La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo canceló la personería jurídica del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y 18 cámaras empresariales que lo integraban, de acuerdo al diario oficial La Gaceta de este lunes, seis de marzo. Se trata de un zarpazo total contra la principal patronal del país, por encima de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham), en un contexto de cierre de organizaciones no gubernamentales. La decisión ha provocado temor entre inversionistas y empresarios por las confiscaciones. DIVERGENTES conoció el congelamiento de cuentas de unas de las asociaciones cerradas, mientras otras “corren” ante la medida “sorpresa” para salvaguardar inmuebles y activos.
“De acuerdo a Dictamen Legal emitido por la Dirección General de Registro y Control de Organismos sin Fines de Lucro del Ministerio de Gobernación, los 18 OSFL no completaron el proceso de convalidación de registro; presentando inconsistencias en la información”, alega el régimen en La Gaceta. “Variaciones en cuentas sin justificar, diferencias de saldos sin soportes en cuentas. No reportan detalle de ingresos y gastos. Con estas acciones estos organismos no promueven políticas de transparencia en la administración y manejo de sus fondos; así mismo no han reportado estados financieros periodo fiscal 2022”, agrega.
La decisión es sorpresiva porque el presidente del Cosep, el empresario César Zamora, presidente de la Cámara de Energía de Nicaragua, una de las organizaciones canceladas, intentó acercamientos con el Gobierno Ortega-Murillo desde que asumió la presidencia de la patronal en 2021. A pesar de ello, Zamora no ha roto relaciones con los expresidentes del sector privado que estuvieron encerrados en El Chipote, José Adán Aguerri y Michael Healy.
DIVERGENTES llamó a Zamora y otros presidentes de cámaras empresariales para consultar sobre las implicaciones de esta decisión, pero hasta el momento no han respondido. La presidenta de la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua, Carmen Hilleprandt, dijo que todavía “se encontraban analizando” el cierre de su asociación para poder divulgar las acciones a tomar, y colgó la llamada.
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Empresarios afiliados a las cámaras del Cosep, consultados por este medio, dijeron que temen por el cierre de cuentas bancarias de las asociaciones y la cancelación de proyectos con fondos extranjeros. Además, no se podrán realizar reuniones y actividades gremiales de forma oficial. “En resumen, con esto el Gobierno quita dinero y reduce a cero la fuerza del gremio”, explicó una empresaria afiliada a una de las cámaras canceladas.
Una fuente confirmó a DIVERGENTES que congelaron las cuentas bancarias de la Asociación Nicaragüense de Distribuidores de Vehículos Automotores (Andiva). El temor sobre los activos de las cámaras crece a medida que transcurren las horas.
“Jurídicamente existe un riesgo en pagarle a alguien al que le cancelaron su personalidad jurídica. Esas cámaras no existen ya. Cualquier deuda que tengas con ellas se debe esperar que dice la Procuraduría General de la República, que es la que establece la ley para hacerse cargo de los activos y pasivos”, dice una fuente ligada al sector empresarial, quien conoce de varios casos de transacciones que quedan en el limbo.
El mismo argumento contra oenegés
Uno de los argumentos del régimen sandinista para cancelar las personerías fue que las organizaciones no completaron el proceso de convalidación de registro, conforme a lo establecido en la Ley 1127, Ley de Reformas y Adiciones a la Ley 1115, Ley General de Regulación y Control de Organismos sin Fines de Lucro. Sin embargo, otra fuente empresarial consultada por este medio de comunicación desestimó este argumento, porque las cámaras, desde que se aprobó la Ley de Reformas y Adiciones a la Ley 1115, tenían procesos para legalizar su actividad pero siempre encontraron trabas de parte del Ministerio de Gobernación (Migob), como fue una práctica extendida con las más de 3,200 oenegés canceladas desde 2018.
“Las cámaras querían meter sus papeles y no los aceptaban, no les firmaban recibido. Ni siquiera les daban una explicación lógica, solo les decían que no les podían recibir. Igual ocurrió con los RUC y otros documentos”, aseguró la fuente.
