Arturo Cruz, el candidato que fue embajador de Daniel Ortega

De Arturo Cruz se decía que era “el candidato ideal” de Daniel Ortega y Rosario Murillo para que fuera su adversario. Sin embargo, fue el primero que capturaron y acusaron de “traición a la patria”. Con un pasado como embajador y avalador de proyectos de este régimen, desde hace más de cuatro meses se encuentra encerrado en el “Nuevo Chipote”, al ser una especie de “traidor” para El Carmen.


2 de noviembre 2021

Eran pocas las imágenes que mostraban el acoso policial en contra del aspirante a la presidencia Arturo Cruz Sequeira. Aunque desde inicios de abril de 2021, Cruz denunció que la Policía se plantaba frente a su casa y no lo dejaba salir de Managua, era de los precandidatos que menos perseguían las fuerzas policiales y de choque del régimen de Daniel Ortega. “Mis circunstancias son benignas comparado a otros (opositores)”, le dijo al periodista Carlos Fernando Chamorro. Sin embargo, el cinco de junio, a cinco meses de las elecciones, se convirtió en el primer candidato en ser acusado por “traición a la patria”

Cruz vino de un vuelo procedente de Estados Unidos, país al que fue “por asuntos personales y profesionales”, cuando fue detenido en el aeropuerto de Managua. Según la versión del régimen, planeaba conspirar contra Ortega y Murillo al pedir sanciones a los Estados Unidos. En una entrevista con DIVERGENTES, Cruz dijo que las sanciones “son potestades propias de Estados Unidos” y agregó que algunas sanciones a individuos del régimen “no afectan a nuestros intereses como país”. 

Por su pasado como embajador del régimen de Daniel Ortega y avalador de proyectos como el Canal Interoceánico; y el modelo político y económico que instauró el caudillo sandinista, al que Cruz llamaba “populismo responsable”, se corrió rumores de que este aspirante presidencial cabildeó en contra de que se aplicaran sanciones al régimen. “No seamos tan arrogantes los nicaragüenses, en el sentido de que podemos incidir a favor o en contra. Son decisiones (sanciones) soberanas que ellos (Estados Unidos) toman”, dijo Cruz, y agregó: “aquellos que dicen que pueden variar la decisión de Estados Unidos en estos temas, está fuera de lugar. Yo cabildeo siempre por los intereses de mis compatriotas”. 

Por su falta de protagonismo en las protestas de abril de 2018 —en las que dijo que hizo cosas callado, en privado, pero con efectividad—  y su propuesta de “aterrizaje suave” para salir de la crisis, personalidades como el periodista y excandidato a la presidencia en 2011, Fabio Gadea Mantilla, acusaron a Cruz de querer “un orteguismo sin Ortega” y por lo tanto que era “el candidato ideal para que el orteguismo siga funcionando”. 

Pese a que no era de los aspirantes más populares, la firma encuestadora Cid Gallup reveló en su última publicación que Arturo Cruz Sequeira obtuvo el 52 por ciento de opinión favorable. En el mismo estudio, Daniel Ortega logró un 34 por ciento y Rosario Murillo un 37 por ciento, los peor valorados por los ciudadanos. 

Ahora, Cruz tiene más de cuatro meses de estar en las instalaciones de la Dirección de Auxilio Judicial, mejor conocida como el “Nuevo Chipote”, donde tienen detenidos a la mayoría de los presos políticos desde finales de mayo. Los familiares han denunciado que los detenidos han sido sometidos a torturas por los aislamientos brutales, la falta de alimentos y los interrogatorios a todas horas, entre otras arbitrariedades. Consuelo Cruz, hermana de Arturo, dijo que su hermano ha sido tratado “correctamente”. 

“No tendré carisma, pero me siento calificado”

Arturo Cruz, el candidato que fue embajador de Daniel Ortega
Arturo Cruz, en su apartamento en Managua, durante la producción de la serie de entrevistas PRESIDENCIABLES. Miguel Andrés / Divergentes

Arturo Cruz, de 68 años de edad, es hijo del también político Arturo Cruz Porras, quien murió en 2013, y de Consuelo Sequeira, quien tiene 90 años de edad. Cruz Porras fue un antisomocista, fue preso político de aquella dictadura y luego fue invitado a formar parte del grupo de los Doce, intelectuales que apoyaron al Frente Sandinista durante la insurrección de 1979. 

Cruz Porras fue presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN) y nombrado embajador en Washington del gobierno sandinista en los primeros años. Pocos años después, renunció y en 1984 fue candidato opositor a la presidencia, pero se retiró porque, como en las elecciones de este año, no había condiciones para competir y derrocar a los sandinistas. Finalmente Cruz Porras formó parte del directorio de la Contra, al cual llevó a su hijo. 

Arturo Cruz Sequeira ha recorrido casi el mismo camino de su padre: embajador del gobierno de Ortega en Washington y candidato a la presidencia. A diferencia de su padre, no se retiró de la contienda electoral pese a que no había condiciones, y ahora es preso político. 

