El número de niños que migran de Centroamérica a Estados Unidos es mayor al incremento anual de matrículas en las escuelas secundarias de esta región, expone la investigación Una crisis migratoria sin precedentes: caracterizando y analizando su profundidad, publicado por los investigadores Manuel Orozco y Patrick Springer y divulgado por el reconocido centro de pensamiento Diálogo Centroamericano.
“Los niños están optando por irse de sus países que por quedarse en las escuelas”, dice a DIVERGENTES el investigador y director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, Manuel Orozco.
Esto ha provocado que en algunos países del área centroamericana, como en Guatemala, Honduras y Nicaragua, la matrícula escolar disminuya. La reducción se ve principalmente en las escuelas secundarias, porque el rango de edad de menores que migran sin compañía es entre los 12 y 16 años.
En 2023 se registró la llegada de 48 478 menores migrantes no acompañados a la frontera de Estados Unidos procedentes de Guatemala, de acuerdo al Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. (DHS por sus siglas en inglés); mientras que el incremento de las matrículas en las escuelas secundarias guatemaltecas en este 2023 fue de apenas 8 480 matriculados, según el Ministerio de Educación de dicho país.
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Esto significa que hay un aumento del 583% de menores migrantes no acompañados respecto al incremento de menores matriculados, señala Orozco.
“Si a esto se considera que menos del 40% de los chicos están en los ciclos de educación del rango de edad entre 12 y 16, que es el rango de los menores migrantes sin acompañante, entonces se observa que más chicos están emigrando solos, que el aumento matricular”, explica Orozco.
Entre mayor el grado escolar, menor la cantidad de estudiantes
En otros países como Honduras, la reducción de estudiantes de secundaria es más notoria. Entre mayor es el grado de secundaria, menos es la cantidad de estudiantes. Datos de 2021 de la Secretaría de Educación señalan que el descenso de alumnos es abrupta después de sexto grado.
Ese año se reportaron 138 273 jóvenes estudiando en séptimo grado, pero en duodécimo grado —el último grado del sistema educativo hondureño—, eran apenas 43 244 estudiantes los que quedaban.
Aunque la Secretaría de Educación reporta que en Honduras la matrícula escolar ha aumentado en los últimos tres años, esto solo ocurre en la educación primaria. Datos de la misma institución reflejan que en 2021 se matricularon 584 617 jóvenes en los grados de secundaria, pero en 2022 se matricularon 570 863, es decir, 13 754 estudiantes menos.
Nicaragua dentro de los países afectados
En el caso de Nicaragua, la matrícula escolar ha disminuido en todos los niveles, según el Mapa Interactivo sobre Estadísticas Educativas del Ministerio de Educación. Mientras que en 2021 se matricularon 1 790 683 estudiantes en los diferentes niveles educativos, en 2022 se matricularon 1 753 132. Esto significó una disminución de 37 551 estudiantes en un solo año.
La principal disminución de matrículas se registró en las escuelas secundarias con 14 582 estudiantes menos, pero en las escuelas primarias también hubo una reducción de 12 622 estudiantes.
Cabe destacar que organizaciones de derechos humanos documentaron que el año 2021 fue el año en el que más nicaragüenses emigraron. Sin embargo, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo proclamaron “victorias educativas” para las matrículas del 2022.
El 5% de las personas migrantes en Estados Unidos son menores
La investigación muestra que el movimiento migratorio de niños y niñas de la región en los últimos años es el más alto en décadas. Según los datos del DHS, el 5% de todas las personas migrantes que ingresaron a Estados Unidos en este año son menores de edad no acompañados.
Si bien la cifra de menores migrantes va en aumento desde 2012, las cifras más altas registradas se reportan desde 2021. Solo en este año, el DHS reportó la presencia de 150 000 niños y niñas migrantes no acompañados en la frontera entre Estados Unidos y México.
En 2022 se reportó la llegada de 152 000 menores, la cifra más alta hasta la fecha; en 2021 fue de 147 000; en 2020 solo 34 126, debido al cierre de la frontera por la pandemia; y en 2019, se reportaron 83 386 niños y niñas.
Esto significa que un promedio de uno de cada 20 migrantes que llegan irregularmente a Estados Unidos, es un menor no acompañado. Estas cifras todavía no incluyen a los niños y niñas migrantes que sí están acompañados por sus familiares, por lo que el número real de menores migrantes es mucho mayor.
“El número de grupos familiares de todas las llegadas aumentó del 12% al 35% entre agosto de 2020 y agosto de 2023. Sin embargo, entre centroamericanos el número aumentó del 34% al 56%”, señala.
Mayoría de menores de edad migrantes son de Centroamérica
La mayoría de los niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados provienen de Centroamérica. Solo la mitad son originarios de Guatemala.
“En el caso de Guatemala, uno de cada tres miembros del círculo familiar que migra son menores. Eso da al menos una cifra adicional significativa”, expresa Orozco.
En 2022 el 47% de los menores no acompañados de Centroamérica provenían de de Guatemala, 29% de Honduras y 13% de El Salvador. El resto de niños y niñas de otras nacionalidades se mantuvieron debajo del 10%.
Los factores que provocan la migración masiva de los menores de edad son muchos y varían entre cada país, de acuerdo con Orozco. Entre ellos están la inseguridad, la falta de oportunidades, la presencia de gobiernos autoritarios como Nicaragua o la reunificación familiar, “como resultado de una frustración ante la promesa fallida del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, de realizar una reforma migratoria”, explica.
Impacto en la calidad educativa en la región
El impacto de esta migración de niños y niñas también varían entre cada país, pero en todos tienen un efecto negativo sobre la poca calidad educativa en estos países.
“Un efecto es que hay una pérdida de talento que potencialmente pudo haber beneficiado al país. Potencialmente, porque dada la precariedad y desigualdad educativa y social que existe en la región, estos menores probablemente tendrán mejores oportunidades de crecimiento personal si se hubieran quedado”, señala el investigador.
Para Orozco, los países centroamericanos no toman en cuenta la importancia de mejorar y reformar la calidad del sistema educativo para reducir los altos índices de menores migrantes y “esta trayectoria es un llamado a tomar en serio la migración y la educación”.