Día del periodista en Nicaragua, entre el destierro y la persecución

Tres periodistas recién declarados apátridas por la dictadura Ortega-Murillo reflexionan sobre los retos que enfrenta el oficio, tanto en el país como en el exilio, y lo que se puede esperar bajo un régimen que incansablemente busca aniquilar al periodismo independiente

Maria Lilly Delgado
Archivo EFE/ Jorge Torres

Nicaragua conmemora este primero de marzo el Día Nacional del Periodista con más de una decena de reporteros y directores de redacciones despojados de su nacionalidad por orden del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Aunque esta nueva modalidad represiva de la dictadura intenta “aniquilar” el periodismo independiente, los periodistas desterrados señalan que mantienen firme el compromiso de seguir informando en medio de los riesgos que atraviesa actualmente el oficio.

El pasado 15 de febrero, el oficialismo elevó la parada contra las voces críticas e incluyó al menos 12 periodistas en una lista de ciudadanos a los que se les arrebató su nacionalidad por ser considerados “traidores a la patria”. Dichas personas, según el Tribunal, pierden sus derechos como nicaragüenses y fueron declarados como prófugos de la justicia y, en consecuencia, sus bienes han sido confiscados.

Entre estos periodistas desterrados figuran Luis Galeano, Jennifer Ortiz, Lucía Pineda Ubau, Patricia Orozco, Wilfredo Miranda Aburto, Álvaro Navarro, David Quintana, Aníbal Toruño, Santiago Aburto, Gema Serrano, Carlos Fernando Chamorro y Sofía Montenegro, todos obligados a huir de Nicaragua. 

Navarro, director del medio Artículo 66, expone que, con el despojo de la nacionalidad, el régimen de Nicaragua suma otro abuso en contra del periodismo, con el objetivo de suprimir cualquier emoción como nacional, “pero también para acallar absolutamente nuestra labor. Y en eso es precisamente en lo que se equivoca”, dice.

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Para Navarro, la embestida “brutal y cavernaria” del oficialismo en contra de los comunicadores es porque ha encontrado en el periodismo independiente una de las “murallas de resistencia cívica, pacífica y civilizada más importantes” que, pese a la utilización del Estado como herramienta represiva, asume los riesgos con firmeza y valentía. “Han buscado en esas acciones brutales un mecanismo para acallarnos”, insiste Navarro.

Jennifer Ortiz, directora del medio Nicaragua Investiga, considera que esta es la peor etapa represiva que el periodismo independiente ha enfrentado a manos de una dictadura durante la historia reciente del país. Para Ortiz, el periodismo es sin duda “el más grande enemigo” del oficialismo. Ve en los reporteros un riesgo para su permanencia en el poder.

“Ortega ataca al periodismo porque ve en cada periodista la posibilidad de un espacio de denuncia de todo lo que representa la dictadura que él dirige. Y eso pasa por la corrupción desmedida, el nepotismo, la falta de transparencia y las graves violaciones a los derechos humanos…”, señala Ortiz, quien además destaca el rol importante del oficio en la documentación de los crímenes cometidos por el régimen a partir de 2018.

La periodista sostiene que la dictadura también ve al periodismo independiente como ese brazo fuerte que le hace “la tercia” para evitar que la ciudadanía se “idiotice e hipnotice” con la propaganda oficial, pese a la maquinaria de medios que Ortega tiene a su disposición.

El último informe de la red regional de organizaciones de la sociedad civil de América Latina Voces del Sur, publicado a inicios de enero de este año, señala que en todo el 2022 el régimen ejecutó 703 casos de violaciones a la libertad de prensa. El abuso del poder estatal, las agresiones y ataques, así como el discurso estigmatizante son los principales mecanismos de represión.

Para Voces del Sur, este patrón represivo de la dictadura evidencia que la práctica del periodismo en Nicaragua representa un “alto riesgo”, en el que, desde las esferas gubernamentales, se busca silenciar a los periodistas que continúan informando y venciendo la censura.

“Seguimos dando la batalla”

Día del periodista en Nicaragua, entre el destierro y la persecución
Lucía Pineda Ubau, periodista y directora de 100% Noticias. Foto tomada de redes sociales

Desde Costa Rica, la periodista Lucía Pineda Ubau, directora de 100% Noticias, dice que la mejor reflexión que puede compartir en el Día Nacional del Periodista es que el periodismo independiente sigue dando la batalla por las libertades públicas, de expresión e información. “Me siento orgullosa del periodismo valiente de Nicaragua, porque aún con toda la embestida contra nosotros, nos mantenemos con nuestros principios de informar la verdad. Hacemos todo lo posible para que nuestros medios de comunicación sigan vivos y brindando el servicio a los nicaragüenses dentro y fuera del país”, agrega la reconocida periodista.

Pineda Ubau coincide con Navarro y Ortiz de que las agresiones del régimen son para silenciar o que los reporteros desistan de informar. “Cumplimos cinco años de intensa y feroz persecución del régimen contra el periodismo nicaragüense, pero esta dictadura ya va tocando fondo; nos han encarcelado, nos han robado y ahora ya no solo estamos exiliados, sino que sin la nacionalidad”, resalta.

Los desafíos

Día del periodista en Nicaragua, entre el destierro y la persecución
Foto de 2021 del jefe de información del diario La Prensa, Eduardo Enríquez (i), y Juan Lorenzo Holmann Chamorro (c) Archivo EFE/ Jorge Torres

Para estos tres directores de medios independientes, hay una larga lista de retos que los periodistas deben trabajar con cautela y anticipación. Destacan aprender a resistir y sobrevivir a las trampas del régimen sandinista y mantener, al mismo tiempo, el profesionalismo, la veracidad y credibilidad.

“Hacer periodismo a mediano y largo plazo será un desafío. Hay que cuidarse mucho, la dictadura se ha encargado de sembrar odio en la sociedad, de atizar los ánimos de venganza y la violencia en contra de los periodistas”, advierte Navarro. El director de Artículo 66 dice que ante una eventual caída de la dictadura, al periodista le costará mucho ejercer la profesión dentro del país debido a un tejido social descompuesto que heredará el régimen. 

Ortiz se muestra un poco pesimista y con temor señala que la labor periodística podría convertirse en una profesión “en peligro de extinción” en unos tres años. “Si algo ha hecho bien el régimen de Ortega ha sido el terrorismo de Estado, en el que ha metido muchísimo miedo. Cada vez menos gente se está atreviendo a ejercer el periodismo… y me da muchísimo miedo que llegue un momento en que ya no podamos encontrar más periodistas”, confiesa.

Pineda Ubau rescata que, en medio de las adversidades y desafíos, el internet ha sido el mejor aliado del periodismo y uno de los mayores enemigos de la dictadura, porque esta herramienta ha permitido que aún desde fuera de Nicaragua los periodistas mantengan informada a la población y se retroalimenten. “El reto es seguir en la línea de ser profesionales, de estar al lado de la verdad, y comprometidos con los derechos humanos y víctimas. El reto siempre es también romper la censura y mantener nuestra credibilidad”, sostiene la directora de 100% Noticias, cuya redacción fue confiscada.

En Nicaragua, cada primero de marzo se conmemora el Día Nacional del Periodista, en saludo a la publicación de la primera noticia en el Diario de Nicaragua, fundado por Rigoberto Cabezas en 1884.


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