejandro Genet, el rector impuesto por el régimen para dirigir la universidad Casimiro Sotelo. Divergentes | Cortesía

Alberto tiene muy malos recuerdos de un maestro que, en 2009, le impartió una de las primeras materias que cursó cuando era estudiante de una carrera de la que entonces era la facultad de Humanidades y Ciencias Jurídicas. Ese docente tenía la costumbre de perder exámenes y llegar tarde a sus clases. 

El docente era el profesor Alejandro Genet, que para entonces ya demostraba ser un fiel militante del Frente Sandinista –recién llegado al poder para aquel entonces–, y quien es ahora el rector de la que fuera una de las universidades más importantes y prestigiosas del país.

“Fue un desastre. Varios tuvimos que realizar pruebas especiales para salvar la clase de Matemáticas (que el maestro impartía), porque perdía los documentos o añadía temas que nunca había explicado”, expresa el estudiante, quien habla desde el anonimato por temor a represalias. 

La antigua UCA, ahora controlada por operadores orteguistas 

Casimiro Sotelo UCA
Ramona Rodríguez, presidenta del CNU y las autoridades de la Universidad Casimiro Sotelo: Alejandro Genet, rector, Luz Marina Ortiz, vicerrectora, y Moisés Ignacio Palacios, secretario general. Foto: Tomada de medios oficialistas.

La extinta Universidad Centroamericana (UCA), denominada tras su confiscación por la dictadura sandinista como Universidad Nacional Casimiro Sotelo, vive una especie de inoperancia y letargo administrativo, que algunos expertos en temas de educación estiman que se debe por las personas fieles a la dictadura Ortega-Murillo al frente de la institución. 

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Todas ellas, como Alejandro Genet, el maestro que perdía exámenes, son reconocidos simpatizantes sandinistas que rozan el fanatismo. Pero en cuanto a sus credenciales para dirigir una universidad tan grande y compleja administrativamente como la UCA, estas son pocas o nulas. 

En 2009, y durante casi toda su carrera, Genet impartía materias como Matemáticas, que servían de base en los primeros años de las carreras universitarias. 

Según su hoja de vida, cuenta con más de 40 años como docente de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN). Cursó estudios de docencia en la Universidad Central de Las Villas en Cuba y una maestría en Metodología de las Enseñanzas de las Matemáticas. 

Tiene una licenciatura en Ciencias de la Educación, con mención en Matemáticas y Metodología de la Enseñanza. Fungió como decano de la facultad de Educación e Idiomas de la UNAN. 

Un historial de impuntualidad y desorden

A pesar de dicha trayectoria, los estudiantes de Genet lo reprueban en puntualidad y responsabilidad. “Nosotros teníamos clases con él dos veces a la semana. Una de ellas era el lunes a primera hora y la otra recuerdo que era el viernes. En un momento, él nos tiró la última clase de los viernes al miércoles, prácticamente cambió el horario y casi todos, principalmente de los departamentos, llegamos temprano y siempre perdíamos ese tiempo porque él nunca llegaba”, recuerda Alberto

En otra ocasión, perdió varios exámenes sin justificación, que provocaron que al menos dos estudiantes reprobaran la materia por la falta de responsabilidad. “Yo lo veo como una persona bastante irresponsable, que en ese caso se preocupaba más por sus otras funciones como ser decano, que ser docente en aquel entonces”, remarcó el exestudiante.

Una universidad sin operación

Alejandro Genet
Fotografiá de la entrada principal de la extinta Universidad Centroamericana (UCA), hoy, llamada Universidad Nacional Casimiro Sotelo por la dictadura de Ortega y Murillo Foto: EFE | Jorge Torres.

El 18 de agosto de 2023 fue un día funesto en la historia de la educación superior de Nicaragua. La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo culminó la confiscación de la UCA, en un acto donde se izó la bandera rojinegra sandinista dentro del recinto universitario. Algo impensable, pero esperable en un país gobernado por un régimen totalitario que ajustó la represión hacia nuevos límites.

Desde las protestas ciudadanas de 2018, la UCA fue un bastión que durante meses, cuando Daniel Ortega y Rosario Murillo desarticularon las protestas en las calles del país, sostuvo las demandas de justicia y democracia de la población. 

