Los partidos políticos cómplices de Ortega y Murillo

Después de arrasar con la oposición organizada, Daniel Ortega y Rosario Murillo harán las elecciones presidenciales con seis partidos políticos que han pactado, colaborado y se han aliado con ellos en los últimos años. Son organizaciones políticas calificadas por el Departamento de Estado de Estados Unidos como “cómplices” del régimen para el desmantelamiento de la democracia en Nicaragua.

Los miembros del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), uno de los viejos aliados de Daniel Ortega en la política. Jorge Torres | EFE.

A dos meses y medio de que se realicen las elecciones presidenciales, sólo sobreviven seis partidos políticos que son señalados de servir de comparsa y ayudar al Frente Sandinista, de los caudillos Daniel Ortega y Rosario Murillo, a perpetuarse en el poder durante cinco años más. 

Son conocidos popularmente como partidos “zancudos”, satélites o colaboracionistas, porque, sabiendo que no tienen ninguna posibilidad de ganar, los líderes de estos partidos se postulan o postulan a algún allegado o miembro de su familia para obtener un escaño en el Estado y un reembolso económico por los votos recibidos. De hecho, este año en la contrarreforma que aprobaron en mayo los magistrados electorales obedientes a Ortega eliminaron el techo mínimo del 4 por ciento que debían alcanzar los partidos políticos para ser sujetos de reembolsos. Según la nueva ley, el Estado reembolsará a los partidos por la cantidad de votos recibidos, sin importar que estos representen menos del 4 por ciento. En las últimas elecciones presidenciales de 2016, solo tres de estos seis partidos políticos alcanzaron más del 4 por ciento de los votos y otro participó en una alianza electoral con el Frente Sandinista. 

Desde inicios de mayo de este año, Daniel Ortega sepultó las posibilidades de unas elecciones libres, justas y transparentes, como se lo demandaba la oposición nicaragüense y la comunidad internacional para buscar la salida a la crisis política que vive el país desde abril de 2018, cuando el caudillo sandinista ordenó la masacre de más de 300 nicaragüenses que pedían que abandonara el poder. Primero, la aplanadora sandinista en la Asamblea Nacional eligió a 10 magistrados, todos obedientes al partido sandinista, para controlar el poder electoral. Luego, aprobó una reforma electoral-o contrarreforma- para poder inhibir a candidatos opositores, dificultar la labor de los fiscales electorales y controlar las posibles movilizaciones, además del premio a los partidos “zancudos”. 

Pero apenas era el inicio del boicot electoral. A finales de mayo, el régimen de Ortega-Murillo abrió una investigación contra Cristiana Chamorro, la aspirante presidencial más popular en las encuestas, e inició una cacería contra los demás candidatos opositores, líderes de partidos, activistas, periodistas, empresarios, universitarios, campesinos, entre otros. Hasta el momento son 34 detenidos, vinculados a la investigación en contra de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, que dirigía Cristiana, la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) o bajo la Ley 1055, de traición a la patria. 

Recibe nuestro boletín semanal

En el camino se les ha cancelado la personería jurídica a tres partidos políticos: Partido Conservador (PC), Partido Restauración Democrática (PRD) y Ciudadanos por la Libertad (CxL), los dos últimos eran las casillas que iban a ser utilizadas por la oposición organizada. De modo que ante el vacío de la oposición, en la boleta electoral está previsto que participen partidos políticos que aseguran ser opositores, pero que tienen antecedentes de alianzas y pactos con el Frente Sandinista. 

Premios y funciones

Los partidos políticos cómplices de Ortega y Murillo
Un miembro de un partido zancudo aliado de los Ortega-Murillo. Carlos Herrera | Divergentes.

El vínculo de estos partidos con el régimen Ortega-Murillo es tan fuerte que el 12 de agosto los magistrados sandinistas aprobaron una ampliación en el período de subsanación de renuncias y sustitución de candidatos y candidatas hasta el 26 de agosto, cuando estaba prevista a culminar el nueve de agosto. Esto porque después de que el seis de agosto el Consejo Supremo Electoral (CSE) cancelara la personería jurídica al partido opositor CxL a petición del PLC, la fórmula presidencial de este último, Milton Arcia (presidente) y María Dolores Moncada (vicepresidenta), renunció por no estar de acuerdo a prestarse a inhibir a otro partido político opositor, como era CxL. Fue hasta el 11 de agosto, dos días después de haber culminado el plazo, que el PLC anunció la nueva fórmula: Walter Espinoza y Mayra Argüello. 

