Las supuestas conversaciones entre las Cámaras empresariales y el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que anunció el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), César Zamora, tienen como objetivo garantizar financiamiento de multilaterales como el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), según analistas consultados.
“Este arreglo es una parte del Cosep que quiere reeditar el modelo de diálogo y consenso con el que hace una década le fue bien con el financiamiento venezolano”, dijo el analista político y exdiputado, Eliseo Núñez, en un Space en Twitter moderado por DIVERGENTES. El modelo de diálogo y consenso fue el que estableció el régimen con la empresa privada entre 2008 y 2018 para cogobernar. El régimen generaba condiciones a los empresarios para que realizaran grandes negocios a cambio de que callaran mientras los sandinistas acababan con las instituciones democráticas. “Básicamente lo que ellos quieren (empresarios y dictadura) es justificarse ante los socios del BCIE para que les sigan dando dinero, multilaterales como el FMI, que ha sido permisiva con el régimen de Ortega”, agregó Núñez.
El exdiputado dijo que el sector privado y el régimen quieren “vender” este arreglo para mostrar una supuesta estabilidad económica y de esta manera seguir siendo sujetos de crédito internacional. “Saben que con la economía en caída van a necesitar financiamiento en los próximos años, para sostener este ritmo de crecimiento artificial que ha sido provocado por una cantidad enorme de recursos que recibieron a través de multilaterales”, enfatizó.
Un día después de que Zamora anunciara las nuevas conversaciones, el BCIE aprobó al régimen un préstamo de 200 millones de dólares para amortiguar las alzas en los precios de los combustibles por la invasión de Rusia a Ucrania.
Núñez considera que el régimen Ortega-Murillo busca financiamiento para mantener su planilla estatal y el supuesto crecimiento económico que proyecta. “Esto nos da una idea de cuál es el tejido de corrupción que hay al interior del país”, dijo el exdiputado, y explicó: “No solamente tenemos al régimen controlando a los ciudadanos a través de policías, sino que también tenemos a este grupo de empresarios que tienen grandes concesiones para meterse en la bolsa el dinero de los nicaragüenses”.
Cámaras desdicen, ¿Cosep dividido?
DIVERGENTES intentó comunicarse con representantes de Cámaras empresariales, pero hasta el cierre de este artículo no se logró ninguna reacción. Sin embargo, otros medios como Confidencial y La Prensa publicaron que algunos miembros de Cámaras negaban que hubiera un diálogo político, y justificaron que las reuniones con autoridades estatales han sido de “carácter técnico”, para resolver problemas operativos con autoridades del régimen.
El politólogo Juan Carlos Gutiérrez considera que “estamos frente a un nuevo modelo de consenso”, en el que nuevamente el Cosep “se hará de la vista gorda” sobre los temas políticos y “servirá de vocero facilitador para mostrar una nueva narrativa de estabilidad para generar confianza y mostrar un rostro amable del régimen”. Una de las diferencias con el anterior modelo es que ahora los diálogos serán entre las Cámaras que cierran filas con Zamora y el régimen, y no entre el Cosep y el gobierno. “Esto le generará al régimen mayor control directo sobre las Cámaras”, continuó Gutiérrez.
Empresarios se exponen a sanciones
Para la socióloga Elvira Cuadra el papel del Cosep no sólo lo está exponiendo ante la opinión pública, que ha mostrado un rechazo a este arreglo, sino también frente a la comunidad internacional. “Se van a convertir (los empresarios) en cómplices directos y visibles de (Daniel) Ortega y eso les puede traer como consecuencia que sean sancionados”, valoró Cuadra. “El riesgo es real. El círculo de las sanciones se ha venido ampliando, porque ya no está limitado a los más cercanos y a la familia presidencial, entonces en la medida que (los empresarios) se mantengan apegados a ese círculo, se van a ver más expuestos a sanciones”.
