Estudiantes de la confiscada UCA rehacen su vida académica en otras universidades jesuitas

A un mes desde el inicio de clases en las universidades jesuitas de Centroamérica, estudiantes nicaragüenses continúan sus estudios de manera presencial en las sedes de El Salvador, Guatemala, y de manera virtual, en Nicaragua. El estudiantado resiste de esta forma la confiscación de facto de la Universidad Centroamericana por parte del régimen Ortega-Murillo, quienes le arrebataron esta casa de estudios a miles de jóvenes y cientos de trabajadores.

Nuevos estudiantes en el primer día de clases en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas | Divergentes | Tomada de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Carla ya tiene un mes de vivir en La Libertad, El Salvador, estudiando en la institución jesuita que la acogió para terminar sus estudios de Psicología, luego que tuvo que abandonarlos cuando el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo confiscó la Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua el 16 de agosto de 2023.

El apartamento donde vive queda cerca de su nueva universidad, tanto que puede ir caminando para recibir sus clases. En el lugar donde se hospeda viven otros siete estudiantes nicaragüenses que migraron por la misma razón: continuar sus estudios en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) en El Salvador. 

Cuando ocurrió la confiscación, Carla estaba a un año de titularse como psicóloga y esperaba culminar todos sus estudios en junio de 2024. “Solo me faltaban dos semestres”, explica. Sin embargo, tras la toma de facto de la UCA por parte de las autoridades orteguistas, sus planes pronto se desvanecieron.

Dos semanas después de la confiscación, una oportunidad surgió para ella y otros estudiantes que quedaron varados en medio de la confiscación de la dictadura. La Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) de El Salvador y la Universidad Rafael Landívar (URL) de Guatemala, ofrecieron la continuación de estudios al estudiantado proveniente de la UCA de Nicaragua, con la condición de al menos cursar un año.

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Aunque las universidades jesuitas guatemalteca y salvadoreña habían ofrecido la modalidad virtual para la continuación de estudios, la carrera de Psicología estaba únicamente presencial. Carla tendría que elegir entre irse del país para continuar su carrera o quedarse en la universidad administrada por el régimen, ahora llamada Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro (UNCSM). Inmediatamente eligió migrar a El Salvador.

“Consideré más económico estudiar en la UCA de El Salvador. Era más accesible para mí y está más cerca de Nicaragua. Al menos para una emergencia, es más fácil llegar. También sentía más cercanía con esa universidad”, relata.

No han informado oficialmente sobre estudiantes nicaragüenses

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Nuevos estudiantes fueron recibidos por la universidad jesuita durante el BúhoCon, evento de bienvenida que es dirigido por la Secretaría de Integración Universitaria | Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Carla al adentrarse en el campus y en los salones de clases de la Simeón Cañas, se percató que la población de estudiantes nicaragüenses es mayor de lo que esperaba. Pudo ver incluso a algunas caras conocidas, compañeros de clases de su generación y generaciones cercanas; también estudiantes de otras carreras con los que nunca había hablado, pero que a raíz de las circunstancias, ahora les saluda.

La universidad y la comunidad salvadoreña han sido amables con ella y con el resto de los estudiantes nicaragüenses, les han dado múltiples bienvenidas, y ofrecido ayuda en todo lo que han necesitado. Sin embargo, el resto del estudiantado salvadoreño parece no saber por qué de pronto, hay tantas personas nicaragüenses en su campus.

“La universidad no ha comunicado de manera oficial a la población estudiantil sobre el recibimiento de estudiantes de la UCA de Nicaragua por temas de seguridad. Muchos de los estudiantes salvadoreños no saben qué pasó, sino que nosotros le contamos. Ha sido por parte de nosotros informarles. Muchos ni siquiera sabían que había una UCA en Nicaragua. Mientras menos se hable de nosotros, mejor”, comenta Carla.

La Universidad Rafael Landívar (URL) de Guatemala informó que hasta el 20 de febrero de este año, había 260 estudiantes nicaragüenses inscritos en dicha universidad, 240 de manera virtual y 20 de manera presencial,  la UCA José Simeón Cañas de El Salvador no ha compartido ningún dato al respecto.

De acuerdo con varias entrevistas realizadas por DIVERGENTES, hasta ahora la UCA José Simeón Cañas parece ser la universidad que más ha recibido a estudiantes nicaragüenses, tanto en la modalidad presencial como virtual. DIVERGENTES también escribió al Comité Interinstitucional creado por ambas universidades y la Compañía de Jesús para obtener más información al respecto, pero no se obtuvo respuesta.