Además de inhibir a otros partidos políticos, las funciones de los partidos colaboracionistas es mostrar una aparente pluralidad política. Sin embargo, un politólogo consultado, bajo anonimato, dijo que las actuales elecciones “están tan descalificadas que ha sido evidente la ilegitimidad para la comunidad internacional desde varios meses antes de que se celebren las elecciones”. 

El analista dijo que otras de las funciones que cumplen los partidos colaboracionistas son el control en las mesas electorales, como punto central para ejecutar el fraude electoral. Como estos partidos no cuentan con los suficientes fiscales en las Juntas Receptoras de Votos (JRV), el Frente Sandinista las llena con miembros de su partido para tener mayor control en las mesas de votación. 

“No son bienvenidos en Estados Unidos”

El amarre entre estos partidos y el régimen de Ortega y Murillo es cada vez más evidente. El pasado viernes 20 de agosto, el Departamento de Estado de Estados Unidos impuso restricciones de visa a 19 funcionarios electorales y miembros de partidos “cómplices del ataque de Daniel Ortega a la democracia”. Aunque no dio nombres de los miembros de los partidos políticos, el Departamento de Estado dijo que “el proceso electoral de Nicaragua y sus eventuales resultados han perdido toda credibilidad”. Al final del comunicado afirman promover la rendición de cuentas “de todos los cómplices del asalto” del gobierno de Ortega-Murillo a la democracia. “No son bienvenidos en Estados Unidos”, señala.

Estos son los partidos que están previstos a que participen en las próximas elecciones: 

PLC

Los partidos políticos cómplices de Ortega y Murillo
La presidenta del Partido Liberal constitucionalista (PLC) Maria Haydee Osuna saluda durante su inscripción de su formula de candidatos para las próximas elecciones. EFE | Jorge Torres.

El PLC mostró síntomas de descomposición desde el año pasado cuando hubo una disputa interna entre la actual presidenta María Haydée Osuna y María Fernanda Flores, esposa del expresidente Arnoldo Alemán. Este choque, que terminó con el reconocimiento de Osuna y la defenestración de Flores de su diputación en la Asamblea Nacional, provocó que el partido fuera suspendido de la ansiada unidad opositora que convocaba la Coalición Nacional. Actualmente Flores está bajo arresto domiciliario por la Ley de traición a la patria. 

Julio César Osuna, hermano de la actual lideresa del PLC, fue condenado a 18 años de prisión en 2012 porque mientras era magistrado suplente del CSE emitió documentos de identificación falsos al capo costarricense Alejandro Jiménez, alias El Palidejo, entre otros extranjeros. El Palidejo fue el que ordenó el atentado contra su exsocio, el nicaragüense Henry Fariñas, en el cual murió el cantante argentino Facundo Cabral, mientras iba en un auto con el nica rumbo al aeropuerto para regresar a Argentina. 

Además de los 18 años de prisión,  Julio César Osuna fue inhabilitado en el ejercicio de la profesión de abogado y notario por nueve años, más una multa de 4 millones 798, 010 córdobas y 523, 360 dólares. Sin embargo, cuatro años después, el poder judicial, controlado por Ortega y Murillo, ordenó su libertad por medio de una medida administrativa de “régimen abierto” a favor de él. Solo se presenta una vez al mes para firmar en los juzgados. 

No obstante, el PLC tiene un lastre de pactos con el FSLN que data desde hace más de 20 años, cuando el partido era dirigido por el expresidente Arnoldo Alemán. Estos dos partidos se repartieron el poder en todas las instituciones y poderes del Estado. Uno de los arreglos que más benefició a Daniel Ortega fue bajar el porcentaje mínimo para ganar las elecciones presidenciales en primera vuelta que era del 45 por ciento y pasó al 35 por ciento. Es por eso que Ortega, con el 38 por ciento de los votos, regresó al poder en 2007. 