Hace dos meses, Estados Unidos excluyó a Nicaragua de la reasignación de la cuota azucarera adicional para el año fiscal 2022, como parte de las medidas contempladas en la Ley Renacer. La medida afecta, además del régimen, a los empresarios privados. Dos meses antes, cuando se advirtió de esta acción, la agencia de noticias Associated Press (AP) publicó que esta acción se haría para “movilizar” a Carlos Pellas, el magnate azucarero más grande y uno de los hombres más ricos de Nicaragua. La semana pasada, Washington también sancionó a la Empresa Nicaragüense de Minas (Eniminas), un golpe para la exportación de oro, uno de los principales rubros que mayores ingresos generan al país y donde participan las trasnacionales.
Elvira Cuadra aclaró que no todos los empresarios están en la misma línea del presidente del Cosep. “Hay diferentes opiniones (dentro del Cosep) en relación a la situación del país”, agregó la especialista, quien recordó que este gremio fue uno de los primeros en convocar una marcha en abril de 2018. “No todos los empresarios están dentro del mismo corralito, y Ortega ha tenido una política de chantaje y extorsión hacia quienes todavía están en una posición de rebeldía”.
En este punto coincidió el presidente del organismo Hagamos Democracia, Luciano García, que incluso va más allá: “las Cámaras empresariales están secuestradas”. García dijo que varios presidentes de Cámaras le han confiado que no están de acuerdo en regresar al modelo que funcionaba hasta antes de abril de 2018.
“Ellos están claros que necesitan abrir un canal de comunicación con el gobierno, pero para resolver la crisis integralmente, no de la manera que habló el presidente del Cosep”, manifestó García.
Para García la posición de Zamora sólo representa a una pequeña cúpula del Cosep que “quiere congraciarse con el régimen para tener algún tipo de interlocución para resguardar sus intereses meramente económicos y no la estabilidad que requiere un país”. García considera que el Cosep “se está arrodillando y lamiendo las botas al régimen, tristemente”.
El exdiputado Eliseo Núñez opina que el presidente del Cosep “está desesperado por conseguir la venía del gobierno”. Núñez advirtió que aunque las Cámaras aclararon que sólo se han reunido para hablar de “cuestiones técnicas”, esto puede ser el comienzo de un acuerdo político, como el que hubo hasta 2018.
“Tienen que verse en el espejo de 2018”
El sociólogo Juan Carlos Gutiérrez dijo que el pragmatismo que busca la gestión de dividendos a partir de las inversiones tiene un límite ético: la vida. “No se puede generar protección de los capitales a costa de la vida del ser humano. Estamos hablando de personas que están presas (presos políticos) y se están enfermando; gente que tiene que salir del país para sobrevivir, por razones económicas o políticas”, agregó Gutiérrez.
Núñez expresó que aunque los empresarios no quieren respetar los límites éticos “tienen que verse en el espejo de 2018”, cuando el modelo fracasó por no tomar en cuenta la democracia, la institucionalidad y la política. “No se puede apostar a una estabilidad permanente, aunque sea económica, como la que está planteando Zamora, cuando no existe institucionalidad que da soporte de largo plazo”, agregó. “Está demostrado que los países democráticos son los que pueden sostener crecimientos económicos durante largos plazos”.
“No se resuelve con negociación económica”
Para Luciano García la solución de la crisis del país debe ser a través de la solución política donde el diálogo debe tocar las aristas más importantes: que cese la represión, que se restablezcan los derechos constitucionales de los ciudadanos, que haya liberación de presos políticos, que se restituyan los derechos electorales. “Que se establezca el Estado de derecho y que exista justicia por todas las barbaridades que se han hecho”, enfatizó. “Todos los opositores debemos hacer esfuerzos para arrodillar a Ortega para que ceda en retornar la democracia al país”.
Gutiérrez dijo que la transición democrática se debe generar a través de un diálogo o negociación, y cuestionó la frase que lanzó Zamora en la entrevista: “hay que perdonarnos”. El sociólogo añadió que “el perdón del que habla Zamora debe ser dado por las personas que han sufrido los vejámenes de la violencia; y conocer a los responsables de los crímenes, y eso no se ha dado”, agregó. “Este problema no se resuelve con una negociación económica, sino con la revisión de los conflictos políticos que estallaron en 2018”.