La imposición de Janina Noguera y José Tapia como fórmula edilicia por el Frente Sandinista en Masaya generó inconformidad y desagrado dentro de la militancia de este municipio. En la “Ciudad de las Flores” las bases no respaldan en su totalidad a los candidatos municipales designados por Daniel Ortega y Rosario Murillo porque “no representan al pueblo”, explicó Gonzalo, un sandinista histórico que aceptó hablar con DIVERGENTES bajo condición de anonimato.
Noguera asumió el mando de la municipalidad de Masaya después de la muerte del alcalde Orlando Noguera en el año 2020. Su papel como alcaldesa, según Gonzalo, ha sido deficiente porque no ha resuelto los problemas que dejó su predecesor: escasez de agua potable, alcantarillado sanitario e inundaciones. “Hasta hace unos días mandó a componer los semáforos que tenían un año sin funcionar”, afirmó.
La designación de Noguera como candidata a alcaldesa fue ratificada el 22 de septiembre por el Frente Sandinista, pese a las molestias de la militancia. Ese día también se actualizó la lista de candidatos a alcaldes, vicealcaldes y concejales en los otros 152 municipios de Nicaragua para su participación en las elecciones sin competencia convocadas por el Consejo Supremo Electoral (CSE) el próximo seis de noviembre.
Aunque la fórmula de Noguera y Tapia no fue del agrado de concejales y militantes sandinistas, fue aceptada por la dictadura porque contó con el respaldo de Orlando Palacios Navarrete, teniente coronel en retiro y secretario político del Frente Sandinista en Masaya. “El dueño del poder local y de la confianza de los Ortega-Murillo”, dijo Gonzalo. Palacios Navarrete ha sido por años un fanático de la dictadura Ortega-Murillo. Hasta 2014, el exmilitar fue vocero del Ejército y estuvo apartado de las estructuras partidarias, hasta 2018 cuando jugó un papel preponderante en la represión contra las barricadas en Masaya organizando paramilitares.
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“Tapia ignoró las sugerencias de fórmula que presentó la militancia sandinista”, afirmó un funcionario de la Alcaldía de Masaya, quien aseguró que el secretario político del Frente Sandinista respaldó la continuidad de Noguera y la alcaldesa porque son los más leales al partido.
Los que se atrevieron a cuestionar a la fórmula fueron relegados dentro de la militancia del partido. Algunos concejales, según Gonzalo, pasaron de ser propietarios a suplentes en la lista que presentó el Frente Sandinista el 22 de septiembre. DIVERGENTES llamó a tres concejales que fueron desplazados pero al escuchar nuestra pregunta colgaron el teléfono.
“Hubo barrida pero nadie dijo nada. Únicamente dejaron a los obedientes porque los viejos, los que tienen rato esperando su ‘oportunidad’ se cansaron y criticaron. Eso no le gustó al partido”, expresó la fuente de la municipalidad. “Y esto se repite en otros municipios. Protestan por estar en el lugar del otro pero algunos se quedan en silencio”, agregó.
Una semana después de presentar la primera lista de candidatos a alcaldes y vicealcaldes y concejales, el Frente Sandinista actualizó sus datos y en lugar de reelegir al 55% de las fórmulas de las municipalidades que están bajo su poder, finalmente ordenó que repitan el 49%. Hubo cambios, pero la dictadura no explicó el motivo.
Casos similares: Jalapa, La Paz y Somoto
La inconformidad por el “dedazo” en Masaya no es un hecho aislado dentro del Frente Sandinista. DIVERGENTES confirmó que en otras municipalidades los militantes tampoco están a gusto con la imposición de las fórmulas. Algunos han decidido guardar silencio y “apoyar” a los ungidos, otros alzaron la voz y fueron encarcelados.
En La Paz, municipio del departamento de Carazo, tres concejales sandinistas dijeron a DIVERGENTES que están molestos con la continuidad de la alcaldesa Karla Licinia Delgado Chávez y el vicealcalde Juan Francisco López González porque “roban” y no “hacen nada por el pueblo”. Sin embargo, frente a la orden que llegó desde El Carmen, no hicieron una crítica pública. Lo mismo en el municipio de Nandaime, Granada, donde el ex pelotero de béisbol, Róger Acevedo, repite ante inconformidad por la corrupción asociada a sus gestiones.
“Nosotros impulsamos a otras figuras dentro del partido pero no tomaron en cuenta las sugerencias”, dijo uno de los concejales que solicitó el anonimato por temor a represalias y a ser borrado de la lista de candidatos para las votaciones sin competencia de noviembre próximo.