APRE

Los partidos políticos cómplices de Ortega y Murillo
La fórmula presidencial del partido Alianza por la República (APRE), integrado por Gerson Gutiérrez Gasparín (c), candidato a la presidencia y Claudia Romero (i), como vicepresidenta, saludan durante su inscripción como candidatos. EFE | Jader Flores.

El nueve de agosto, el partido Alianza por la República (APRE) emitió un comunicado firmado por su presidente y representante legal, Carlos Canales, en el que amenazó por la vía legal a medios de comunicación que “difaman y mancillan”  la reputación del partido. Esto en un contexto crítico para los periodistas y medios de comunicación independientes que a diario son citados por el caso en contra de la Fundación Violeta y amenazados con la Ley 1042 o de Ciberdelitos. 

El APRE es un partido que nació en 2004 en las elecciones municipales de ese año. Incluso, en la firma de constitución de este partido estuvo el expresidente Enrique Bolaños. Sin embargo, cuatro años después varios reportajes periodísticos dejaron en evidencia que su tendido electoral fue entregado al FSLN para las elecciones municipales de 2008. 

Según los datos oficiales del CSE, en las elecciones de 2011 el APRE obtuvo el 0.23 por ciento de los votos (5, 898 votos). Para esas elecciones, el partido inscribió a 6 mil candidatos a cargos públicos, lo cual indica que ni sus propios candidatos votaron por su partido. En las elecciones de 2016, el APRE sacó el 1.4 por ciento de los votos, que le bastó para que Byron Jerez, un antiguo funcionario liberal condenado por corrupción, consiguiera una diputación nacional. Jerez vota casi siempre a favor de las propuestas del FSLN y defiende la represión de Ortega y Murillo. Cuando fue preguntado por la candidatura de Jerez en el APRE, cuyo lema era el combate a la corrupción, Canales dijo que “no nos recomendaron llevarlo”. 

Para estas elecciones, su fórmula presidencial es Gerson Gutiérrez Gasparín y Claudia María Romero, ambos desconocidos de la política nicaragüense. 

CCN

Los partidos políticos cómplices de Ortega y Murillo
Los partidos cristianos suelen aflorar en época electoral, con sus pastores que son desconocidos. Carlos Herrera | Divergentes.

En las últimas dos elecciones presidenciales, el partido Camino Cristiano Nicaragüense (CCN) ha participado como aliado del FSLN. Esta alianza le permitió a su representante y presidente, el reverendo Guillermo Osorno, ser diputado ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen). 

CCN participó en las elecciones de 1996 con Guillermo Osorno como candidato a la presidencia. En las elecciones siguientes fue aliado del PLC que estuvo en el poder durante dos períodos consecutivos. 

Para las elecciones de este año, el candidato será de nuevo Osorno junto a Violeta Martínez de Moncada, de la que se conoce muy poco. En la lista a diputados figura un hijo de Osorno. El cuatro de agosto, cuando inscribieron la candidatura, el reverendo hizo un llamado para que le dieran un préstamo de por lo menos un millón -no especificó si córdobas o dólares- porque “solamente el día de las elecciones se nos va un montón (de dinero) con el asunto de los fiscales”. 

PLI

El Partido Liberal Independiente (PLI) es uno de los más antiguos. Fue fundado en 1944 por el expresidente de Nicaragua Virgilio Godoy. Sin embargo, su punto más alto lo logró en las elecciones presidenciales de 2011, cuando obtuvo el segundo lugar en las votaciones con un 31 por ciento de los votos (778, 889 votos), con el empresario radial, Fabio Gadea Mantilla, como candidato a presidente, y el liderazgo de Eduardo Montealegre. Llegó a tener hasta 20 diputados en la Asamblea Nacional. 

Meses previo a las elecciones de 2016, la Corte Suprema de Justicia despojó de la personería jurídica a los miembros de este partido y se las entregó a unos aliados del régimen de Ortega. De esta forma, el caudillo sandinista evitó que participaran los representantes de la segunda fuerza política en el país en las últimas elecciones. El resultado fue que el PLI obtuviera 4.5 por ciento de los votos y consiguió dos escaños en la Asamblea Nacional: Mario Asensio Florez y Pedro Joaquín Treminio Mendoza. Ambos apoyan con su voto las decisiones del FSLN. 

