Cientos de paramilitares que utilizó el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo para vapulear las protestas de 2018 fueron juramentados este miércoles 15 de enero por la Policía Nacional, miembros del Ejército de Nicaragua y autoridades municipales, bajo la figura de “Policía Voluntaria”, que ahora está incorporada en la reforma casi total a la Constitución que se continúan aprobando en estos días en la Asamblea Nacional, controlada por la pareja en el poder.
La nueva Ley indica que “se crea la Policía Voluntaria como cuerpo auxiliar y de apoyo а la Policía Nacional, integrada por ciudadanos y ciudadanas nicaragüenses que prestan sus servicios de forma voluntaria”.
Un experto en seguridad, consultado en condición de anonimato, considera que la juramentación de estos “policías voluntarios” se trata de un paso más en la legalización de los aparatos paramilitares que el régimen Ortega-Murillo mantienen funcionando desde 2018. “Los actos de juramentación tienen la intención de aterrorizar a la población, porque los mandatarios están en un momento crítico por la sucesión dinástica (de Ortega a Murillo) y los cambios que están haciendo con la Constitución”, añadió.
Félix Maradiaga, quien fue secretario general del Ministerio de Defensa durante el Gobierno de Enrique Bolaños (2002 y 2006), considera que estas juramentaciones “no es más que una jugada cínica y descarada del régimen de Ortega-Murillo para institucionalizar y brindar cobertura legal a los grupos paramilitares que actuaron como brazo represor del sandinismo, especialmente durante la brutal represión de 2018”.
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Maradiaga aclaró que no se trata de una estrategia de seguridad ciudadana, sino que esta medida “busca normalizar lo aberrante: la existencia de fanáticos armados al servicio de una dictadura”, quienes cometieron asesinatos extrajudiciales, desapariciones forzadas y otras violaciones graves a los derechos humanos.
En las fotos difundidas por los medios de comunicación oficiales se ven a los paramilitares –hombres y mujeres– vestidos con pasamontañas negros para no ser reconocidos, camisetas blancas, bluyins y botas o zapatos negros.

Durante las protestas de 2018, el régimen de Ortega y Rosario Murillo utilizó a cientos de armados, encapuchados y uniformados con camisetas azules, que operaron en coordinación con la Policía y el Ejército para ejecutar la “Operación Limpieza”, una acción para derribar los tranques –bloqueos de carreteras– que levantaron los opositores para presionar al régimen.
En septiembre de 2022, Ortega admitió que el Ejército, la Policía y la “Policía Voluntaria” se coordinaron para “restaurar la paz” en Nicaragua, durante el estallido de abril de 2018, que dejó al menos 355 personas fallecidas, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). A finales de diciembre de 2024, la justicia argentina giró una orden de captura internacional contra Ortega y Murillo por la comisión de esos y otros delitos.
Miembros del Ejército en las juramentaciones
Este miércoles iniciaron las juramentaciones en los departamentos de Madriz y Estelí, al norte de Nicaragua, pero durante todo lo que resta de enero y febrero se estarán realizando estos actos en varios departamentos del país, hasta culminar con la juramentación del jefe de la Policía y consuegro de la pareja en el poder, Francisco Díaz, en la Plaza La Fe de Managua, el 26 de febrero. Este permanecerá en el cargo durante seis años más, por orden de un reciente acuerdo presidencial publicado el pasado 27 de diciembre.
Según información de El 19 Digital, órgano de propaganda del régimen, en Madriz fueron juramentados 1204 paramilitares, mientras que en Estelí tomaron juramento 1300, para un total de 2504 sólo en estos dos departamentos.
En el caso de Madriz, el acto estuvo presidido por Díaz y los comisionados generales José Blandón y Carla Santamaría, quienes están a cargo de la jefatura de la delegación policial de Madriz. También estuvieron Evedio Obando, delegado del Ministerio del Interior, el coronel Fabio Zelaya, jefe regional del Ejército de Nicaragua y el teniente coronel Eddy Carrasco, director de la Escuela de Infantería de Condega y del tendido político territorial de la zona.