Cuando su padre fue miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional del gobierno sandinista, Arturo Cruz Sequeira, quien por entonces tenía 27 años de edad y había estudiado Relaciones Internacionales en Estados Unidos, fue su asesor. Ocho años después, Cruz Sequeira estudió una maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad John Hopkins y más tarde un doctorado en Historia en la Universidad de Oxford. 

Desde hace 27 años ha sido catedrático del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE). Solo dejó de serlo durante dos años, entre 2007 y 2009, cuando fue embajador de Ortega en Washington. “Fui embajador pensando en temas de interés nacional: el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, la Cuenta Reto del Milenio y la negociación de los misiles”, dijo Cruz y agregó: “cuando yo sentí que no estaba representando los intereses nacionales, decidí separarme del cargo”. 

Se ha casado en dos ocasiones: con la actual congresista María Elvira Salazar, y con Alexandra Hill, ahora canciller de El Salvador, con quien tuvo una hija, Isabella. Según la revista Magazine, Isabella tiene 21 años de edad  y estudia en Estados Unidos. 

Cuando este año era preguntado sobre por qué quería ser presidente, Cruz decía: “No podré ser líder, no tendré carisma, pero me siento calificado y puedo ofrecer tranquilidad al país”. 

El talón de Aquiles 

La última vez que Arturo Cruz Sequeira habló con Daniel Ortega fue en febrero de 2012. Según él, lo llamó para advertirle, a solicitud del caudillo sandinista, que “Estados Unidos venía en serio con la claridad democrática” y que eso ponía en riesgo la cooperación de las multilaterales. 

“A partir de ese día, nunca más, porque creo que el mensaje que le di no fue muy agradable”, dijo Cruz, quien este año, durante los meses que anduvo haciendo campaña, su mayor promesa fue que “este señor (él) se va (de la presidencia) en el quinto año de su período, y se va a su casa y no se vuelve a meter en política”. 

Para Cruz, el “talón de Aquiles” de los nicaragüenses ha sido siempre que “los gobernantes no se saben ir, generando crisis profundas de sucesión, cuyas consecuencias todavía las estamos pagando”.

Bandazos

Arturo Cruz, el candidato que fue embajador de Daniel Ortega
Arturo Cruz durante una Conferencia de prensa de CxL. Miguel Andrés / Divergentes

Los errores políticos han sido parte de la carrera reciente de Arturo Cruz. Uno de los más grandes fue cuando creía en el modelo político y económico de Daniel Ortega, que llamó “populismo responsable”, por “atender las necesidades inmediatas” de los nicaragüenses pero “sin perder la estabilidad macroeconómica”. Cinco años después, cuando el flujo de la cooperación venezolana desapareció, estalló una crisis política y económica que ha hundido al país. 

Otro de los deslices más grandes fue su entusiasmo con el proyecto del Canal Interoceánico en 2013. En ese año formó parte de la delegación nicaragüense que se reunió con el empresario Wang Jing en China. “Este proyecto tiene un enorme potencial para mejorar los estándares de vida de los nicaragüenses, más allá de lo que significa su construcción y las actividades que generaría el tráfico de buques”, dijo Cruz Sequeira, al regresar de su viaje a China.

Ocho años después, se conoció que el proyecto canalero solo fue una de las estafas del millonario chino Wang Jing, quien fue expulsado de la Bolsa de Valores de Shanghái. 

Más recientemente, en octubre de 2019, Cruz dijo que el partido político Ciudadanos por la Libertad (CxL), en el que finalmente inscribió su candidatura, era un “vehículo electoral confiable”. Sin embargo, el seis de agosto de este año, el Consejo Supremo Electoral (CSE), controlado por Ortega y Murillo, le quitó la personería jurídica, y la Policía emprendió una cacería contra todos sus dirigentes, a varios de los cuales mantiene encerrados junto con Cruz en el “Nuevo Chipote”. 

Este próximo siete de noviembre, el comandante Daniel Ortega y Rosario Murillo, junto a seis partidos políticos colaboracionistas, han convocado a unas elecciones en las que se reeligen sin competencia, a pesar de que la comunidad internacional y actores nacionales como la Iglesia Católica han afirmado que estas elecciones no tienen ninguna legitimidad. 

Cruz tampoco creía que Ortega y Murillo iban a inhibir a todos los candidatos opositores. “Creo que es una torpeza insólita si inhiben a cualquiera. Pero, ahora, hemos visto muchas torpezas, además de arbitrariedades. Al final del día, el gran problema de este régimen es cero, cero, legitimidad, y sin un mínimo de legitimidad, su viabilidad podrá ser por dos años, un año, seis meses, pero al final, se agota”, dijo Cruz, y agregó: “No se puede gobernar sobre la base de la coerción”.

De la serie PRESIDENCIABLES: