La molestia del dictador se hizo evidente mientras continuaba con su retorcido relato. Dijo que Álvarez actualmente se encontraba “irritado, porque ahora sí está en la cárcel”. También afirmó que el religioso “tenía rabia” y por eso no acató “la decisión de las autoridades nicaragüenses”.
Añadió que Álvarez tenía comportamientos “soberbios” y se consideraba el jefe de la Iglesia en Nicaragua. “Está desquiciado. Llegó a La Modelo energúmeno (…) No acepta que lo metan a una celda donde hay centenares de presos”, dijo el dictador.
Desde ese día, monseñor Rolando Álvarez inició una silenciosa resistencia, frente a los constantes atropellos y vejámenes de la dictadura. Fue juzgado y condenado en ausencia y sin derecho a la defensa, a 26 años y cuatro meses de prisión.
Se enteró de su sentencia hasta el 25 de marzo de 2023, en una visita familiar programada por el régimen para exhibirlo ante los medios de propaganda.
Cinco fueron las veces que fue exhibido por la propaganda de la dictadura, en un intento de aliviar la presión nacional e internacional que exigía su libertad incondicional, durante el tiempo en el que monseñor Álvarez estuvo encarcelado.
Mientras el régimen seguía encarcelando y desterrando religiosos, monseñor Álvarez se mantenía firme en su calvario. Visiblemente más delgado, siempre se mostró sereno y cordial con los operadores de la dictadura que se prestaban al sainete organizado desde El Carmen.
Finalmente, producto de negociaciones directas entre el Vaticano y la dictadura, el 14 de enero de 2024, monseñor Álvarez se sumó a un nuevo grupo de 18 sacerdotes desterrados por la dictadura. La cifra de religiosas y religiosos víctimas de esta medida represiva del orteguismo, ya supera los 203.
La última vez que se le vio fue en el Vaticano, libre y sonriente, haciendo lo que más le gusta, oficiando una misa, como parte de su labor pastoral. En las palabras de monseñor Silvio Báez, cuando emocionado anunciaba la liberación de monseñor Álvarez, “la dictadura criminal de Ortega y Murillo no han podido contra el poder de Dios”.