La fórmula para estas elecciones es la de Mauricio Orúe, presidente, y Zobeyda Rodríguez, vicepresidenta. Orúe es diputado de otro partido Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), pero inesperadamente ahora es el candidato a presidente del PLI. 

ALN

Los partidos políticos cómplices de Ortega y Murillo
La fórmula presidencial del partido La Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), integrado por el abogado Marcelo Montiel (d), como presidente, y la administradora de empresas Jennifer Espinoza. EFE | Jader Flores.

La Alianza Liberal Nicaragüense fue la casilla que escogió Eduardo Montealegre para participar en las elecciones presidenciales de 2006, cuando regresó al poder Daniel Ortega. Obtuvo el 29 por ciento de los votos y quedó como segunda fuerza política. Sin embargo, dos años después el Consejo Supremo Electoral (CSE), encabezado por Roberto Rivas, le arrebató la personería jurídica y se la entregó a Eliseo Núñez Hernández. 

En las dos elecciones siguientes participó con el reverendo Saturnino Cerrato como candidato a presidente. En 2011 obtuvo el 0.40 por ciento (10, 003 votos) y en 2016 el 4.3 por ciento de los votos. En esas elecciones se denunció que el tendido electoral del ALN fue ocupado por militantes sandinistas. Tienen dos diputados en la Asamblea Nacional: Alejandro Mejía Ferreti y Mauricio Orúe, quien inexplicablemente es el candidato a presidente del PLI. 

Para las elecciones de este año, Saturnino Cerrato encabezaba al Partido Restauración Democrática (PRD), cuya personería fue arrebatada en mayo porque era una de las opciones para que participara una parte de la oposición a Ortega. 

La fórmula del ALN es Marcelo Montiel y Jennifer Espinoza, ambos desconocidos de la política nicaragüense. 

Yatama

Los partidos políticos cómplices de Ortega y Murillo
Foto de archivo de simpatizantes de Yatama. EFE.

El Yapti Tasba Masraka Nanih Aslatakanka (Yatama, que significa Hijos de la Madre Tierra) es un partido regional de la Costa Caribe. Participó como aliado del FSLN en las elecciones de 2006 y 2011. En 2015 la Asamblea despojó a su representante Brooklyn Rivera de su diputación por supuestamente vender tierras de forma ilegal en el Caribe Norte. En las elecciones de 2016 apenas obtuvo el 1.2 por ciento de los votos para los diputados departamentales. 

Este año, Yatama participó en el proceso de unidad en la Coalición Nacional, pero fue suspendido por esta organización después que Rivera, quien recuperó la diputación, votó a favor del magistrado sandinista Lumberto Campbell para que ocupara la presidencia del CSE. Cuando fue cuestionado por ese voto, Rivera dijo que Campbell “tiene una amistad personal conmigo y creemos que es una persona que es tratable y podemos comunicarnos”. El diputado dijo que “su voto prácticamente no cuenta cuando las decisiones ya están tomadas por el partido de gobierno, ¿qué vamos a hacer?”. 

Yatama no inscribió fórmula presidencial porque es un partido regional. El día de la inscripción, Rivera confirmó que “a petición de la gente” se había postulado como candidato a diputado. 

Siga leyendo:


La información que publicamos en DIVERGENTES proviene de fuentes contrastadas. Debido a la situación en la región, muchas veces, nos vemos obligados a protegerlas bajo seudónimo o anonimato. Desafortunadamente, algunos gobiernos de la región, con el régimen de Nicaragua a la cabeza, no ofrecen información o censuran a los medios independientes. Por ello, a pesar de solicitarlo, no podemos contar con versiones oficiales autorizadas. Recurrimos al análisis de datos, a las fuentes internas anónimas, o las limitadas informaciones de los medios oficialistas. Estas son las condiciones en las que ejercemos un oficio que, en muchos casos, nos cuesta la seguridad y la vida. Seguiremos informando.