Confiscación de la UCA le costó su trabajo y sus estudios

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El Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA) contenía material documental y arqueológicos importantes del país que fueron confiscados por el régimen orteguista | Archivo Divergentes

Aunque la carrera de Álvaro era ofrecida de manera virtual en la UCA José Simeón Cañas, estudiar de manera presencial lo vio también como una manera de alejarse del contexto político que atraviesa Nicaragua.

“Nunca me ha gustado la virtualidad. No me va tan bien aprendiendo por esa vía. Además, vi mi traslado como una oportunidad para apartarme un poco de un país donde la realidad se oscurece un poco más cada día”, confiesa.

Al momento de la confiscación, Álvaro cursaba tercer año de la carrera de Comunicación y también trabajaba en el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA), ahora rebautizado como Instituto Héroes de Nicaragua.

“Viví muy de cerca el cierre de la UCA. Los estudiantes estaban de vacaciones, pero los trabajadores no, así que yo estaba el día de la confiscación. La confiscación la recuerdo con adrenalina. Me daba cuenta de las cosas por las noticias porque las autoridades de la universidad no nos decían anda”, relata.

El 16 de agosto de 2023, él y el resto del personal de la UCA fueron obligados a desalojar la institución de manera inmediata. “Cuando leí la noticia, salí del IHNCA y me fui a mi facultad. Nos dijeron que la Policía estaba en los portones. Tuvimos que salir corriendo a sacar nuestras cosas y llevarnos nuestros papeles”, cuenta.

Al llegar a su casa, Álvaro se dio cuenta de que no solo había perdido su trabajo, que había iniciado hace apenas seis meses, sino que también había perdido su casa de estudios, ya que no pensaba estudiar en una universidad controlada por el régimen.

“Empecé los trámites para aplicar a la UCA José Simeón Cañas. No logré sacar mis notas digitales. Conseguí que la Universidad Nacional Casimiro Sotelo me diera mi certificado de notas el último día que podía aplicar, el 5 de diciembre de 2023, gracias a que la UCA José Simeón Cañas había extendido el tiempo de recepción de documentos”, explica.

La confiscación también supuso la pérdida de 1 200 dólares que había pagado en concepto de las clases del segundo semestre de 2023 y de un diplomado que iba a estudiar en la UCA. Las autoridades orteguistas nunca le devolvieron su dinero. Las autoridades de la institución jesuita tenían todas sus cuentas congeladas, y debido a que fue cancelada y expulsada del país, tampoco pudieron devolverle nada.

Si bien Carla y Álvaro tendrán que estudiar más tiempo del previsto para culminar sus estudios universitarios, ambos coinciden que fue la mejor decisión para ellos. Tras la convalidación de clases, Carla y Álvaro tienen que cursar dos años más para poder ver sus títulos en sus manos.

Régimen impidió a estudiantes continuación de sus estudios

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Bajo la nueva administración de Alejandro Genet, rector de facto de la UNCSM, se ha negado la matrícula de estudiantes que estaban a punto de culminar sus estudios | Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro

Lucía pensó que había perdido totalmente la oportunidad de estudiar. Después de la confiscación, la joven de 23 años se había matriculado en la Universidad Americana (UAM), junto con otros cientos de estudiantes provenientes de la universidad robada. Sin embargo, su matrícula fue cancelada el 22 de agosto del 2023.

Cuando la Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro ( UNCSM) finalmente abrió sus puertas para la matrícula de estudiantes, obligada ante la imposibilidad de estudiar en otra universidad, Lucía intentó inscribirse, pero las autoridades orteguistas se lo  impidieron. 

“Había perdido la esperanza de seguir estudiando. Solo me faltaban cuatro clases para terminar la carrera y no me dejaban estudiar en ningún lado. Me negaron la matrícula en la UAM, y me negaron la matrícula en la Casimiro, pero salió una luz al final del túnel al poder inscribirme en la UCA José Simeón Cañas”, expresa.

Lucía cuenta que junto con ella, otro grupo de seis estudiantes que ella conoció personalmente, también fueron impedidos de estudiar en la UNCSM. Todos ellos estaban a punto de culminar la carrera y no les dieron ninguna justificación del impedimento. “Nos cerraron las puertas”, dice.

