Navidad en las mazmorras de Daniel Ortega

Al menos 160 presos políticos pasarán las fiestas navideñas en las cárceles de Nicaragua por cuarto año consecutivo. Una nueva realidad que se vive desde 2018, cuando explotaron las protestas contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. El mandatario, quien en su tiempo fue un preso político del somocismo, en estos días insistió en que no va a liberar a sus opositores en un país que recuerda los días más duros de la dictadura de Somoza. Varios que demandaron por la libertad de los presos sandinistas en aquellos años, ahora están apresados o en el exilio


La hija de Miguel Mendoza tiene siete años, la de Tamara Dávila cuenta apenas con cinco. Ninguna quiere regalos navideños. Lo que desean es a sus padres de regreso en sus casas. A su corta edad saben que será difícil que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo los libere de la cárcel en la que los mantiene encerrados por ser opositores y críticos. Por eso las niñas se dibujan a sí mismas junto a ellos. Es lo que las hace sentirse más cerca de sus padres en estas fiestas. 

El sentir de estas niñas ya tiene cuatro años de ser una realidad para los familiares de los presos políticos nicaragüenses, encerrados después de las protestas que iniciaron en Nicaragua en abril de 2018. Una nueva realidad que, como si se tratara de un déjà vu se remonta a los años más crueles de la dictadura somocista, cuando aquella dinastía mantuvo en las cárceles a sus opositores, entre ellos, al propio Daniel Ortega. 

“Ese día (el 25 de diciembre) vamos a estar pensando en Tamara Dávila”, dice Josefina Vijil, madre de Tamara, a la par de un árbol navideño con fotos de la presa política, como un homenaje en estas fechas. “Vamos a estar con ella”, agrega Vijil. 

En redes sociales ha iniciado la cuarta campaña de “Navidad sin presos políticos”, mientras se difunden dibujos y fotografías de los más de 160 opositores encarcelados. Daniel Ortega liquidó toda esperanza de liberación el 14 de diciembre, cuando durante una visita a La Habana afirmó que no liberará a los presos políticos, a quienes considera “terroristas”. Sin embargo, la campaña por la liberación de los críticos detenidos ha tenido el respaldo de Estados Unidos. El 14 de diciembre, Todd D. Robinson, subsecretario de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley, dijo que “nuestro enfoque, como ustedes ya están viendo en este momento, es la liberación de los presos políticos en Nicaragua. Nosotros estábamos preocupados por su salud, por las condiciones infrahumanas que sufren y el bienestar de ellos y sus familias. Y vamos a trabajar conjuntamente con nuestros socios y Estados miembros de la OEA, y la comunidad internacional para luchar para la liberación de esas personas”.

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Madre de Ortega demandó por presos políticos

Lidia Saveedra de Ortega, madre de Daniel Ortega, fue una activista por la liberación de los presos políticos en los años sesenta y setenta. Durante siete años, entre 1967 y 1974, su hijo estuvo preso y ella fue presidenta del Comité de Madres de Presos Políticos. En ese tiempo se fue a vivir a las cercanías de la cárcel Modelo, de Tipitapa, donde fue encarcelado el actual mandatario en los primeros años, para estar más cerca de él y poder llevarle alimentos.

La madre de Ortega fue impulsora de la campaña “Navidad sin presos políticos” que oficialmente inició en 1972. El 8 de diciembre de ese año, el diario La Prensa publicó un recuadro en apoyo a esta campaña en el que aparecía la foto de Daniel Ortega, entre otros jóvenes detenidos, acompañada de las palabras de su madre, Lidia Saveedra: “Cinco años de prisión han mantenido a mi hijo junto conmigo y mi esposo en una deprimente agonía. Siempre he creído que hay gentes que como yo queremos su libertad, porque todavía creemos en la esperanza y la justicia. Por eso pido ahora a esos que han estado conmigo que gritemos exigiendo la libertad de mi hijo”. 

El diario que dio voz para pedir la liberación de Ortega hace casi 50 años fue tomado el 13 de agosto de 2021 por el régimen de él y su esposa Rosario Murillo. El mandatario dijo esa misma noche, sin que todavía haya sido probado, que en las instalaciones del periódico se escondían las “pruebas de lavado de dinero”. Capturaron al gerente general del diario, Juan Lorenzo Hollman, y mantienen arrestados a otros dos miembros de la junta directiva: Cristiana Chamorro, vicepresidenta, y Pedro Joaquín Chamorro. La toma del medio de comunicación se dio unos pocos días después de la muerte de su director, Jaime Chamorro Cardenal. 

La exguerrillera Mónica Baltodano cuenta que en 1968 las madres de los presos políticos le hicieron una carta a Robert F. Kennedy, hermano del presidente John F. Kennedy, para plantearle la situación de los presos políticos y solicitar que intercediera para que fueran liberados. Entre las firmantes de esa carta estaba la madre de Ortega. Desde entonces ella participaba en jornadas de huelgas en las que se encadenaba enfrente de la Cruz Roja y que lograba liberaciones de presos políticos, como Germán Pomares y la propia Mónica Baltodano. 