Paramilitares: “estamos defendiendo la paz”
Francisco Díaz dijo que la “Policía Voluntaria” está conformada por “compañeras y compañeros” que prestan sus servicios de “forma voluntaria para defender la paz y la seguridad”. El consuegro de Ortega y Murillo apuntó que “juntos somos más fuertes, continuaremos protegiendo la tranquilidad de nuestro pueblo y los logros y triunfos alcanzados por nuestro Buen Gobierno. Estamos seguros que con cada policía voluntario hay una familia comprometida con nuestra revolución”.
En el sitio web de la Policía publican declaraciones de los paramilitares sin identificarlos. “Nos sentimos contentos, agradecidos, sobre todo con la moral muy en alto de poder ser parte de esta juramentación”, dijo uno de ellos.
“Tengo aproximadamente ocho años de trabajar para fortalecer la seguridad y significa mucho para mí el poder ser parte de esta juramentación porque somos la fuerza del pueblo presidente, donde nosotros estamos defendiendo la Paz”, dijo una “policía voluntaria”.
“En disposición combativa de forma permanente”
En el caso de Estelí, estuvieron presentes, además de Díaz, los comisionados Alejandro Ruiz y Sandra López, de la jefatura de Estelí; el alcalde de Estelí y secretario político de este municipio, Francisco Valenzuela y otras autoridades locales.
En el acto, el alcalde Francisco Valenzuela dijo que los paramilitares fueron convocados desde los municipios de San Juan de Limay, Condega, Pueblo Nuevo, San Nicolás, La Trinidad y los cuatros distritos del municipio de Estelí “como un dispositivo importantísimo de apoyo y complemento al esfuerzo que hace nuestra heroica Policía Nacional por mantener la tranquilidad, paz y seguridad de nuestro pueblo”.
Valenzuela recalcó que estos hombres y mujeres “valientes, militantes del Frente Sandinista, están en disposición combativa de forma permanente”.

¿Están conformados por empleados públicos?
Un reportaje publicado por DIVERGENTES en septiembre del año pasado reveló la reactivación de una especie de servicio militar impuesto a empleados públicos. El régimen, en coordinación con la Policía, secretarios políticos de las instituciones públicas y funcionarios del Ministerio del Interior imponen a trabajadores públicos asistir a campamentos militares con el objetivo de estar “listos para un eventual golpe de Estado”.
El experto en seguridad consultado cree que una parte de estos “policías voluntarios” juramentados podría tratarse de trabajadores públicos que han sido obligados a recibir entrenamiento militar, con la amenaza de ser despedidos o encarcelados en caso de negarse.
Los paramilitares fueron conformados cuando la Policía Nacional fue sobrepasada por los manifestantes en 2018. Entonces, el régimen recurrió a exguerrilleros sandinistas, desmovilizados del Ejército, militantes sandinistas de instituciones públicas y de los barrios, además de trabajadores de distintas alcaldías, miembros de la Juventud Sandinista y pandilleros. Una fuente policial aseguró a DIVERGENTES que estos fueron entrenados por expolicías en la Academia de Policía Walter Mendoza.
Ortega y Murillo se escudan en paramilitares
Félix Maradiaga, opositor y excarcelado político, plantea que al darle una fachada a los paramilitares, Ortega y Murillo “pretenden escudarse detrás de un manto de legalidad para negar su responsabilidad directa en estos crímenes, replicando tácticas que ya hemos visto en otras dictaduras, como los ‘colectivos motorizados’ en Venezuela o los ‘brigadistas revolucionarios’ en Cuba”.

Maradiaga asegura que esta estrategia perversa lo hacen para crear una narrativa de “violencia entre civiles”, y de esta manera desviar la atención de la participación estatal en estos actos atroces.
Sin embargo, el opositor recuerda que los crímenes de lesa humanidad no prescriben. “La comunidad internacional y la sociedad civil nicaragüense han documentado meticulosamente quiénes son estos actores y cuáles fueron sus crímenes”, señala.
Después de los actos de este miércoles, están programadas más juramentaciones: mañana 17 en Ocotal, el 20 de enero en León; el 22 en Chinandega, el 27 en Granada. En tanto, en Carazo y Rivas será el 29 y 31 de enero. El tres de febrero habrá un acto en Boaco, el 5 en Chontales, el 7 en río San Juan; el 10 en El Rama y Nueva Guinea; el 12 en Matagalpa, el 13 en Jinotega. Finalmente, el 17 de febrero se realizará un acto en Siuna, el 19 en Bilwi y el 20 en Bluefields.