Régimen Ortega-Murillo reordena su mesa de represores

La pareja de dictadores realizaron cambios en la estructura de mando en la Policía Nacional y ahora suman a su círculo de hierro a un excomisionado general en retiro, y el que fuera el segundo jefe de inteligencia de la institución policial. También revivieron el Ministerio del Interior para centralizar las órdenes a sus subordinados. Fuentes vinculadas al gobierno sandinista explicaron a DIVERGENTES que los cambios tienen el objetivo de garantizar seguridad y mayor fidelidad dentro de su anillo cercano. “Están en esa mesa, porque han aceptado respaldar a Ortega y a Murillo por encima de sus creencias y de su coherencia”, aseguró uno de los consultados

Ortega
Ilustración por Divergentes

Daniel Ortega está en el centro de la mesa. A su alrededor, ubicados estratégicamente, se encuentran “Los diez”, un grupo de funcionarios públicos cuya fidelidad “está probada” por el comandante y por Rosario Murillo, la vicepresidenta del gobierno sandinista. 

Estos hombres y mujeres componen el nuevo círculo de hierro de la dictadura. Algunos tienen poco tiempo frente a los reflectores, otros tienen varios años aplaudiendo y bailando para los dictadores durante las cadenas televisivas ordenadas por el régimen.

Cada uno de los funcionarios invitados a estar en la mesa junto a Ortega, ha desempeñado un papel fundamental para la dictadura sandinista, no solo durante la rebelión de abril de 2018, sino en estos últimos años, cuando el régimen se ha encargado de aplacar cualquier ápice de resistencia en Nicaragua.

“Los diez conforman el gabinete principal. Están en esa mesa, porque han aceptado respaldar a Ortega y a Murillo por encima de sus creencias y de su coherencia. Los que no están más frente a los reflectores, es porque cayeron en desgracia o porque son llamados, únicamente para eventos puntuales”, explicó una fuente vinculada al gobierno sandinista que habló con DIVERGENTES bajo condición de anonimato.

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Durante el último evento público presidido por Daniel Ortega y Rosario Murillo el pasado miércoles 21 de febrero, fecha en que se conmemoró un aniversario más de la muerte de Augusto C. Sandino,  los presentes en la mesa junto a los dictadores fueron: Julio César Avilés, jefe del Ejército de Nicaragua; Francisco Díaz, director general de la Policía Nacional; Gustavo Porras, presidente de la Asamblea Nacional; Lumberto Campbell, magistrado del Consejo Supremo Electoral; Loria Dixon, diputada y primera secretaria de la junta directiva del Parlamento.

También estuvieron Bayardo Rodríguez, jefe del Estado Mayor del Ejército de Nicaragua; Marvin Elías Corrales, inspector general del cuerpo castrense; Horacio Rocha, ministro asesor del presidente para temas de seguridad; Zukhov Serrano, subdirector general de la Policía Nacional y Luis Cañas, viceministro del revivido Ministerio del Interior.

“En esa mesa están los principales representantes de las fuerzas armadas. Tenerlos a su lado se puede interpretar como un ‘yo tengo las armas’ de parte de los dictadores. También se sentaron los encargados del Poder Legislativo y el Poder Electoral. Los únicos que no están alrededor de los Ortega-Murillo son los representantes del Poder Judicial”, indicó la fuente consultada por este medio de comunicación. “Y no están, porque los dictadores no han definido quién es el más leal”, agregó.

Desde hace algunos meses la Corte Suprema de Justicia se encuentra intervenida por la Policía Nacional, bajo la dirección de  Horacio Rocha y la supervisión de Fidel Moreno, secretario general de la Alcaldía de Managua. 

Ambos se han encargado de hacer una limpieza profunda de funcionarios del Poder Judicial que no eran “tan fieles” al gobierno sandinista, y esperan órdenes para entregar la coordinación de ese poder del Estado a la figura que designen Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Cara a cara: los que se sientan a la mesa con los Ortega Murillo

Los cambios más visibles en la mesa de leales represores

Sin embargo, el círculo, aunque se ve sólido, ha sufrido ciertos cambios los últimos años. El más notable es la sustitución de dos figuras policiales claves para el orteguismo: el comisionado general y subdirector de la Policía, Ramón Avellán y el jefe de inteligencia (ahora en retiro) de la misma institución, Adolfo Marenco.

“En lugar de Ramón Avellán y Adolfo Marenco, ahora están Zhucov Serrano Pérez y Horacio Rocha. Estos dos cambios dicen mucho respecto a la fragilidad que existió en algún momento en la Policía”, afirmó una fuente vinculada a la Policía Nacional.

Si bien sobre Marenco se conoce que los dictadores ordenaron su retiro por una supuesta desobediencia y vinculación en actos de corrupción, sobre Avellán hasta la fecha se desconoce por qué fue bajado de los reflectores de un momento a otro. La última vez de la que se tiene registro estuvo en una tarima junto a Ortega y los demás funcionarios, fue en el acto del 19 de julio de 2022.

“Una versión apunta a que Avellán participó en negocios que no fueron informados a la pareja presidencial. Esto fue motivo de sanción, y por eso lo bajaron de la palestra en la que se estaba proyectando. Lo último que se supo es que estaban barajando su retiro”, señaló la fuente vinculada a la Policía Nacional.

En aquel acto del 19 de julio también estuvieron Brenda Rocha, presidenta del Consejo Supremo Electoral; Alba Luz Ramos, presidenta de la Corte Suprema de Justicia, y Ana Julia Guido, fiscal general de la República.

Sobre Rocha y Guido, las fuentes consultadas coincidieron en que ambas, si bien son importantes dentro del esquema del régimen sandinista, únicamente son tomadas en cuenta para sentarse en la misma mesa en actos públicos sólo sí es conveniente. Por ejemplo, los actos del 19 de julio o durante las fiestas patrias. Igual ocurre con Fidel Moreno, quien es una referencia en el esquema represivo del Gobierno, pero que últimamente no es convocado a la mesa.

“Los pilares de Daniel Ortega y Rosario Murillo son diez, y a estos siempre los vas a ver en la mesa en los actos públicos. Pero, existen otros que aunque no captan los flashes y las cámaras, son importantes para el desarrollo de otras áreas de su dictadura. Todos, eso sí, son el gabinete que le ayuda a sostenerse”, explicó la fuente vinculada al gobierno sandinista.

Los que a veces se sientan en la mesa


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