Según contó Baltodano en un reportaje en Confidencial, en los momentos más álgidos, la dictadura somocista llegó a tener 111 presos políticos. Una cifra menor a los más de 160 que existen en este momento, según registran las organizaciones que le dan seguimiento a estos casos. 

La dictadura somocista llegó a esta cifra récord de 111 por la cacería que desató después del asalto a la casa del reconocido somocista Chema Castillo, una operación guerrillera para liberar a 14 presos políticos, entre ellos, Daniel Ortega. Uno de los 13 guerrilleros, que conformaron el comando Juan José Quezada que participó en el operativo, fue el general del Ejército en retiro Hugo Torres, quien desde el 13 de junio de este año fue capturado y es uno de los actuales presos políticos. “Hace 46 años arriesgué la vida para sacar de la cárcel a Daniel Ortega y a otros compañeros presos políticos (…) pero así son las vueltas de la vida, y los que algún día acogieron principios hoy los han traicionado”, dijo Torres en un video que se publicó después de su captura.

Las demandas de libertad de los presos políticos fueron reivindicadas desde los años 60 por diferentes líderes estudiantiles como Casimiro Sotelo. Pero fue hasta septiembre de 1972 que se dio una de las operaciones que presionó al somocismo, como fue la toma de la Catedral de Managua, encabezada por el padre Fernando Cardenal, quien era rector de la Universidad Centroamericana (UCA). En esa acción participó el entonces sacerdote Edgard Parrales, quien durante el posterior gobierno sandinista de los años ochenta fue embajador. Parrales desde el pasado 22 de noviembre fue capturado por el régimen de Ortega y Murillo a los 79 años de edad por hacer análisis políticos en un programa de televisión nacional.

La campaña de diciembre de 1972 fue interrumpida abruptamente por el terremoto de Managua. Sin embargo, en los años siguientes se volvieron constantes. Hubo tomas de la catedral de León y se convocaron manifestaciones en los barrios de varios departamentos del país. La mayoría de estas protestas eran encabezadas por mujeres mayores y eran acompañadas por artistas como Carlos Mejía Godoy, quien hoy se encuentra en el exilio. Los opositores, reunidos en el llamado Grupo Gradas, organizaron conciertos en los atrios de las iglesias y se gritaban consignas, además de leer poemas. Una de las líderes de ese movimiento era Rosario Murillo, la esposa de Daniel Ortega y cogobernante en su régimen. Godoy compuso una canción, cuyo coro dice: “feliz Navidad, feliz Navidad, en justicia y libertad”.

Mónica Baltodano hoy se encuentra en el exilio junto a su esposo, Julio López, por amenazas contra ellos de parte del régimen de Ortega y Murillo. Sin embargo, en aquellos años, López hizo una huelga de hambre junto a Moisés Hassan para que liberaran a los presos políticos, entre los que se encontraba Tomás Borge, fundador del Frente Sandinista. 

“No hay Navidad, no hay arbolito navideño”

Marisa del Carmen Maldonado pasará por segundo año consecutivo la Navidad sin su hija Karla Escobar Maldonado, presa política desde mayo de 2020. Marisa recuerda que su hija era la que cocinaba las cenas en estas fiestas, la acompañaba a misa y luego regresaban a la casa para pasar la noche con los niños hasta que se dormían. “Ahora ya no salgo”, dice la madre. 

En la casa de Damaris Membreño, madre del preso político Nilson Membreño, tampoco hay adornos ni arbolito navideño. Solo existe la inquietud del hijo de Nilson, de siete años de edad, que le pregunta a su abuela: “¿cuándo mi papá va a salir de la cárcel?”. Nilson se encuentra detenido desde noviembre de 2018. Es decir, esta es la cuarta Navidad que la pasará en prisión. Para esta familia no será nuevo el dolor de no estar juntos en estas fechas. Lo que lo hace peor, según Damaris, es que este año murió su madre, la mujer que crió a Nilson desde que era un niño. “Este año será mucho peor” repite. 

Para los familiares de los presos políticos los deseos más sencillos son los que se vuelven más complejos en estas fechas. El mayor miedo de Pinita Gurdián, madre de la presa política Ana Margarita Vijil, es morir sin poder ver a su hija. “Para ella (Ana Margarita) sería tremendo que yo me muera y no estar conmigo”, dice, y agrega: “y es posible por mi cáncer”. Mientras que María Elena Hernández, madre del preso político Denis Palacios, solamente desea poder comer con él en la tarde del 24 diciembre, como lo hacían todos los años antes de que lo encarcelaran el 29 de junio de 2019. Y levantarse al día siguiente para desayunar junto a él, con toda la familia alrededor.


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