En Jalapa, Nueva Segovia, 21 militantes sandinistas encabezados por el exalcalde Humberto Alejandro Pérez Largaespada, protestaron por la imposición de Eddy Enrique Gutiérrez Zavala, actual secretario del Concejo Municipal, como candidato a alcalde por esa municipalidad.
El 15 de septiembre unos 40 militantes sandinistas llegaron hasta la casa del partido en Jalapa para exigir que Gutiérrez fuera eliminado de la lista de candidatos a alcalde. La protesta fue grabada por los pobladores que compartieron los videos a través de sus redes sociales. Por la tarde la Policía detuvo a Largaespada y 20 personas que apoyaron la queja del exalcalde. Todos fueron trasladados hasta las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial mejor conocidas como “El Chipote”.
“Es cierto. Hay molestia a lo interno, pero la orden fue poner a los más obedientes”, coincidió otra fuente vinculada a la dirigencia central del Frente Sandinista, quien argumentó que la confirmación de los candidatos a alcaldes, vicealcaldes y concejales, se basó en la lealtad que tuvo cada uno durante la represión que ha dirigido el régimen Ortega-Murillo a partir de abril del 2018.
En Somoto, Madriz, se repite la misma situación. Los militantes no están conformes con la reelección de Dania Sugey Martínez Mondragón y Marcio Ariel Rivas Núñez, pero deciden callar por temor a perder sus puestos dentro de la municipalidad o el propio partido. Uno de los sandinistas que conversó con DIVERGENTES señaló que la dirigencia del Frente prefiere “lo viejo conocido que lo nuevo por conocer”, es decir, no hay otra persona en quién confiar.
Del suicidio del alcalde a la imposición de su hijo
En Diriamba, un municipio ubicado a 44 kilómetros del sur de Managua, todavía no creen que el alcalde Fernando Baltodano se suicidó. El edil diriambino tenía el respaldo de la dirigencia del Frente Sandinista y su permanencia estaba asegurada para un nuevo periodo en 2022.
Baltodano fue un alcalde que se destacó por su lealtad a la dictadura Ortega-Murillo. Durante las protestas contra el régimen sandinista en 2018, fue el encargado de coordinar junto con la Policía Nacional la operación limpieza.
“Pero ‘se mató’ y pusieron a su hijo. Eso provocó críticas en las bases”, dice una fuente vinculada a la municipalidad. Previo a la publicación de la primera lista del FSLN, en Diriamba corrió el rumor que el puesto como candidato a alcalde lo iba a asumir su hijo, Harold Baltodano Cruz. El “chisme” no fue del agrado de la militancia. Se negaron a creer que una persona que nunca había figurado en el partido obtuviera tal “premio”.
Pero Baltodano Cruz no solo fue confirmado en la primera lista. También fue ratificado en la segunda y definitiva, provocando un malestar dentro de la militancia que impulsó la candidatura de Mayling Figueroa, actual alcaldesa en funciones tras la muerte del alcalde.
“Primero se asustaron. Después se molestaron porque el partido no escuchó a sus bases sino que premió al hijo del alcalde. Muchos creen que fue una forma de que él avalara la versión del suicidio que aquí en Diriamba nadie cree”, refirió la fuente vinculada a la municipalidad.
En Diriamba, contrario a lo que ocurrió en Jalapa, no hubo protestas. La militancia acató las órdenes de “arriba” sin discutir mayor cosa. Las bases, pese a su reclamo y propuesta de otro candidato, guardaron silencio y ahora acompañan a Baltodano Cruz en todas las actividades de la alcaldía.
Aunque el rechazo de las fórmulas sandinistas en los municipios es notable, esto no quiere decir que a lo interno de las bases sandinistas esté ocurriendo una implosión. El hecho de que los militantes estén inconformes con la imposición, no quiere decir que reprueben la corrupción del Gobierno central y el régimen de partido único que pretende instalar la dictadura orteguista en Nicaragua.
El reclamo, dijo un politólogo consultado para este artículo, es por ocupar el lugar del otro. “Los militantes sandinistas que están en contra de la imposición de candidatos están encerrados en una burbuja. Si ellos lograran un cambio, que es imposible porque el Gobierno los trata como fichas, estarían felices a pesar de que todo el sistema esté mal”, explicó el politólogo quien pidió anonimato por seguridad.
Gonzalo, el militante histórico de Masaya que expresó su descontento al inicio de este artículo, aunque le cuesta aceptarlo, coincide con lo dicho por el sociólogo. “En parte es verdad”, afirmó con un tono de voz apagado.