La empresaria consultada por DIVERGENTES agregó que la cancelación de las cámaras es una “pasada de cuentas” porque las gremiales rechazaron participar en actividades y aportar a la falsa normalidad que la dictadura ha querido instalar a como dé lugar desde las protestas de 2018.
Entre 2008 y 2018, el Cosep estableció junto al régimen de Ortega y Murillo el modelo de “diálogo y consenso”, en el que los empresarios hicieron grandes negocios a cambio de su silencio cómplice cuando los sandinistas dilapidaron las instituciones democráticas. Sin embargo, a raíz de la crisis política de 2018 el acuerdo se resquebrajó. Los empresarios perdieron poder de decisión, pues renunciaron a 43 puestos en instituciones estatales y dejaron de incidir en leyes en la Asamblea Nacional, en las cuales fueron consultados en el 40% de las normas aprobadas en toda la década. No obstante, los grandes beneficios económicos han continuado tres años después en sectores como los bancos, turismo y minerías, entre otros.
En octubre de 2021, César Zamora asumió la presidencia de Cosep y mostró un acercamiento con el Gobierno, sin embargo, sus intentos no fueron correspondidos, al menos públicamente. En enero de 2022, DIVERGENTES reveló que el Cosep estaba “listo para una negociación” con el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo para liberar a tres presos políticos asociados a la patronal nicaragüense, que al final fracasó. Luego, en junio de ese año, Zamora dijo que las cámaras empresariales habían reactivado diálogos con las autoridades del régimen y que el facilitador en estas negociaciones era el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Los analistas opinaron, en este momento, que este acercamiento buscaba “garantizar el financiamiento internacional” del régimen, a través de las multilaterales, pieza angular de la economía del país.
El pasado 13 de febrero, el Cosep emitió un comunicado, agradeciendo al régimen por el destierro de 222 presos políticos a Estados Unidos. “Creemos que esto fue un paso para iniciar la unidad de la familia nicaragüense”, concluía la comunicación.
Cierre de Cosep ahuyentará inversión extranjera
Un especialista en negocios internacionales dijo a DIVERGENTES que el cierre de estas gremiales “son malas señales para los inversionistas extranjeros”. La decisión, proyecta el economista, provoca “nerviosismo” en las inversiones, ya que el “mensaje que se está enviando es que las leyes no son sólidas, no se respetan, y esto ahuyenta la inversión”.
El Artículo 98 de la Constitución establece que es “responsabilidad del Estado proteger, fomentar y promover las formas de propiedad y de gestión económica y empresarial privada”.
Por otro lado, el economista explicó que el Cosep, mientras gozó del poder que le otorgaba el régimen de Ortega y Murillo, se convirtió en un “embudo” para todas las empresas o inversionistas que quisieran hacer negocios en Nicaragua. “Si querías hacer negocios, tenías que afiliarte a alguna de las cámaras del Cosep”, dijo el economista. “Cuando se terminó el poder político, a raíz de 2018, se terminó todo y ya no tenía más razón de ser”, agregó.
El exdiputado, Eliseo Núñez, valoró que el trasfondo de esta decisión de cerrar las asociaciones de empresas es “el totalitarismo: no permitir ninguna asociación, salvo las del partido y el Estado”.
El líder opositor, Félix Maradiaga, considera que este cierre “es un paso más hacia el acelerado camino de la cubanización”. Maradiaga considera que es “un golpe a la economía y el bienestar de todos los nicaragüenses”.
Para Maradiaga, las gremiales empresariales son fundamentales para el desarrollo económico y social del país, porque generan empleos y atraen inversiones. “Esta medida aísla más a Nicaragua del libre mercado y lo acerca a las tiranías como Cuba, Venezuela, China e Irán”, señaló Maradiaga. “Los sectores empresariales de Nicaragua y de toda la región deben pronunciarse sin vacilación”, añadió.