Costos ajustado para el estudiantado nicaragüense

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La Universidad Centroamericana José Simeón Cañas ha sido una de las universidades jesuitas que más ha recibido a estudiantes provenientes de la UCA de Nicaragua | Provincia de Centroamérica

Lucía ya tiene un mes estudiando Comunicación en línea en la UCA José Simeón Cañas. Al final decidió estudiar en esta universidad, ya que la URL de Guatemala solo contaba con la carrera de manera presencial y ella no tenía las posibilidades de vivir en otro país.

“Estudiar en la universidad de Guatemala significaba mudarme a otro país y yo nunca he salido de Nicaragua. No era una opción viable para mí, menos económicamente”, explica.

Tras una plática con sus padres, accedieron a continuar financiando sus estudios que tienen un costo de 100 dólares de matrícula y 130 dólares de mensualidad. Dicho monto fue ajustado para todo el estudiantado nicaragüense independientemente de la carrera que estudiaran.

En sus clases, Lucía se ha encontrado con profesores que le impartían materias en la UCA de Nicaragua. Para ella, esto significa encontrarse un pedacito de universidad en esta nueva institución. “Fue alegre encontrarme con mis profesores. Estoy feliz, agradecida y contenta. Aunque me va a tomar más tiempo, es mejor tarde que nunca”, afirma.

Las cuatro clases que le faltaban para terminar su carrera, ahora son dos años en la  UCA José Simeón Cañas. Sin embargo, Lucía aclara que no quiere desaprovechar la oportunidad de titularse.

Estudiantes egresados siguen a la espera de sus títulos

A nueve meses de que el régimen Ortega-Murillo desmanteló una de las instituciones educativas más importantes del país, Milena y Olivia siguen luchando para conseguir sus títulos universitarios en la Universidad Nacional Casimiro Sotelo Montenegro, que hasta ahora no ha emitido ninguno.

Los únicos títulos que ha entregado la UNCSM han sido los que estaban listos para entregarse el 29 de agosto de 2023. Los títulos de Milena y Olivia que tenían fecha de entrega para el 12 y 24 de septiembre respectivamente, siguen a la espera de ser emitidos. 

Ambas jóvenes culminaron sus estudios en junio de 2023 y debieron pagar una suma de más de 4 200 córdobas para la realización de los trámites que exigía la UCA, sin contar el costo de las fotos que debían tomarse. 

Al consultar en la UNCSM después de la confiscación, las autoridades orteguistas les dijeron que debían hacer el trámite nuevamente, y debían volver a pagar por segunda vez dicha gestión. Aunque ya pagaron otros 2 000 córdobas por el trámite, continúan a la espera de que les entreguen sus diplomas universitarios.

“Al inicio me dijeron que solo necesitaba tres documentos para solicitar el título. Cuando llego con los documentos, que necesitan la auténtica, la firma de no sé qué y otro montón de documentos más. Cuando entrego todo de nuevo, me dicen que simplemente me van avisar cuando esté el título. Ni siquiera me dieron fecha de entrega”, explica Milena.

Entre requisitos confusos e indicaciones poco claras de la nueva universidad, las personas jóvenes que solicitan sus títulos no reciben una respuesta clara sobre la entrega. La única respuesta que han recibido es que les darán un aviso por correo electrónico o por llamada. 

Aunque no se los aclararon formalmente, estos nuevos títulos saldrán bajo el nombre de la UNCSM, pese que realmente los estudiantes que ya culminaron su carrera, nunca estudiaron en dicha universidad, sino en la UCA.

UNCSM no ha dado fecha de entrega de títulos a nadie

“Estuve cinco meses en negación de que yo no iba a sacar ese título, pero llegó un punto donde me di cuenta que estudiar de nuevo para tener un título no estaba en mis planes. Para mí, ya terminé mi carrera”, dice Olivia.

Olivia explica que hubo muchos estudiantes recién egresados de la UCA que no habían recibido todavía su título académico, consideraron estudiar en la UCA José Simeón Cañas para obtener un título de esa institución. Pero al menos en el caso de la carrera de Comunicación, esto significaba estudiar al menos dos años para los estudiantes ya egresados.

“Al principio la condición era estudiar solo un año, pero después de la convalidación eran más de dos años. Para mí, que ya había terminado ese proceso, es muy cansado empezarlo de nuevo”, manifiesta Milena.

Hasta ahora, ninguna persona egresada de la UCA ha recibido fecha de entrega de los títulos de la UNCSM. Toda una comunidad de estudiantes aguardan a las certificaciones de grados.


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