Cada tanto, dentro de la UCA los estudiantes organizaron plantones y piquetes que activaron la presencia policial en todos los alrededores de la universidad. 

Algunos de los principales rostros de los movimientos universitarios que le plantaron cara a la dictadura eran estudiantes de la UCA, como es el caso de Lesther Alemán y Madelaine Caracas, quienes participaron en el primer diálogo nacional que buscó una salida “democrática” a la crisis.

Alejandro Genet, el rector orteguista que perdía los exámenes de sus estudiantes
Las autoridades del Consejo Nacional de Universidades, un ente sometido al orteguismo, cuando anunciaron la creación de la Universidad Casimiro Sotelo.

El día en que el orteguismo se tomó la UCA

Por ello, el día en que la bandera rojinegra ingresó a la universidad, junto a los miembros de la Juventud Sandinista y una fila de autoridades fanáticas al régimen, el futuro de miles de estudiantes que en medio de la represión buscaban una opción académica independiente al oficialismo, se hizo trizas. 

Muchos de estos estaban a solo un paso de graduarse, y otros gestionaban sus títulos académicos. La dictadura nombró a una serie de autoridades muy poco conocidas en el ámbito académico de Nicaragua, o con escasas aportaciones en la investigación. 

Luz Marina Ortiz, ahora vicerrectora de la Casimiro Sotelo, fungía como secretaria general de la Universidad Nacional Multidisciplinaria Ricardo Morales Avilés, otra de las universidades creadas por la dictadura a raíz de la confiscación de la Universidad Paulo Freire, Universidad Popular de Nicaragua (Uponic), Universidad Hispanoamericana (Uhispam) y la Universidad Nicaragüense de Estudios Humanitarios (UNEH). 

Mientras que Moisés Ignacio Palacios nombrado secretario general en la Casimiro Sotelo, fue vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNAN-Managua. 

“El hecho de que a esta fecha no sean renovadas las clases en esa universidad, es nada más un signo de incompetencia de las personas que pusieron al frente, y también del pésimo cálculo que hicieron los responsables de esa decisión. Desconocían totalmente la complejidad y el funcionamiento de una universidad como la UCA”, remarcó el académico Ernesto Medina, exrector de la Universidad Americana (UAM) y una de las personas que conoce a Genet.

Alejandro Genet despunta con todo un semestre desperdiciado

Este 6 de noviembre, las autoridades de la Casimiro Sotelo, anunciaron por los medios de propaganda de la dictadura que será hasta el 15 de enero de 2024 que iniciarán las clases, tanto para los estudiantes de reingreso, como para los nuevos ingresos.

Genet en su comparecencia ante los medios oficialistas, indicó  que las prematrículas “se llevarán a cabo del 27 de noviembre al 6 de diciembre, mientras que las matrículas especiales se realizarán del 11 al 16 de diciembre”.

Es la tercera vez que el régimen Ortega-Murillo anuncia una nueva fecha de inicio de clases en esa universidad, afectando por completo el último semestre del calendario académico de la extinta UCA. 

“Lo primero que llama la atención en alguien como Alejandro Genet es el tiempo que ha estado ocupando el cargo de decano en la UNAN-Managua. Uno puede decir, sin temor a equivocarse, de que él ha sido el responsable de la formación de muchísimos maestros de secundaria que han pasado por esa facultad. En mi opinión, es un balance bastante pobre, porque todos sabemos que uno de los problemas de la educación en Nicaragua, es la escasa o la pobre formación que tienen los maestros en todos los niveles”, agregó Medina.,

Militante orteguista antes que académico

El académico describe a Genet como “el típico militante del partido”, que tiene un cargo académico tan importante como rector, no por sus méritos, sino por su fidelidad en las filas del sandinismo. 

Para académicos como Medina, es imposible cuantificar en este momento el daño que la dictadura está provocando en el panorama educativo del país, pero está seguro de que será inmenso. 

“Han destruido una universidad importantísima, fundamental para Nicaragua y para el futuro del país. Están poniendo en riesgo el futuro de miles de jóvenes que están totalmente desamparados, en el limbo y sometidos a una arbitrariedad que alguien algún día tendrá que responder por ella y, obviamente, una de las personas que tendrá que responder por esto es Alejandro Genet”, sentenció.


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