Para que Daniel Ortega y Rosario Murillo amanezcan el próximo 11 de enero de 2025 como copresidentes y que el actual período presidencial, legislativo y de demás poderes —ahora órganos— del Estado se extiendan hasta 2028 todavía falta que se apruebe, en segunda legislatura, una disposición transitoria a la reforma —casi total— constitucional, y que esta se publique en el diario oficial La Gaceta para que entre en vigencia.
Lo antes descrito es sólo el procedimiento formal para consolidar la “dictadura matrimonial”, como la catalogó Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), que de facto ya ejerce el poder en Nicaragua.
Analistas consultados por DIVERGENTES explican que una disposición transitoria no podría incorporarse en una segunda legislatura —prevista para inicios de enero de 2025—, porque el procedimiento de reforma indica que no es posible introducir modificaciones que no fueron debatidas y aprobadas en primera legislatura.
Es decir, para que se haga efectivo que a partir del próximo 11 de enero se formalice la copresidencia y la extensión de los períodos en todos los cargos que contempla la reforma, tuvo que haberse especificado en la primera aprobación.
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No fueron electos para copresidentes, ni para extensión de período
El 26 de noviembre se publicaron en La Gaceta dos textos sobre la reforma constitucional: la certificación y el texto preliminar.
En el artículo decimoquinto de la certificación se indica que: “La presente Ley de Reforma Parcial a la Constitución Política de la República de Nicaragua entrará en vigencia una vez sea aprobada en segunda legislatura y publicada en La Gaceta, Diario Oficial”.
Agrega que “una vez que entre en vigencia la presente Ley, el texto íntegro de la Constitución Política de la República de Nicaragua, con las reformas incorporadas y la respectiva renumeración de Títulos, Capítulos y Artículos, deberá ser publicado en La Gaceta, Diario Oficial”.
El antecedente del Pacto Alemán-Ortega
Sin embargo, existe un antecedente en el que se incorporaron modificaciones en segunda legislatura: con el pacto entre el expresidente Arnoldo Alemán con Daniel Ortega en el año 2000 hubo un sentencia de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que avaló que hubiera nuevas modificaciones en una segunda aprobación.
“De todas maneras el régimen puede obviar hacer una disposición transitoria y saltarse el procedimiento, para hacer efectiva la reforma por vía de hecho, porque en realidad no les importa”, opina el abogado Juan Diego Barberena, quien ha estudiado la nueva reforma constitucional y explicado sus puntos claves.
Según Barberena, el tema de fondo es que en las elecciones de 2021, cuando se eligieron Ortega y Murillo en una “pantomima” electoral, según el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se votó básicamente por tres razones: el cargo (presidente y vicepresidente), las personas (Ortega y Murillo) y por el período (2022-2027).
Es decir, los ciudadanos nicaragüenses no votaron para que Ortega y Murillo fueran copresidentes para un período de seis años, como quedaría efectivo una vez se publique la reforma en el diario La Gaceta. “Esto es un argumento de fondo por el que se podría refutar este aspecto de la reforma”, explica Barberena.
Hijos de Ortega y Murillo habilitados para la copresidencia
Una abogado, consultado en anonimato, señaló que la actual reforma tiene como objetivo el desmantelamiento del Estado para garantizar la continuidad de la pareja Ortega-Murillo en el poder. “La pretensión es darle el mismo poder a Rosario Murillo, que ya se venía demandando, y de esta manera garantizar que llegue al máximo poder sin contar siquiera con el voto popular”, agregó.
A su vez, se eliminó del artículo 147 de la Constitución la prohibición de ser candidato a presidente a los parientes del presidente en ejercicio hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, de modo que esto habilita a cualquier hijo de Ortega y Murillo para ser candidato a la copresidencia.
La batería mediática del régimen Ortega-Murillo está enfilada a que la reforma constitucional se aplique a partir del próximo mes. El 24 de noviembre, el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, confirmó que en la segunda semana de enero se aprobará la reforma constitucional, en segunda legislatura, y entrará en vigencia a partir de su publicación en La Gaceta.
Gustavo Porras: “El comandante no se equivoca”
A la pregunta de a partir de qué fecha entrará en vigencia la figura de copresidente y copresidenta, Porras dijo que “claro, todo entra en vigencia a partir de enero de 2025”. El operador sandinista dijo que “la actual (Constitución) deja de existir, y entra esta nueva Constitución a funcionar”.
Porras expresó que no quería seguir recibiendo reclamos de Ortega sobre cuándo se iba a aprobar la figura de copresidencia, que el propio mandatario había avanzado en discursos públicos. Sobre la extensión de los períodos en los cargos públicos, entre ellos el de la copresidencia, Porras dijo que “tiene lógica, porque da más estabilidad, que la necesita cualquier país para desarrollar sus proyectos”.
Porras afirmó que si hubiera sido por él, hubiera extendido los períodos a hasta 10 años. “Pero la propuesta del comandante (Ortega) fue de seis años y el comandante no se equivoca”, afirmó.
Un antecedente en Latinoamérica fue la aprobación de una reforma a la Constitución de la Asamblea Legislativa de Bolivia, en septiembre de 2015, que permitió a Evo Morales presentarse a las elecciones presidenciales de 2019.
Reforma a lo Evo Morales
La Constitución boliviana disponía que sólo dos mandatos presidenciales continuos eran permitidos, pero la reforma lo amplió a tres. Primero, un fallo del Tribunal Constitucional estableció que no debía tomarse en cuenta el primer mandato de Evo Morales porque inició en 2006, y la actual Constitución que se aprobó en 2009.
Sin embargo, esta reforma fue rechazada por un referéndum en 2016, cuando más de la mitad del país boliviano votó en contra. Evo volvió a cobijarse con fallos del Tribunal Constitucional para habilitarse como candidato para las elecciones de 2019. Esto fue lo que inició la crisis en su Gobierno, al cual dimitió tras las acusaciones y masivas protestas por fraude electoral por el que fue señalado.